SEVILLA, 15 (EUROPA PRESS)
En los últimos años, son muchas las familias que han incluido a un nuevo miembro canino en su núcleo familiar. En consecuencia, se ha creado una nueva necesidad que consiste en la creación de parques para perros o parques ya existentes donde se establece una zona de esparcimiento canino en Sevilla. De esta forma, el parque se convierte en un lugar de reunión tanto para los animales como para sus dueños y genera valores socioculturales entre vecinos, por lo que las asociaciones solicitan medidas para implantar más zonas y mejorar las ya existentes.
El Ayuntamiento de Sevilla define un esparcimiento canino como una zona acotada con vallas apropiadas y con accesos creados mediante puertas dobles. Dentro del recinto, disponen de fuentes adaptadas a personas y animales, un sistema de recogida y limpieza, además de una zona diferenciada para perros de talla pequeña. Por tanto, se trata de un espacio público compartido por personas y perros, donde se fomenta la buena educación de las mascotas, así como actitudes responsables y cívicas por parte de los dueños.
Sin embargo, las asociaciones de perros y vecinos no están satisfechos con las zonas de esparcimiento canino especificadas por el Ayuntamiento –hay establecidas 28 y están distribuidas por los diferentes Distritos– . Según el miembro de la Asociación de Esparcimiento Canino de Sevilla Raúl Laguna, en declaraciones a Europa Press, “a día de hoy, 28 es un número muy elevado en comparación con las que había hace diez años, pero no suficientes para acoger a todas esas familias con animales”.
Asimismo, Laguna ha explicado que desde la asociación han luchado por establecer nuevas zonas de esparcimiento canino sobre todo “en la Macarena y en el centro, donde no hay ninguno”. Sin embargo, la entidad reconoce que el Ayuntamiento establecía como el único punto posible el parque de la Barqueta, un espacio que “no cumple con las condiciones higiénico-sanitarias y que, además, no tiene iluminación”, aunque reconoce que últimamente se han abierto en los barrios periféricos algunos de “buena calidad”.
También el presidente de la Asociación de Vecinos de La Rosaleda, Antonio Urbano, ha explicado a Europa Press que “no existe una normativa unificada que reúna una serie de condiciones necesarias para establecer una zona de esparcimiento canino, por lo que cualquier administración pública lo puede poner”.
De esta forma, Urbano ha expresado la necesidad de “una coordinación entre los diferentes equipos de la Administración municipal –Parques y Jardines, el Distrito y Lipasam– para que, a través de un estudio de un equipo multidisciplinar, se marque “la columna vertebral que establezcan zonas que respeten la convivencia entre los vecinos y satisfaga las necesidades de los animales”.
En este sentido, el miembro de la Asociación de Esparcimiento Canino Raúl Laguna ha lamentado que dentro de los parques, se establezcan zonas para los canes donde “nadie quiere estar por su degradación”, ya que son sitios “de tierra seca sin sombra, ni iluminación, ni fuentes de agua en una ciudad en la que se alcanzan los 45 grados”. Además, ha indicado que “los propietarios de perros son personas y pertenecen a esta sociedad”.
Tras un tercer cierre de la zona de esparcimiento canino del parque de La Rosaleda en mayo de 2024, que ha generado tensiones entre los vecinos de la barriada –dueños de perros y propietarios–, Urbano ha señalado que le resultó “extraño” que nadie se pusiera en contacto con él, señalando al Distrito San Pablo-Santa Justa. Además, ha añadido que cuando llamó al técnico del Defensor del Pueblo para comunicar que ya no existía la problemática, vieron que el expediente “ya se había cerrado”.
El presidente de la asociación ha echado de menos que el Distrito no se haya mostrado “proactivo” para impulsar una serie de normas comunes que sigan todos los parques de Sevilla y permita la creación de esparcimiento en otras zonas, así como una campaña de sensibilización para los dueños de perros, cuando la asociación busca “una mejora continua de la convivencia vecinal”.
TRAS LAS VALLAS DEL PARQUE
Una vez dentro de las zonas de esparcimiento canino, la situación tampoco mejora, puesto que “no se tienen en cuenta ni las necesidades de los animales, ni las necesidades de los dueños”, ha advertido Laguna. Entre los elementos que componen estas zonas, se encuentran los ‘Agility’ –aparatos especializados para la práctica de deporte canino–, una actividad para la que el animal “tiene que estar preparado”, ha explicado el integrante de la asociación.
Sin embargo, Laguna también ha explicado que algunos parques como el de Pino Montano tiene una zona de esparcimiento canino dividida en dos partes, lo que permite que “cualquier perro que tenga problemas de reactividad, agresividad o miedo tengan derecho a una zona que no sea problemática para los demás, ni para el animal”.
Por otro lado, Laguna reconoce que “el 90% de los parques en Sevilla tienen zonas de perro no oficiales, como el parque de los Perdigones o de los Príncipes”, puesto que se trata de una “necesidad social tanto de los dueños como de los perros”. Además, ha afirmado que “buscamos relacionarnos con personas que tengan nuestros gustos y afinidades” y que gracias a su perro “conoce una variedad de gente increíble”.
En este sentido, el encuentro en estos parques Laguna reconoce que la mayoría de las veces se produce “de manera espontánea”, aunque es cierto que existen grupos de WhatsApp “donde se organizan encuentros, como tomar algo en un bar, la celebración del cumpleaños de un perro, así como la compra de pienso de los animales”.
INICIATIVAS DE LA ADMINISTRACIÓN
A pesar de que la Ley 7/2023 de Protección Animal insta a los ayuntamientos a promover el acceso a espacios públicos, para Laguna el acceso a tiendas, bares y otros negocios se debe más “a la aparición de un nicho de mercado”, ya que “si no dejan entrar a los dueños de perros, se quedan sin una gran clientela”.
Además, Laguna, que es educador canino, ha lamentado que “solo cuatro distritos de Sevilla ofrezcan, entre sus talleres socioculturales, cursos de educación canina” al tener una “alta demanda”. El miembro de la asociación ha expuesto que los motivos del Ayuntamiento para no ampliar la oferta son “el no encontrar un espacio en el que realizarlos”.
NECESIDADES DE CANES
En cuanto a las necesidades de los canes, Laguna ha asegurado que “el perro es un animal social y, por lo tanto, necesita establecer vínculos sociales más allá de los que mantiene con su familia”. Para ello, la única forma es “estar con otros perros”, ya que desarrollan sus necesidades cognitivas, comunicativas y afiliativas.
De esta forma, el integrante de la asociación ha concluido explicando que cuando un perro se encuentra aislado, se generan problemas de conductas porque “el perro tiene unas necesidades reales, no solo físicas, sino también emocionales, que necesita de ese espacio y convivencia”.
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