MADRID, 15 (EUROPA PRESS)
Un grupo de trece organizaciones humanitarias ha elaborado un informe conjunto en el que abordan las diferentes dificultades y trabas a las que se enfrentan para poder trabajar en la Franja de Gaza en medio de la operación militar israelí, que se cobra ya la vida de más de 38.600 palestinos.
Estas ONG –entre las que destaca Médicos sin Fronteras (MSF), el Consejo Noruego para los Refugiados (NRC), Save the Children, Oxfam o Médicos del Mundo (MDM)– han puesto de manifiesto las adversidades a las que se enfrentan en el enclave palestino, especialmente por la imposibilidad de entregar ayuda humanitaria.
“El movimiento para llegar a las personas más vulnerables dentro de la Franja es inseguro y restringido”, han señalado las ONG, que se esfuerzan en matizar que el hecho de que algunos camiones con ayuda humanitaria entren en Gaza “no garantiza que los recursos lleguen a sus receptores debido a motivos de seguridad”.
En el informe alertan de que el recrudecimiento de los ataques israelíes va acompañado también de un deterioro grave de las posibilidades para la entrega de ayuda humanitaria, más aún tras la ofensiva terrestres sobre la ciudad de Rafá, ubicada en el sur de la Franja y hogar de casi 1,2 millones de palestinos.
Así, algunas de las ONG han denunciado que sus envíos de ayuda a través del corredor egipcio se han paralizado desde la invasión de Rafá, mientras que la apertura de los pasos fronterizos del norte “sigue siendo incoherente e impredecible”, y requiere de mucho más tiempo del que debería de llevar en condiciones normales.
Por otro lado, los ataques israelíes no solo afectan a la población gazatí, sino que a lo largo de estos últimos nueve meses más de 270 cooperantes y otro medio millar de trabajadores sanitarios han perdido la vida en la Franja de Gaza, mientras que los supervivientes “afrontan un peligro constante”.
Por tanto, a lo largo de todo el enclave palestino tan solo existen dos puntos de acceso viables y en condiciones: Kerem Shalom en el sur, que se encuentra en una zona de constantes ataques; y el paso de Erez en el norte, “inadecuado para cubrir las necesidades de la gente de la zona”.
Asimismo, sumado a estas dificultadas para lograr que la ayuda humanitaria ingrese en la Franja de Gaza y sea repartida entre la población afectada, estas trece ONG han destacado también los ataques y saqueos de colonos israelíes a los convoyes durante su recorrido hacia el enclave.
En este contexto, estas trece organizaciones humanitarias han incidido en su llamamiento a la necesidad de alcanzar un alto el fuego “inmediato y duradero”, pues consideran es “la única forma de proveer asistencia humanitaria y proteger y salvar vidas en Gaza”.
CONTROLES DEL EJÉRCITO ISRAELÍ
Por otro lado, más allá de las dificultades logísticas a las que se enfrentan en la Franja de Gaza, estas trece organizaciones han puesto de manifiesto los exhaustivos controles a los que se ven sometidos por parte del Ejército israelí, que llega incluso a monitorear sus pasos con drones.
Las ONG se enfrentan a controles militares al personal humanitario, deben notificiar a las autoridades israelíes sus movimientos incluso dentro de aquellas áreas denominadas como “zonas humanitarias”. En algunos casos el personal de las ONG se ha visto obligado a hacer uso de carros tirados por burros debido a la falta de combustible.
“La preocupación por la vida de nuestro personal sigue creciendo, ya que su seguridad ni siquiera puede garantizarse dentro de nuestras instalaciones humanitarias”, reza el comunicado conjunto de las organizaciones, que denuncia la muerte de un miembro de Handicap Internacional y la obligación de MSF y MDM de abandonar instalaciones sanitarias.
Así las cosas, el escrito culmina destacando que, tras nueve meses de guerra, es “extremadamente urgente” que los terceros Estados “reconozcan su incumplimiento de sus obligaciones de garantizar el respeto del Derecho Humanitario Internacional en Gaza”, y consideren la posibilidad de ejercer “una verdadera presión” para alcanzar un alto el fuego.
El Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) lanzó el 7 de octubre una serie de ataques contra territorio israelí que se saldaron con la muerte de casi 1.200 personas y cerca de 240 secuestrados. El Ejército israelí respondió con una cruenta campaña militar que deja ya más de 38.600 palestinos muertos.
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