MADRID, 09 (SERVIMEDIA)
El expresidente de la Generalitat de Cataluña Carles Puigdemont aseguró este viernes que ya está de vuelta en Waterloo y que nunca tuvo “voluntad” de entregarse voluntariamente ni de “facilitar” su detención, al tiempo que denuncia la “españolización” de los Mossos d´Esquadra.
“Hoy estoy en Waterloo después de unos días extremadamente difíciles”, comienza Puigdemont su mensaje, en el que asegura que “hay que analizar la situación política y poner en perspectiva la razón profunda de la operación que hizo posible lo ocurrido ayer. Y lo haré. Pero son miles de kilómetros en muy pocos días y muchas jornadas de una tensión difícil de explicar, y confío en que se entienda que necesiten todavía unas horas para reponer y tomar aire”.
“Lamentablemente, el inefable Departamento de Interior de nuestro Gobierno ha perpetrado hoy una de las ruedas de prensa más deplorables que recuerdo, y me siento obligado a hacer un comentario. No puedo creer que la caza de brujas que se ha desatado contra algunas personas concretas, simplemente porque las han visto a mi lado en momentos determinados, sea protagonizada desde ámbitos políticos que se llenan la boca de lucha antirrepresiva. La ola represora que ha desatado el conseller Elena y el comisario jefe de los Mossos es digna de Marlaska o de Zoido”, denuncia.
En contra de lo que se ha publicado, asegura que no se puso ningún gorro de paja ni estuvo en un maletero, y tampoco ha residido en Hamburgo. “Lo siento mucho”, asegura, por las personas que están recibiendo “la ira de unos responsables políticos y policiales que saben que no han estado a la altura del momento” y que se debe a la “pataleta” de quienes han puesto en marcha un dispositivo que solo sirvió “para molestar a los ciudadanos”.
“Y para gastar inútilmente dinero público, que haría más servicio combatiendo la delincuencia y el crimen organizado que persiguiendo a políticos que no tienen ni una sola condena y castigando a agentes de los Mossos d’Esquadra por su compromiso cívico, y no porque hayan cometido ningún delito”, añade.
Puigdemont recuerda que ya dijo “que nunca he tenido la voluntad de entregarme voluntariamente ni de facilitar mi detención porque me parece inaceptable que se me esté persiguiendo por razones políticas y que, encima, no se esté aplicando la ley de amnistía” y considera que el operativo y la reacción posterior “no comprensible ni aceptable”.
Pone en valor el papel de los Mossos ante los antentados terroristas en Barcelona y Cambrils y subraya que en su momento el Major Trapero “actuó con gran responsabilidad y gran sentido de la institución, que es lo que sí le podíamos exigir el conseller Forn y yo mismo como responsables políticos. Y cuando se decidió montar una operación Jaula fue porque había que atrapar a unos terroristas que acababan de perpetrar una masacre en la Rambla. Unos terroristas. Gente que acababa de asesinar indiscriminadamente. No un responsable político que tiene una orden de detención que toda Europa ha rechazado y que, por supuesto, no ha matado a nadie”.
“¿Cuántas órdenes de detención existen en estos momentos vigentes contra ladrones, violadores, narcotraficantes y asesinos? ¿Y cuántos dispositivos como el de ayer se están montando? ¿No se les cae la cara de vergüenza?”, se pregunta Puigdemont, para quien “la degradación a la que los comparecientes de la rueda de prensa de hoy han arrastrado al cuerpo de Mossos d’Esquadra será muy difícil de revertir”.
“La vía hacia su españolización (principalmente en el sentido de modelo policial) empezó con un tripartito y culminará con un gobierno que el propio tripartito ha hecho posible. Y una consideración final. Si el conseller Elena y el departamento de Interior hubieran cumplido con la ley y me hubieran dado el escolta que me corresponde, habrían sabido en todo momento cuál era mi recorrido por Barcelona y por Cataluña. No hubiera sido necesaria la delirante operación de ayer, que formará parte para siempre de su biografía pública. Y no como un mérito precisamente”, concluye.
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