MADRID, 11 (EUROPA PRESS)
Más de 73.000 personas han resultado afectadas y, de ellas, 21.000 han tenido que abandonar sus hogares por las lluvias torrenciales que llevan días azotando once de los 18 estados de Sudán, principalmente el del mar Rojo y Darfur Occidental, en medio del conflicto armado entre el Ejército y las fuerzas paramilitares de Apoyo Rápido que está destruyendo el país entero.
La Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas, la OCHA, estima concretamente un total de 73.183 afectados y 21.370 desplazados en todo el país mientras las autoridades meteorológicas sudanesas avisan de nuevas lluvias durante los próximos días y recomendado a la población que busque lugares elevados.
Las autoridades han conseguido identificar al menos 53 personas fallecidos por estas lluvias pero, como viene siendo habitual en el país africano desde el estallido del conflicto en abril del año pasado, se trata de cifras muy conservadoras y el número real de muertos podría ser mucho mayor.
En Darfur Occidental, el estado más afectado, 2.448 familias de la zona de Foro Baranga han tenido que dejar sus hogares. Fuentes locales han confirmado a Radio Dabanga que localidades como El Zahour, El Salam, El Taawon, El Buhaira han quedado virtualmente arrasadas. Las autoridades estiman que 1.845 casas quedaron destruidas y 603 casas resultaron parcialmente dañadas.
La agencia sudanesa recuerda que los meses de junio a septiembre acumulan la mayor parte de las precipitaciones anuales en el país.
Por su parte, la agencia de la ONU para los refugiados, ACNUR, ya ha identificado junto a las autoridades “un nuevo terreno donde se están instalando tiendas para alojar a las familias afectadas” después de que al menos 11.000 habitantes del estado de Kassala, en el este del país, hayan tenido que abandonar sus hogares y que más de 400 alojamientos hayan sufrido daños en el campo de refugiados de Shagarab, en el estado de Sennar, dejando a las personas ya vulnerables sin lugar donde resguardarse.
ACNUR recuerda que “las personas refugiadas y desplazadas internas continúan soportando la peor parte de una situación humanitaria extremadamente grave, después de más de un año de guerra brutal” que ha provocado una situación de hambruna en uno de los campos de desplazados más grandes del país, el de Zamzam, en la región de Darfur, donde habitan más de 400.000 personas.
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