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El CNIO está investigando los efectos del desfase horario crónico en los tripulantes de cabina

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MADRID, 19 (EUROPA PRESS)

El Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) ha comunicado que está estudiando cómo afecta el desfase horario crónico o ‘jet lag’ en las personas que trabajan como tripulantes de cabina de pasajeros.

En concreto, una vez al año, más de un centenar de tripulantes de cabina de pasajeros acuden a donar sangre y saliva al CNIO, en Madrid. Llevan muestras de orina, heces y uñas recogidas en su domicilio. El destino de las muestras es el Biobanco del CNIO, que las custodia y gestiona su cesión a la comunidad científica internacional.

Así, la primera solicitud para acceder a las muestras llegó inmediatamente del propio CNIO, concretamente de su Grupo de Inmunidad del Cáncer. María Casanova-Acebes y Alba de Juan investigan la influencia de los ritmos circadianos sobre el sistema inmunitario y su relación con el cáncer, teniendo también en cuenta el metabolismo.

“Nuestro sistema inmunitario tiene un ciclo de 24 horas, con una etapa de reposo y otra activa, en la que hay más leucocitos -glóbulos blancos- en los tejidos. Pensamos que en las personas sometidas constantemente a ‘jet lag’ o a cambios de turno ese ciclo se desincroniza, el número y las funciones de sus leucocitos dejan de ser óptimas”, ha explicado De Juan.

En este sentido, la Agencia Internacional de Investigación del Cáncer (IARC) clasifica el trabajo que altera ritmos circadianos como “probablemente carcinógeno” (la categoría para carcinógenos en que hay “evidencia experimental suficiente” en animales de experimentación, pero “evidencia limitada” en humanos).

Esas hipótesis, ya corroboradas en modelos animales, son las que van a comprobar con la cohorte de tripulantes de cabina de pasajeros. Para ello han establecido tres grupos: tripulantes de vuelos de largo radio -larga distancia-, de corto radio -con menos distancia, pero con turnos más variables y cortos-, y un grupo de control con individuos que no vuelan y llevan una vida con horarios y costumbres regulares.

“En marzo de 2023 empezamos a recogerles muestras cada seis meses, para incluir la variabilidad debida a los cambios de estación”, afirma Casanova-Acebes, quien ha añadido que los seguiran “durante cuatro años”.

Para detectar los cambios, estudiarán en su sangre la cantidad de células del sistema inmunitario “y si estas tienen un perfil más favorable a la inflamación”, ha agregado De Juan.

INVESTIGAN EL RIESGO EN LA PROFESIÓN

Así, desde el CNIO recuerdan que el cuerpo tiene un reloj interno para adaptarse a las condiciones de día y noche; cuando hay un desajuste de ritmos circadianos que se mantiene durante un tiempo prolongado, puede haber un impacto en la salud.

A principios de 2021, la Asociación Española de Tripulantes de Cabina de Pasajeros acordó con el Biobanco del CNIO iniciar esta colección. “Necesitábamos demostrar de forma científica que nuestra salud se ve afectada por nuestra profesión; solo así podríamos pedir que se nos reconociera un riesgo laboral que sí se considera en otras profesiones del sector, como pilotos y fotógrafos aéreos”, ha explicado la responsable de Salud Profesional de la Asociación Española de Tripulantes de Cabina de Pasajeros (AETCP), Virginia López del Alcázar, quien ha señado

“Junto a las muestras, los donantes aportan información detallada sobre su historial clínico y familiar, dieta, práctica de ejercicio, consumo de tabaco y horas y tipo de vuelo, entre otros datos”, ha señalado la rectora en funciones del Biobanco del CNIO, María Jesús Artiga, quien ha añadido que “esta información confiere un valor extraordinario a la muestra para diferentes tipos de investigación”.

Además, el CNIO destaca que la colección sea longitudinal (se recogen todos los años muestras de los mismos donantes) la convierte en “una herramienta valiosa para estudiar también marcadores tempranos de distintas enfermedades”. En el Biobanco la identidad del donante se sustituye por un código, de forma que se asegura la confidencialidad de datos y muestras.

El desajuste inicial de los ritmos circadianos no viene solo provocado por la percepción de la luz natural. Hay otros estímulos externos que condicionan al cuerpo a comportarse en ‘modo día’ o ‘modo noche’: las comidas abundantes, la luz artificial, el ruido o la interacción con pantallas pueden ser un factor de activación. Se sabe que cuando esos estímulos externos de activación no están en sintonía con los biorritmos, pueden desencadenar distorsiones inflamatorias.

La investigadora Casanova-Acebes busca “establecer qué cambios en el sistema inmunitario perpetuados en el tiempo serán responsables de enfermedades inflamatorias, entre ellas el cáncer”.


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