MADRID, 06 (SERVIMEDIA)
La sala José Luis Alonso del madrileño Teatro de La Abadía acogerá entre el 25 de septiembre y el 13 de octubre el primer estreno nacional de su temporada: ‘Hysteria’, una función “íntima, cruda, surrealista en ocasiones, llena de sarcasmo e ironía”, protagonizada por dos jóvenes actores -Lluna Issa Casterà y Mariano Estudillo-, que supondrá el retorno de Teatro Kamikaze a este recinto.
Carla Nyman escribe y dirige este texto en el que habla de “todas y todos aquellos que buscan una alternativa a la lógica impuesta” y “del deseo, de la insatisfacción y de la violencia sistemática”; una propuesta muy personal, donde se conjugan lo físico y lo sonoro para componer “una alegoría de la condición humana y sus males en el siglo XXI”, según informó La Abadía.
El montaje presenta a Agustina, quien acude a una consulta médica por un dolor que padece desde hace mucho en su interior. El doctor, en su empeño por hacer bien su trabajo, acabará absorbido por el cuerpo de la paciente. En el interior de Agustina se abrirá “una cosmogonía de acontecimientos y malestares largamente reprimidos”.
Así comienza ‘Hysteria’, un partido de partida que, según Carla Nyman, se sitúa en “una investigación escénica en la que rastreamos lo que históricamente se conoce como histeria para explorar cómo llega a nuestros días dada la vuelta: en forma de depresión y manía, los dos grandes males de nuestro siglo”. A su juicio, “si la historia responde a una descarga del malestar reprimido, la depresión y la manía son una represión de ese malestar, una negación”.
Nyman consideró que el texto es “una cosmogonía o mito del origen del mundo, planteado desde el discurso de la histeria” y apuntó que los histéricos son “todos aquellos y aquellas que buscan una alternativa a la lógica impuesta”. “La histérica no está gritando, está introduciendo nuevas palabras en el lenguaje para transformar la realidad”, deslizó.
Será desde la liberación desde donde la directora propone un montaje con “un carácter muy libre, sin filtros, donde todo cabe, desde Marco Aurelio hasta Iósif Stalin y algunos tiroleses alpinos del Oktoberfest de Múnich también”.
Añadió que “partimos de lo que yo creo que vendría a ser lo surreal, que justamente nos permite deformar la realidad, dejándonos entrar en los mecanismos de aquel o aquella que propone alternativas a la realidad”, lo que “es divertido porque permite presentarla de forma extraña, genera una desnaturalización”.
Esto le sirvió para argüir que lo anterior “ayuda a sublimar el dolor y está íntimamente ligado al discurso de la histérica, que se definía en el siglo XX como aquella que decía palabras ilógicas, que no se entienden”; pero “en realidad lo que proponen esas histéricas es una nueva forma de nombrar la realidad, haciéndola más elástica”.
Por su parte, Lluna Issa Casterá, la actriz que interpreta a Agustina, puso de manifiesto que “la obra va del vacío, de lo que no hay” y observó que “me gusta definirla como el hambre. Todos entendemos qué es el hambre: algo esférico, que está en nuestro interior, hueco. Y en nuestros días estamos todo el tiempo llenando ese vacío con actividades, con el amor, con las redes sociales, con compras, con hacer cosas para que otros validen. Siempre queremos llenar ese vacío con lo de afuera”.
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