La ONU avisa de “enormes” dificultades para proporcionar ayuda en medio del sangriento conflicto armado
MADRID, 23 (EUROPA PRESS)
Naciones Unidas ha confirmado que al menos 28 personas han muerto por el último brote de cólera declarado el 12 de agosto en Sudán, que ha dejado 658 casos confirmados y que se suman a los casi 300 fallecidos y más de 10.000 casos del estallido anterior de mayo.
Estos brotes están ocurriendo en medio del devastador conflicto armado que comenzó en abril del año pasado entre el Ejército y las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF), extendido ya a todo el país y motivo del desplazamiento o éxodo a países vecinos de cientos de miles de personas.
La representante para Sudán del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR), Kristine Hambrouck, ha denunciado un escenario catastrófico en un país donde ya hay declarada una situación de hambruna en parte de la región de Darfur, en el oeste.
“Las necesidades son enormes en Sudán; estamos hablando de personas que mueren de hambre, tenemos conflictos, tenemos problemas de protección, tenemos desplazamientos a diario; las necesidades son simplemente enormes”, ha indicado.
Al menos 12 de los 18 estados de Sudán se enfrentan ahora a tres o más brotes de cólera, además de malaria, sarampión o dengue y, pese a la necesidad urgente de intervenciones humanitarias, los recursos y la capacidad local para detectar y responder a los brotes siguen siendo limitados, especialmente en zonas de difícil acceso como las regiones de Darfur y Kordofán.
Hambrouck ha avisado además de que el último brote de cólera se está extendiendo a los cientos de miles de desplazados que sobreviven en estados como Kassala, Gedaref y Gezira.
Todos estos campamentos están “enormemente superpoblados” y todos se caracterizan porque los sistemas de suministro de agua existentes en ellos “no tienen capacidad de respuesta” para facilitar a la población agua potable, remacha la cooperante.
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