VALLADOLID, 26 (EUROPA PRESS)
Agentes medioambientales y celadores de la Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio han localizado y protegido 745 nidos de aguilucho cenizo y otras aves esteparias en Castilla y León, 400 de ellos en lo que va de 2024, en el marco de un proyecto de conservación financiado con fondos europeos Next Generation UE.
Titulado ‘Actuaciones de conservación del aguilucho cenizo y otras aves esteparias en Castilla y León. 2023-2025’, esta iniciativa abarca distintas provincias de la Comunidad, principalmente Palencia, Valladolid y Zamora, e incluye actuaciones que ha podido conocer este lunes, 26 de agosto, el consejero del ramo, Juan Carlos Suárez-Quiñones, quien ha visitado el Centro de Recuperación de Aves Silvestres de Valladolid.
El titular de Medio Ambiente ha subrayado que el proyecto cuenta con casi 400.000 euros de inversión para su ejecución, que arrancó en 2023, continúa en 2024 y concluirá en 2025, todo ello con el objetivo de conservar este “singular ave” que está clasificada en el Catálogo Español de Especies Amenazadas como ‘vulnerable’.
“Es una ave beneficiosa para la agricultura”, ha destacado sobre el aguilucho cenizo, para poner en valor que ayuda a controlar la sobrepoblación de topillos y ensalzar este programa en el que también participan organizaciones como Acenva y SEO/BirdLife.
En concreto, la iniciativa tiene el objetivo de reducir la mortalidad directa de pollos de aguilucho asociada a las labores de siega y cosecha, trabajos agrícolas que se realizan en muchos casos antes que los pollos de estos rapaces se hayan desarrollado completamente y hayan abandonado el nido, especialmente en años secos y con temperaturas primaverales elevadas.
Para ello, se elaboró un protocolo de trabajo destinado a establecer tanto la metodología de búsqueda y seguimiento de las parejas reproductoras, como las distintas opciones de conservación a desarrollar en función de las características individuales de cada uno de los nidos que así lo precisen.
De este modo, n primer lugar, se requiere localizar los nidos de estas especies a lo largo de los meses de abril, mayo y junio, para, en caso necesario, desarrollar actuaciones de conservación de estos nidos.
Estas medidas se fundamentan en el establecimiento de acuerdos voluntarios de custodia con los agricultores, orientados bien al retraso de la cosecha 7-15 días –en muchos casos en ese período los pollos completan su desarrollo y abandonan el nido antes de que se coseche el cereal–, bien al establecimiento de rodales sin segar en torno a los nidos o mediante cercones de protección de los nidos ante depredadores terrestres.
En aquellos nidos que por extrema vulnerabilidad así lo precisen, los huevos o pollos serán trasladados a los Centros de Recuperación de Animales Silvestres de Castilla y León hasta su completo desarrollo, momento en el cual serán liberados en la zona donde fueron retirados, según ha explicado la Junta en un comunicado recogido por Europa Press.
INFORMACIÓN A AGRICULTORES
Además de localizar los nidos, los equipos de trabajo establecen también relaciones directas con los agricultores y conductores de cosechadoras, informándoles de la situación de la especie y cómo actuar en caso de detectar un nido durante sus trabajos habituales, con el fin de incrementar la supervivencia de los pollos.
Estas actuaciones, junto con el desarrollo de adecuadas medidas agroambientales, se presentan como fundamentales para poder conservar las poblaciones de esta especie, pudiendo beneficiar a todas las especies ligadas a los medios agrarios donde se desarrollan.
Agentes medioambientales, celadores y equipos de entidades conservacionistas forman parte de este programa con el objetivo de agilizar las acciones de conservación directa de nidos. En este año se han establecido 52 acuerdos de custodia del territorio, un número similar al alcanzado en 2023, pero con un trabajo de campaña con un territorio más amplio.
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