MADRID, 14 (EUROPA PRESS)
La tormenta del pasado 30 de julio que provocó corrimientos de tierra mortales en Kerala (India) fue un 10% más intensa debido al cambio climático, según un estudio de World Weather Attribution (WWA). Un total de 140 litros por metro cuadrado (l/m2) cayeron en un sólo día en un suelo ya saturado tras dos meses de lluvias monzónicas, lo que provocó inundaciones y corrimientos de tierra en el distrito norteño de Wayanad que dejaron al menos 231 muertos y más de 100 desaparecidos.
Para evaluar la posible influencia del cambio climático en las tormentas, un total de 24 científicos de India, Suecia, Estados Unidos (EEUU) y Reino Unido se han centrado en la precipitación máxima de un día durante la época del monzón de junio a septiembre en la región del norte de Kerala, la más afectada por el desastre.
Así, los expertos han concluido que el cambio climático ha provocado que las tormentas de un día durante el monzón sean un 10% más intensas. En este sentido, han señalado que este tipo de eventos salía ser “increíblemente raros en la zona” antes del cambio climático, pero que actualmente se espera que ocurran alrededor de una vez cada 50 años.
A su vez, han advertido que hasta que la sociedad no reemplace los combustibles fósiles por las energías renovables, las tormentas durante el monzón se van a volver incluso más fuertes, lo que a su vez aumentará el riego de que los corrimientos de tierra dejen más víctimas mortales. De hecho, han destacado que si el calentamiento global alcanza los 2ºC por encima de las temperaturas preindustriales, las tormentas de un día en Kerala se volverá un 4% más intensas.
Tal y como destacan los expertos, estos resultados están en la línea de un gran cuerpo de evidencia científica sobre tormentas extremas alrededor del mundo: una atmósfera más cálida, calentada por las emisiones de combustibles fósiles, puede retener más humedad, lo que resulta en tormentas más fuertes.
Por último, los científicos han apuntado que los corrimientos de tierra en Wayanad acabaron convirtiéndose en un desastre porque los suelos están entre los más sueltos y erosionables de la región. Por ello, los investigadores han subrayado la necesidad de evaluaciones más estrictas de los deslizamientos de tierra, así como de restringir la construcción en las laderas y minimizar la deforestación y la explotación de canteras para evitar desastres similares en el futuro.
En esta línea, han indicado que se avisó bien de la tormenta y que algunos de los pueblos fueron evacuados. Sin embargo, han lamentado que el número alto de víctimas mortales indica que las advertencias no llegaron a demasiadas personas y que no especificaron los impactos que se esperaba que el suceso tuviera en determinadas regiones.
- Te recomendamos -