MADRID, 18 (EUROPA PRESS)
Las mujeres sólo representan el 12% de las cátedras universitarias de Matemáticas en España, lo que supone más de 10 puntos menos del total, ya que representan el 22,5% de las cátedras en España.
La Comisión de Mujeres y Matemáticas de la Real Sociedad Matemática Española (RSME) destaca también que sólo el 43% del personal investigador en las universidades públicas de España son mujeres.
La institución lamenta que los últimos informes relativos al panorama actual en lo que se refiere a mujeres y ciencia arrojan datos que reflejan la desigualdad existente.
Entre ellos, que existe una fuerte disparidad en la solicitud de sexenios (28% de mujeres y 72% de hombres), mecanismo que retribuye de manera complementaria, en reconocimiento de la actividad del personal docente e investigador.
En España, la probabilidad de que un profesor titular sea promocionado a catedrático es 2,5 veces superior que el de una profesora titular con una situación personal, familiar y profesional similar.
En el caso de tener familia, la situación empeora, porque un hombre con hijos tiene 4 veces más probabilidades de ser promocionado a catedrático que una mujer con hijos y con un currículum similar.
En lo concerniente a la formación, las estadísticas muestran que en los estudiantes de Grado de Matemáticas hay un 39,6% de mujeres y un 60,27% de hombres, según datos de la matriculación 2022/23 recogidos por el Sistema Integrado de Información Universitaria del Ministerio de Universidades.
A este respecto, según el Libro Blanco de las Matemáticas, la tendencia ha ido a la baja. Fuentes de la RSME destacan “la progresiva pérdida de presencia femenina que el Grado en Matemáticas ha tenido en los últimos años”.
“Es algo que ha coincidido con la mayor popularidad de estos estudios, un poco lo mismo que ocurrió hace tiempo con Informática, que en su origen era una cosa casi de mujeres y cuando fue evolucionando acabó más en manos de los hombres. Y es algo preocupante porque luego esta presencia desciende cada vez más en la carrera académica, es decir, en el máster, doctorado y demás. Es el denominado efecto tijera”, afirman.
Según la RSME, es importante corregir esta infrarrepresentación femenina en investigación para “evitar que haya sesgos de género, por ejemplo, en los desarrollos tecnológicos, como en los algoritmos o la inteligencia artificial”.
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