MADRID, 17 (SERVIMEDIA)
Dos de cada tres trabajadores con discapacidad, lo que se traduce en un 64 %, expresaron su deseo de cambiar de empleo, según se desprende del informe ‘Motivaciones y expectativas sobre el mercado laboral de las personas con discapacidad’, elaborado por Fundación Randstad y publicado este miércoles.
El informe también recoge que, entre las motivaciones principales para el cambio de trabajo, se encuentran la búsqueda de un mejor salario (94 %), la necesidad de tener una mayor flexibilidad (86 %), la búsqueda de mejores oportunidades fuera de su empresa (82 %) o encontrar un empleo más acorde con su formación (81 %).
Frente a ello, el 36 % de las personas con discapacidad que tiene un empleo no muestra deseos de cambiar. En este sentido, para permanecer en su puesto actual aluden a la comodidad en su entorno laboral (89 %), al nivel de flexibilidad de la empresa (66 %) y al salario percibido (65 %) como principales razones.
En esta misma línea, 8 de cada 10 personas con discapacidad trabajadoras, además de expresar su deseo de cambiar de empleo, están buscando un nuevo trabajo o abiertas a nuevas oportunidades. Así pues, sólo un 7 % de los encuestados se encuentra satisfecho con su actividad y no tiene intención de cambiarla.
Tal y como queda reflejado en el estudio, aproximadamente un tercio de los encuestados está actualmente en proceso de formación, aunque los desempleados con discapacidad tienden a formarse más que los que están trabajando. Entre las áreas de formación más demandadas se encuentran el dominio de idiomas, los conocimientos informáticos y la gestión administrativa.
Las motivaciones para todos ellos son similares, pero entre las personas desempleadas destaca encontrar un empleo (79 %), actualizar conocimientos y habilidades (69 %) y acceder a mejores oportunidades laborales (68 %). Sin embargo, la actualización de conocimientos y habilidades se encuentra en primer lugar para las personas que ya cuentan con un empleo, con un 71 %. A esto les siguen el acceso a mejores oportunidades laborales (59 %) y cambiar de empleo (43 %).
Por otro lado, la investigación subraya que la mayoría de los encuestados optan por no realizar formación, y tanto desempleados como empleados aluden a las mismas barreras para la participación en cursos: dificultades económicas y la falta de cursos adaptados a la discapacidad.
Sin embargo, los desempleados muestran una mayor dificultad debido a problemas de salud que dificultan el seguimiento continuo de la formación (10 % frente al 3 % de los empleados) y una menor percepción de que ya tienen los conocimientos suficientes para el trabajo que realizan (18 % frente al 23 % de los empleados).
No obstante, el 94 % de los desempleados y el 96 % de los trabajadores aseguran que sí se formarían si encontraran cursos adaptados o pudieran contar con ayuda económica para hacerlos.
Los jóvenes de 16 a 29 años son el grupo más activo en la participación en cursos de formación, con un 46 % de ellos realizando algún curso. En cuanto a las razones para realizarlos, este grupo muestra un interés particularmente alto en encontrar empleo (78 %) y acceder a mejores oportunidades laborales (69 %), en comparación con los otros grupos de edad.
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