MADRID, 10 (SERVIMEDIA)
Las asociaciones más poderosas de la industria del petróleo y el gas en el mundo han utilizado las mismas tácticas para oponerse, debilitar y retrasar la transición energética global desde 1967.
Así se recoge en un nuevo informe del ‘think tank’ británico InfluenceMap, difundido este jueves.
El uso de estas narrativas durante el último medio siglo, primero por parte del Instituto Americano del Petróleo (API, por sus siglas en inglés) y, posteriormente, por Fuels Europe y Fuels Industry UK, probablemente ha conseguido retrasar la transición energética y sigue suponiendo una grave amenaza para los avances políticos en materia de cambio climático, según el estudio.
Durante los más de 50 años que lleva utilizándose este manual, el crecimiento de los vehículos eléctricos y las energías renovables en Estados Unidos y Europa ha sido limitado.
Además, la base de datos de Carbon Majors muestra que las emisiones acumuladas asociadas a la venta de productos de combustibles fósiles de los miembros de las asociaciones crecieron significativamente.
Entre 1950 y 2022, los miembros de estas asociaciones tienen una contribución combinada de 350.000 millones de toneladas de emisiones de gases de efecto invernadero, lo que representa un 18% del total acumulado de emisiones mundiales de CO2 provenientes de los combustibles fósiles y la industria.
Ya se sabía, a raíz de la reciente audiencia del Senado estadounidense sobre la industria petrolera, que esta pasó décadas sembrando la duda sobre el cambio climático.
TRES CATEGORÍAS
El análisis reúne más de 50 casos detallados en los que API, FuelsEurope y Fuels Industry UK se opusieron a las alternativas a los combustibles fósiles entre 1967 y 2021. Los argumentos utilizados sistemáticamente por estas asociaciones pueden agruparse en tres grandes categorías.
Una de ellas es ‘escepticismo ante las soluciones’, que resta importancia al impacto y la viabilidad de las energías alternativas.
Otra se refiere a ‘neutralidad política”, que promueve la elección del consumidor y la mínima intervención gubernamental.
Y la tercera se centra en ’asequibilidad y seguridad energética’, que presenta las alternativas a los combustibles fósiles como un riesgo para una energía rentable y segura.
“Muchas compañías de petróleo y gas justifican sus importantes emisiones de alcance señalando la demanda de los consumidores, alegando que está fuera de su control. Sin embargo, este informe desafía esta narrativa al descubrir un manual estratégico diseñado para proteger y sostener las fuerzas sociales y del mercado que favorecen los combustibles fósiles. Este uso prolongado de narrativas engañosas probablemente ha retrasado la transición energética durante décadas”, según Tom Holen, gerente del Programa para la Transición Energética de InfluenceMap.
Por otro lado, el informe también revela que algunas de las compañías de petróleo y gas más grandes del mundo todavía están pagando un alto precio por participar en esas asociaciones industriales, pese a que no parecen representarlas completamente en política climática.
Por ejemplo, Shell, Chevron y Exxon han revelado que pagan entre 5 y 12,5 millones de dólares anuales por ser miembros de la API.
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