OVIEDO, 20 (EUROPA PRESS)
El Boletín Oficial del Estado (BOE) publica este sábado el acuerdo de la Secretaría de Estado de Memoria Democrática por el que se declara ‘Lugar de Memoria Democrática’ la Casa Natal y Busto del General Riego y Monolito de reconocimiento de Tuña como pueblo ejemplar.
“Su figura y su compromiso fueron un referente del liberalismo democrático a lo largo de todo el siglo XIX y gran parte del siglo XX. Su himno fue popularizado e inmortalizado por la II República Española al ser declarado himno nacional. Su gesta y la defensa de los principios liberales que le llevaron a ser detenido y ahorcado en la plaza de la Cebada de Madrid el 7 de noviembre de 1823 cobraron plena actualidad a través del discurso que pronunció S.A.R el Príncipe de Asturias en su visita a Tuña en el año 2000. Su nombre está inserto en los orígenes de nuestra memoria democrática”, se argumenta en el acuerdo firmado por el secretario de Estado de Memoria Democrática, Fernando Martínez López.
Al respecto, la delegada del Gobierno en Asturias, Adriana Lastra, hace una publicación en redes sociales para destacar que con esta declaración se honra la memoria del general Rafael del Riego.
“Si tenemos un Estado democrático y de derecho es, en parte, por la valentía de hazañas como su levantamiento contra el absolutismo. Abanderó los valores, las libertades y los derechos que hoy forman parte de nuestra identidad”, ha resaltado.
TRAYECTORIA DEL GENERAL RIEGO
En el acuerdo se hace referencia a la trayectoria del general asturiano, apuntando que “la tradición liberal doceañista española tienen como uno de sus ejes fundamentales su vinculación a la figura histórica del general don Rafael del Riego y Flórez”.
“Nació en la villa asturiana de Tuña el 7 de abril de 1784 en el seno de una familia hidalga e ilustrada. Estudió leyes en la Universidad de Oviedo antes de emprender la carrera militar en Madrid en el seno de la Guardia Real. Iniciada la guerra de Independencia en mayo de 1808, retornó al Principado para combatir a las tropas francesas con el grado de capitán. En noviembre de 1808, tras la derrota de sus fuerzas en combate en la provincia de Burgos, fue deportado a Francia como prisionero de guerra durante cuatro años. Allí afianzó su ideología patriótica y antiabsolutista y entró en contacto con círculos masónicos afines al liberalismo. En enero de 1814 consiguió evadirse de la prisión y regresar a España a tiempo para jurar la Constitución aprobada por las Cortes de Cádiz el 19 de marzo de 1812”, se indica.
Igualmente, se apunta que “restablecido el absolutismo en mayo de 1814 por Fernando VII, Riego permaneció en el ejército como capitán y en febrero de 1817 se presentó voluntario para el Ejército Expedicionario que estaba reuniéndose en Cádiz con el propósito de salir hacia América para combatir los incipientes movimientos independentistas. A fines de 1819 se integró como teniente coronel en el batallón ‘Asturias’ acuartelado en Cabezas de San Juan (Sevilla), a cuyo mando estaba Evaristo Fernández de San Miguel, amigo y paisano suyo, también antiguo deportado de ideas liberales. De su mano, Riego participó en la conjura militar que pretendía restaurar la Constitución de 1812, especialmente bien implantada entre los mandos del Ejército Expedicionario. Cuando San Miguel y otros líderes implicados fueron detenidos, correspondió a Riego encabezar la sublevación iniciada en Cabezas de San Juan el 1 de enero de 1820”.
“Consiguió derribar la resistencia de Fernando VII gracias a que el pronunciamiento militar fue secundado por levantamientos civiles en varias ciudades españolas en marzo de 1820. El triunfo del movimiento liberal devolvió a España el espíritu constitucionalista que había emanado de las Cortes de Cádiz, dando paso a tres años de aplicación y desarrollo de la Constitución de 1812 en el llamado Trienio Liberal (1820-1823)”, se añade.
Del mismo modo, se recuerda que “con la nueva situación política, Rafael de Riego se alineó con la facción exaltada del liberalismo frente a la corriente moderada y fue elegido diputado a Cortes por Madrid” y se incide en que “en febrero de 1822, Riego asumió la presidencia de las Cortes en un contexto crítico para el régimen liberal ante la decisión de las potencias extranjeras de apoyar a Fernando VII en su tentativa de restaurar el absolutismo. Con el apoyo de tropas francesas a través de los ‘100.000 Hijos de San Luis’ comandados por el Duque de Angulema, sin apenas resistencia armada y ante la apatía de la mayoría del país, el rey consiguió su objetivo de restablecer el régimen absoluto en noviembre de 1823, desatando una represión implacable contra los liberales. Una de sus víctimas más destacadas fue el propio general Rafael de Riego, que no consiguió refugiarse en Gibraltar y fue detenido, procesado por traición y condenado a muerte en la horca por orden de Fernando VII. La sentencia se ejecutó en público el 7 de noviembre de 1823 en la Plaza de la Cebada de Madrid”.
- Te recomendamos -