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Hugo González, un excepción en la natación española: “He dado mi máximo esfuerzo, pero no ha sido suficiente”

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El mallorquín repite en los 200 espalda el sexto puesto de los 100 en París y en Tokyo 2020

PARÍS, 1 (del enviado especial de EUROPA PRESS, Gaspar Díez)

El nadador Hugo González de Oliveira concluyó sexto en la final de los 200 espalda de los Juegos Olímpicos de Paris 2024, disputada en el Paris La Defense Arena, y repitió la misma posición que en el 100 espalda en la capital francesa y hace cuatro años en Tokyo 2020 porque, según él, “no ha salido”.

Después del sexto lugar en los 100 espalda, Hugo González se rebeló contra sí mismo: “He demostrado que puedo nadar más rápido”. Y el pupilo de Dave Durden en la Universidad de California (Estados Unidos), donde emigró para hacer las Américas siguiendo el consejo de Sergi López, bronce en Seúl’88, braceó más rápido que en las series para intentar atrapar la gloria olímpica.

“Bueno, he hecho una buena salida y, en general, una buena carrera, pero nos ha faltado el empuje del último 50, que es el que no nos ha permitido hacer el tiempo que queríamos hacer. No es una mala carrera, al final es sexto de los Juegos, pero no es nuestro potencial, hemos nadado más rápido dos veces, en Mallorca y en Doha, así que no estoy satisfecho”, admitió tras su segunda final olímpica -aún le resta el 4×100 estilos- en la Ciudad de la Luz.

En una final sin su compañero de entrenamientos, el estadounidense Ryan Murphy, campeón olímpico en Tokyo, a González no le importó nadar por la calle 8, la misma del hectómetro espalda tras el que salió molesto por un resultado -el mismo que en los Juegos de la pandemia- que no era el buscado.

“No, no, no, creo que era buena calle para nadar rápido esta tarde, y simplemente no ha salido”, apuntó el campeón del mundo en febrero, que llegó con la peor marca de los finalistas y partió en la peor calle, en la que se pierde la referencia por la altura del techo de la piscina temporal más grande de Europa, con casi 17.000 (16.700) tornillos sujetando una estructura de 47 toneladas de acero, y la del vaso de tan solo 2,10 metros.

“¿Qué ha cambiado de Mallorca aquí en un mes? Ésa es la pregunta del millón. Si hubiera salido hoy… Pero es lo que toca. Analizar la prueba, seguir, porque tenemos otra prueba en el 4×100 estilos en dos días y descansar para darlo todo una vez más en los últimos dos largos que tenemos”, recordó.

La apuesta de renunciar a los 200 estilos le salió cruz al hijo de español y madre brasileña, de 25 años y un ‘rara avis’ como lo fue antaño el explusmarquista mundial de los 50 mariposa Rafa Muñoz de una natación hispana más acostumbrada a los éxitos de los fondistas. “En España hay más aprobación por las pruebas largas”, apuntó a Europa Press hace unos meses en un viaje relámpago a París.

Para intentar llegar a la medalla olímpica Hugo hizo otra concesión: dejó de ‘vivir el espíritu olímpico’ de la Villa, de sus largos traslados en buses sin aire acondicionado que aplacar el intenso calor de París, alternado con las tormentas eléctricas del verano, y se trasladó a la comodidad de un hotel.

“No hay presión, sólo pasión”, dijo ante la prensa en la Villa cuando el foco mediático apuntó al discípulo de José Ignacio González ‘Taja’, su entrenador en el Canoe cuando se prepara en Madrid, como principal baza de la natación española en Paris 2024.

La final arrancó con la emoción de ver a Hugo tercero en los 50 y 150 metros e, incluso, segundo en el 100 en una final ganada por el húngaro Hubert Kos. “¿La estrategia? No he visto muchos parciales. Creo que han sido los mismos que teníamos en Mallorca, así que es la misma estrategia de siempre. No he terminado de encontrar mi estilo, no he terminado de encontrar mi ritmo y está claro que hemos dado todo, no teníamos más el día de hoy”, confesó.

Decepcionado con la marca (1:55.47), González siguió buscando las respuestas. “No es lo que queremos hacer, no es lo que habíamos entrenado todo el año para llegar hasta aquí y nadar más lento, así que estoy un poco decepcionado con la marca. El puesto no está mal, pero la marca no es lo que tenemos”, indicó.

La culpa no es, a su juicio, del vaso de la piscina. “Hay muchas combinaciones por las que podemos tener este resultado, pero al final todos los deportistas que estamos aquí estamos en las mismas condiciones, en la misma piscina, misma temperatura, así que no hay excusa. Era competir a ver quién estaba mejor en la final y hoy somos el sexto mejor especialista”, lamentó el campeón de Europa en Budapest.

Sin la baza de González la natación española sigue huérfana de podios olímpicos desde el oro y bronce de la ausente en París Mireia Belmonte en Rio 2016. Se resiste ese noveno metal tras los cuatro de Belmonte, y los de los hermanos David y Martín López Zubero, Sergi López y Nina Zhivaneskaya.


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