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La catástrofe en Pompeya empeoró debido a los terremotos que ocurrieron después de la erupción del Vesubio

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MADRID, 18 (SERVIMEDIA)

La desaparición de la ciudad de Pompeya se recrudeció con terremotos posteriores a la erupción del Vesubio en el año 79 d. C., que impidieron a algunos habitantes salir de los edificios donde se habían refugiado tras el estallido volcánico.

Así se explica en un estudio colaborativo dirigido por investigadores del Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología (INGV) de Italia y el Parque Arqueológico de Pompeya, quienes arrojan luz sobre los efectos de la sismicidad asociada a la erupción volcánica.

Hace casi 2.000 años, Plinio el Joven escribió cartas en las que describía un temblor de tierra durante la erupción del Vesubio.

El nuevo estudio, publicado este jueves en la revista ‘Frontiers in Earth Science’, es el primero que aborda la compleja tarea de informar sobre los efectos de terremotos concurrentes, algo complicado por la posibilidad de que los efectos volcánicos y sísmicos se produzcan simultáneamente o en rápida sucesión.

Ello significa que los efectos volcánicos pueden eclipsar los causados ​​por los terremotos y viceversa.

“Estas complejidades son como un rompecabezas en el que todas las piezas deben encajar para desentrañar el cuadro completo”, según Domenico Sparice, vulcanólogo del INGV-Observatorio Vesubiano y primer autor del estudio.

Sparice añade: “Demostramos que la sismicidad durante la erupción jugó un papel significativo en la destrucción de Pompeya y, posiblemente, influyó en las decisiones de los pompeyanos que se enfrentaron a una muerte inevitable”.

PISTAS DEL COLAPSO

Fabrizio Galadini, geólogo e investigador principal del INGV, apunta que “reconocer correctamente la relación causa-efecto es esencial para reconstruir la interacción entre los fenómenos volcánicos y sísmicos, y sus efectos sobre los edificios y los seres humanos”.

Durante las excavaciones en la Casa dei Pittori al Lavoro, los investigadores notaron algo extraño en los edificios derrumbados. “Encontramos características peculiares que no se correspondían con los efectos de los fenómenos volcánicos descritos en la literatura vulcanológica dedicada a Pompeya. Tenía que haber una explicación diferente”, según Mauro Di Vito, vulcanólogo y director del INGV-Observatorio Vesubiano.

Cuando los investigadores encontraron dos esqueletos con graves fracturas y traumatismos, se sintieron aún más motivados para descubrir la razón.

La erupción sorprendió a los habitantes de Pompeya en medio de la vida cotidiana. Durante unas 18 horas, cayeron sobre la ciudad pequeñas partículas de piedra y ceniza, lo que obligó a la gente a buscar refugio. Cuando la erupción se detuvo, los habitantes que habían sobrevivido tal vez se creyeron a salvo, hasta que comenzaron fuertes terremotos.

“Las personas que no huyeron de sus refugios posiblemente se vieron abrumadas por los derrumbes provocados por el terremoto de edificios que ya estaban sobrecargados. Este fue el destino de los dos individuos que recuperamos”, señala Valeria Amoretti, antropóloga que dirige el Laboratorio de Investigación Aplicada del Parque Arqueológico de Pompeya .

Los investigadores encontraron dos esqueletos de hombres que murieron con cerca de 50 años. Su posición sugiere que el ‘individuo 1’ fue aplastado repentinamente por el derrumbe de un gran fragmento de pared, lo que le produjo graves traumas que le causaron la muerte inmediata.

Sin embargo, el ‘individuo 2’ pudo haber sido consciente del peligro e intentado protegerse con un objeto redondo de madera, del que los investigadores encontraron débiles rastros en los depósitos volcánicos.

Existen varios indicios de que estos individuos no murieron por inhalación de cenizas o calor extremo, como el hecho de que se encontraban sobre el lapilli de piedra pómez, en lugar de debajo de él.

Esto sugiere que ambos sobrevivieron a la primera fase de la erupción y luego fueron aplastados por muros que se derrumbaron durante el declive temporal de los fenómenos eruptivos y antes de la llegada de las corrientes piroclásticas, según los investigadores.

DECISIONES DIFÍCILES

Si bien no todos pudieron llegar a un lugar seguro temporalmente, la cantidad de víctimas recuperadas en los depósitos de ceniza hace que la huida de la gente sea un escenario plausible, aunque desesperado, según los investigadores.

No hay estimaciones confiables sobre cuántas personas murieron por causas relacionadas con el volcán o debido a los daños causados ​​por los terremotos en Pompeya.

“Los nuevos datos sobre la destrucción de Pompeya nos acercan mucho a la experiencia de las personas que vivieron aquí hace 2.000 años. Las decisiones que tomaron, así como la dinámica de los acontecimientos, que siguen siendo el foco de nuestra investigación, decidieron la vida y la muerte en las últimas horas de la existencia de la ciudad”, concluye Gabriel Zuchtriegel, director del Parque Arqueológico de Pompeya.


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