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Se ha comenzado la restauración de las partituras musicales de Juan Bautista Comes

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Se trata de más de medio centenar de piezas del siglo XVII y son de las más antiguas que se conservan en la Catedral de València”

VALÈNCIA, 26 (EUROPA PRESS)

La Catedral de Valencia, mediante un convenio con el Institut Valencià de Conservació, Restauració i Investigació (IVCRi) de la Generalitat Valenciana, restaurará próximamente partituras musicales de Juan Bautista Comes (Valencia, 1582- 1643), uno de los más destacados compositores del Barroco español, introductor en València del género policoral.

Se trata de un total de 51 partituras del XVII, de las cerca de 230 que se conservan actualmente repartidas en los archivos de la Catedral de València y del Colegio del Corpus Christi El Patriarca, donde Juan Bautista Comes fue maestro de capilla. Ahora, tras el trabajo de investigación de la profesora y musicóloga Mireia Royo Conesa, se iniciará un proyecto para la conservación de este importante repertorio.

“Es un compositor muy reconocido en la obra polifónica religiosa. Sus obras respiraban religiosidad, su música es verdaderamente sacra, una música que no puede partir sino de una persona creyente que vive la religión y la fe. Su música habla de su propia religiosidad porque está plasmando, musicalmente, lo que vive interiormente”, declara el canónigo Prefecto de Música Sacra de la Catedral, Aquilino Martínez.

Igualmente, Aquilino Martínez destaca la importancia en la actualidad de que la música sacra resuene, no sólo en su ámbito normal y habitual, para el que fue proyectada, sino incluso en otros ámbitos seculares o no sacros, como en teatros, en el Palau de la Música u otros espacios, porque a través de este tipo de música el mensaje religioso, el mensaje de Dios, puede llegar de otro modo a personas que no vienen a las iglesias. La música sacra, como la de Comes, siempre es un medio para que Dios y el ser humano se acerquen”.

El conjunto de partituras que ahora serán restauradas forman parte del Archivo de la Catedral, un “archivo vivo –de dos grandes capillas musicales del siglo XVI”, contando también la del Patriarca– y que “sigue teniendo actualidad porque es muy consultado fundamentalmente por musicólogos, con obras que se interpretan hoy en día”, según señala Vicente Pons, canónigo archivero de la Seo.

Parte de esas partituras “se encuentran hoy muy deterioradas al estar realizadas con tinta ferrogálica que contiene componentes del hierro, y que al oxidarse por el paso del tiempo perfora el papel”.

En ese sentido, Luis Garrido, musicólogo valenciano, director de la Escolanía de la Virgen y de la Coral Catedralicia, asegura que las partituras que ahora se van a restaurar “son de las más antiguas que se conservan en la Catedral de València”.

Muchas de ellas fueron muy utilizadas en su tiempo y “podemos observar cómo algunas tienen un desgaste propio de lo mucho que se cantaba. Incluso hoy en día seguimos cantando estas obras en la Coral Catedralicia”.

Por lo tanto, “son legajos muy desgastados en la época” y muy usados años y siglos después por el interés de los musicólogos y también de muchos directores de coros y personas muy vinculadas a la música antigua, que también han querido hacer sus transcripciones, para emplearlas y cantarlas en sus propios coros. Por eso, “hay que hacer un esfuerzo por conservarlas”.

No obstante, algunas de estas partituras están ya transcritas e incluso editadas. En ese sentido, una de las figuras que hizo una “grandísima labor” en este tema fue el Padre Guzmán en el siglo XIX, porque él ya transcribió alguna de estas obras. Posteriormente, José Climent, gran experto en la figura de Juan Bautista Comes, que también “hizo muchísimo al respecto. Era un enamorado del artista Comes. Y ahí está la Coral catedralicia que interpreta muchas de sus obras”.

Precisamente, Luis Garrido asegura que “la primera obra polifónica que cantamos fue una obra de Comes y tenemos muchas en nuestro repertorio actual”.

Así, entre las obras de Juan Bautista Comes que actualmente suenan en la Catedral de Valencia figura “el Gradual Christus Factus Est” que se interpreta el Jueves y el Viernes Santo desde la misma época del maestro de capilla. Y, precisamente, “la labor de la Coral Catedralicia es rescatar el patrimonio musical valenciano y especialmente el de la Santa Iglesia Catedral”.

Por tanto, “rara es la celebración eucarística en la Catedral en la que no haya una obra de Comes”. También, una de las piezas que se van a restaurar es el villancico “Que el Rey del Cielo”, a ocho voces, que lo cantó el Coro de la Catedral el día de Nochebuena.

De entre estas piezas hay algunas obras relativamente sencillas. Por ejemplo, el “Christus Factus Est” es una obra a “capela”, a cuatro voces. Pero, por otro lado, como es realmente un compositor que desarrolló mucho la policoralidad, hay piezas más complicadas de interpretar, porque tiene obras a 8, a 12, y 16 voces y “esto ya requiere de una formación coral con un poco más de consistencia”.

IMPULSOR DE LA POLICORALIDAD

Luis Garrido asegura que Juan Bautista “es uno de los compositores maestros valencianos más importantes que tenemos en la historia de Valencia, fue un compositor muy prolífico, especialista en música sacra, y fue un impulsor de la policoralidad.

“Estamos hablando del siglo XVII, del esplendor de las capillas musicales y aquí en Valencia en nuestra Catedral no podía ser menos. Se habla, incluso, de que a mediados del siglo XVII, solamente cantores había 25 en la Seo y eso nos da muestras de cómo la policoralidad de Comes la llevó a las cotas más altas”.

De hecho, Comes es uno de los primeros compositores españoles que escribe para un número mayor de voces con una variada colocación de coros perfectamente indicada en sus obras y partituras. Por eso, es el introductor en Valencia del género policoral.

“Así, podemos apreciar en muchas partituras de Comes anotaciones del propio autor de cómo se distribuían los miembros del coro en la Catedral y en qué lugares. Antiguamente la Catedral tenía el coro ubicado en la parte central del templo por lo que se cantaba “al más puro estilo de los Gabrielli de Venecia, disponiéndose los cantores en varios puntos o partes de la Seo para conseguir ese mismo efecto de voces”.

Igualmente, esta idea es remarcada por el organista de la Catedral de Valencia, Pablo Márquez que asegura que Comes “es una de las figuras más insignes de la Catedral de Valencia y también del barroco español, así como uno de los pioneros y maestros en el uso de la policoralidad”. Para “buscar un mayor efecto dramático cuando interpretaban las composiciones, se ubicaban diferentes coros en los espacios de la Catedral”, afirma.

Entre las partituras que se van a restaurar figura un Miserere a 16 voces “y estaba repartido en cuatro coros, en puntos distintos. Es decir, que el sonido envolvía la Catedral y se conseguía un efecto estéreo como el que podemos experimentar en los cines”, explica Márquez. “De hecho, la primera reforma de los órganos durante el siglo XVII (concretamente en 1604), fue el refuerzo de las tribunas de los dos órganos catedralicios para que los cantantes y ministriles pudieran situarse en esos espacios, normalmente reservados a los organistas”.

De ahí la “importancia de lo que se conoce como la Escuela de Venecia de los Gabrieli, que en la Basílica de San Marcos de Venecia ubicaban los coros en lados opuestos y en diferentes lugares. Eso también se trajo a España, siendo Valencia uno de los primeros lugares donde este estilo compositivo se desarrolló y desde donde se irradió por toda la península”, concluye.


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