MADRID, 21 (EUROPA PRESS)
El judo español viaja a París con un extenso equipo de nueve judocas, liderado por Fran Garrigós, Niko Sherazadishvili y Ai Tsunoda, con garantía de éxito por los resultados conquistados en los grandes torneos previos a los Juegos en una cita olímpica en la que espera romper su gafe de más de dos décadas sin subirse al podio, y tras la decepción de Tokio hace tres años.
Como no podía ser de otra manera, el judo debutó en unos Juegos en Tokyo 1964, aunque no entró como fijo al programa olímpico hasta Munich 1972, y fue en Barcelona’92 cuando se estrenó la categoría femenina, cuando, además, dos españolas, Miriam Blasco y Almudena Muñoz, se colgaron el oro. Aunque por su origen nipón, es Japón el que domina el medallero de este arte marcial con 96 preseas, 48 de ellas de oro.
Y es que las alegrías del judo al deporte español en los Juegos quedan ya lejos, hace exactamente 24 años de la última medalla nacional en esta disciplina. Se estancaron en la cita de Sydney 2000 con el oro de Isabel Fernández (-57), y el gafe no se rompió en Tokio, donde sin embargo estaba justificado pensar en medallas.
Fernández también se colgó el bronce (-56) en Atlanta 1996, evento en el que se subieron al podio Ernesto Pérez Lobo (plata en +95) y Yolanda Soler (bronce en -48), éxitos que se unen a los mencionados oros de Miriam Blasco y Almudena Muñoz en Barcelona’92 en -56 y -52, respectivamente.
Ahora, España viaja a París con nueve representantes que forman “el mejor equipo de la historia en los Juegos Olímpicos”, según el presidente de la Federación Española de Judo y Deportes Asociados, Juan Carlos Barcos, que augura al menos dos medallas para acabar con esa racha negativa.
Una de las grandes opciones es Fran Garrigós, actual número uno del mundo en -60kg, campeón del mundo en 2023 y vigente campeón de Europa, título que también logró en 2022 y 2021. Casualidad o no, ya se subió al podio en el Gran Slam París 2024 en febrero, ciudad en la que ahora buscará dar su gran golpe ante los ojos de todo el planeta.
El de Móstoles, de 29 años y cuyo sueño de niño es subirse a lo más alto del podio olímpico, quiere sacarse las ‘espinitas’ de Rio 2016, donde perdió su primer combate y acabó decimoséptimo, y Tokyo 2020, cita en la que solo pudo ser noveno, en un evento en el que España no cumplió con las expectativas generadas en torno al judo.
Garrigós es la punta de lanza de un equipo sólido que quiere y debe demostrar que puede rendir al máximo en este tipo de competición, después de más de dos décadas de sequía. Así, otras de las grandes esperanzas es Nikoloz Sherazadishvili (-100), con ganas de olvidar el recuerdo de sus lágrimas en Tokio –acabó séptimo–, donde cayó en la repesca (-90) ante el uzbeko Davlat Bobonov, que terminó con el sueño olímpico del judoca de origen georgiano.
El Arena Campo de Marte, donde se disputarán los combates del 27 de julio al 3 de agosto, será el escenario del resurgir de ‘Shera’, que llega a la cita olímpica como número ocho del ránking y tras colgarse tres bronces en los últimos dos años: uno en el Mundial de Abu Dabi el pasado mes de mayo, y dos en los Europeos de Sofía en 2022 y Montpellier en 2023, para confirmar que vuelve a llegar con plena confianza y en buen estado de forma, ya con la lección aprendida de su decepción en Tokio.
En las quinielas para las medallas también entra David García Torné (-66), en un gran momento tras un calvario con las lesiones y, como Niko Shera o Fran Garrigós, pupilo de Quino Ruiz. El catalán ha superado seis operaciones de rodilla, tres de menisco, la primera a los 18 años y otras tres de ligamento cruzado. Ahora, su forma es inmejorable, después de la plata continental en 2023 y como número nueve del ránking.
Tampoco habrá que perder de vista al judoca de origen georgiano, afincado en Vigo, Tristani Mosakhlishvili (-90), de 26 años, que participará por primera vez en unos Juegos después de su bronce en el Mundial de Abu Dabi hace unos meses, y ya con una victoria en el Grand Slam (Astaná 2022) y dentro del ‘top 15’ mundial. La terna masculina la completa Salva Cases (-73), plata en el Europeo de 2023, con el objetivo de brillar también en una cita internacional, que hasta ahora se le resiste.
TORO Y TSUNODA, BAZAS FEMENINAS
En categoría femenina, repite en París Cristina Cabaña (-63), la más veterana con 31 años, y que fue novena en los Juegos de Tokio. La extremeña no entra en los grupos de favoritas, aunque su experiencia en grandes competiciones para saber manejar situaciones de presión puede resultar clave.
Será el espejo en el que se miren tres debutantes olímpicas. La catalana Ai Tsunoda (-70) llega con el refuerzo anímico y de rendimiento que le da su bronce en el Europeo de Zagreb de este mismo año. Mismo torneo en el que la vasca Ariana Toro (-52), hija de la judoca y medallista en Atlanta 1996 Yolanda Soler, se subió al tercer cajón del podio. Finalmente, la terna femenina la completa la madrileña Laura Martínez, de 25 años, que fue tercera en el Europeo del año pasado de Montpellier.
Además, España, que va con nueve judocas, competirá en la modalidad de equipos mixtos, que se estrenó en Tokio, después de que Toro y Mosakhlishvili certificaran en el Mundial de mayo sus plazas olímpicas. Participar en esta nueva categoría, eleva las opciones de España de obtener medalla, ya que el equipo es tan brillante como sólido.
Se trata de una competición de seis contra seis, tres hombres y tres mujeres, que participan de forma intercalada e individual en seis pesos predefinidos: -57kg, -70kg y +70kg, las chicas y -73kg, -90kg y +90kg los chicos. Competirán Toro, Cabaña, Tsunoda, Mosakhlishvili, ‘Shera’ y García Torné o Cases, mientras que Garrigós, al competir en el peso más bajo, se quedaría fuera.
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