BAEZA (JAÉN), 22 (EUROPA PRESS)
El profesor de Derecho penal de la Universidad de Granada (UGR) Javier Valls Prieto, la cofundadora de Monoceros Labs Nieves Ábalos y el director del Secretariado de la Oficina de Software Libre de la UGR, Pablo García, han señalado este jueves que la Inteligencia Artificial (IA) es una herramienta de generación de contenido cuyo uso debe estar regido por la ley. Cualquier infracción pues contra la propiedad intelectual y la protección de datos recaen tanto en el usuario que ha usado la IA para este fin como en la empresa que no ha asegurado que su producto no tenga un uso ilícito.
En una mesa redonda titulada ‘Propiedad intelectual y protección de datos en IA generativa’ organizada dentro del curso de verano ‘Introducción práctica a la Inteligencia Artificial: generación de contenido y modelos de lenguaje’ que ha organizado la Universidad Internacional de Andalucía (UNIA) en su sede Antonio Machado de Baeza (Jaén), Valls ha comenzado exponiendo que la IA generativa se alimenta con información de Internet pero muchos de esos archivos, ha advertido, poseen derechos de propiedad intelectual.
“La IA genera contenidos audiovisuales a partir de lo que ya existe, pero conforme más diferente es el producto del original, más protección jurídica va a tener esta nueva creación, pues se tiene que ver cuáles son las diferencias y la aportación novedosa de este nuevo contenido”, ha abundado. Valls ha añadido que los desarrolladores tienen que “entrenar” estos modelos para que aquello que generen “sea sustancialmente diferente de aquello de lo que toma su influencia de forma que no haya confusión entre un producto y otro”.
El profesor de Derecho ha señalado que a veces los datos que usa la IA están registrados bajo propiedades de derecho intelectual que, si se quieren usar, hay que pagar lo que está acordado y en muchas ocasiones son derechos “caros”. Ábalos, por su parte, ha comentado que realmente lo protegido por la propiedad intelectual son las personas, no la IA.
“La IA no va ella sola aprendiendo, sino que el ser humano le dice las imágenes que quiere tomar, por lo que el responsable es la persona que manda ese encargo a la IA”, ha detallado. Valls ha explicado, conforme a lo expuesto por Ábalos, que sería necesario que insertar a los datos de las ideas originales metadatos que expliciten que es un contenido bajo derecho de propiedad intelectual.
El profesor de la UGR ha detallado que lo que la propiedad intelectual protege es el trabajo creativo que hay detrás de creaciones en la que se procesan una “gran cantidad” de datos y fórmulas matemáticas. Por otra parte, Gacía ha aclarado que la IA es capaz de realizar esta animaciones que permitirían ahorrar la contratación de un profesional al que se le encomiende esta tarea, pero la propiedad intelectual sigue recayendo en la persona que le ha solicitado a la IA este trabajo.
El director de la Oficina de Software Libre de la UGR ha abierto el debate con la cuestión de la posesión del copyright de una imagen creada por IA. Valls ha incidido en que es “muy importante saber cuándo hemos sido ayudados por máquinas y cuándo hemos interactuado con ellas”. “Si yo he escrito una novela con Word, un programa con licencia, ¿quién es el creador de la novela? Pues el escritor, y eso mismo pasa con una imagen creada por IA”, ha resaltado.
Al hilo de lo comentado, García ha subrayado que existen países donde no reconocen la propiedad intelectual sobre contenido creado por IA, como pasa por ejemplo en Estados Unidos. Valls ha detallado que la generación, que es lo que hace la IA, no está protegida, por lo que puede ser que los derechos de creación “sólo se concedan a las personas naturales”.
Por último, Ábalos ha comentado al respecto que la IA es capaz de impregnar una parte “creativa” al contenido que genera a partir de información previa, donde mezcla lo aprendido pero genera “algo que no hemos visto”. Por otra parte, ha señalado que a la IA “no se le puede exigir responsabilidad” de algo que le hemos pedido que haga, pues eso recae en la persona que ha solicitado a la IA esa acción y en la empresa desarrolladora “que no ha asegurado que su sistema asegure un uso lícito del mismo”.
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