La defensa recuerda el caso Asunta para cuestionar las pruebas de ADN y las acusaciones que ven “claro” que asesinó a su vecina para robar
VIGO, 3 (EUROPA PRESS)
El hombre acusado de haber asesinado a su vecina septuagenaria, Cándida S.P., el 3 de julio de 2021, en Tirán, Moaña (Pontevedra), ha proclamado este miércoles su inocencia y ha asegurado que es víctima de una “cacería humana”, según ha declarado ante el tribunal de jurado formado en la sección segunda de la Audiencia Provincial de Pontevedra.
Balbino S.E. ha declarado en esta jornada, ejerciendo su derecho a hacerlo al final de la práctica de la prueba, y ha asegurado que, el día del crimen, si bien se acercó a la ventana de la casa de la víctima –al extrañarse por ver la puerta abierta– y pudo verla tendida en el suelo, no llegó a entrar en la vivienda, y negó cualquier relación con la muerte.
Según su explicación, tras observar a su vecina fallecida, se marchó y lo comentó luego con algunos conocidos, pero no avisó al 112 o a la Guardia Civil porque se puso “nervioso” y temía que lo implicaran debido a sus antecedentes (meses antes había sido denunciado por entrar en casa de otra vecina).
A preguntas de las acusaciones sobre el hallazgo de sangre en sus zapatillas deportivas y en unos guantes que se encontraron en su domicilio, o las llaves de la víctima, también encontradas en su casa, el acusado ha explicado que, un día antes de la muerte de su vecina, estuvo en su vivienda ayudándola en tareas del jardín.
El procesado ha relatado que, ese día, sí entró en la casa de Cándida y fue al baño a lavarse las manos. Según su relato, se quitó las zapatillas para no manchar el suelo y con ellas empujó la puerta del aseo –lo que explicaría el hallazgo de la huellas del calzado en esa puerta–, y tras limpiarse las manos le devolvió la toalla a la mujer. Por eso, ha intentado justificar, pudo encontrarse ADN suyo bajo las uñas de la víctima.
CUESTIONA LAS PRUEBAS DE ADN
En su informe final, el abogado de la defensa ha vuelto a reclamar la libre absolución del acusado, del que ha negado “categóricamente” su implicación en los hechos. Con todo, ha matizado que, en caso de ser condenado, debe serlo por un homicidio y no por un asesinato, ya que no han quedado acreditadas ni la alevosía, ni la imposibilidad de defensa ni la especial vulnerabilidad de Cándida.
Este letrado ha subrayado que no hay pruebas que sitúen a Balbino S.E. en el domicilio de la víctima a la hora estimada de su muerte y, tras cuestionar la credibilidad de los testigos que afirmaron verlo merodear por los alrededores de la casa, también ha puesto en duda la fiabilidad de las pruebas de ADN.
Para ello, se ha dirigido al jurado para aludir al mediático caso Asunta, y ha recordado a los miembros del tribunal que en ese procedimiento se identificaron en la camiseta de la niña restos de semen de una persona que ni siquiera estaba en Santiago cuando la menor fue asesinada. “En los laboratorios se producen contaminaciones, no necesariamente las pruebas de ADN llevan a la verdad”, ha advertido.
EXPLICACIONES “INVEROSÍMILES”
Por su parte, tanto la Fiscalía como la acusación particular han coincidido en señalar que el acusado solo ha aportado “explicaciones inverosímiles” y ven “claro” que Balbino S.E. asesinó a su vecina con la intención de robarle, aunque finalmente no se pudo acreditar ese robo –por eso se le acusa de ese delito en grado de tentativa–.
Así, el representante del Ministerio Público ha subrayado en su exposición final que ha quedado acreditado que el acusado acudió a casa de la víctima para robarle y que “decidió que la iba a matar y lo hizo”. Para ello, cometió una “agresión brutal” de forma “sorpresiva”, causándole a Cándida numerosas lesiones y, pese a la resistencia de la mujer, estrangulándola con una cuerda tras haberla maniatado.
Igualmente, la acusación particular, que ejerce el único hijo de la fallecida, ha recalcado que las justificaciones del acusado “no se les cree nadie” y que asesinó a una mujer de 72 años, con achaques, y que no tenía posibilidad de defenderse. Precisamente, ha insistido en que, por razón de su edad, la mujer era una persona especialmente vulnerable.
El Fiscal solicita que Balbino S.E. sea condenado a 25 años de prisión como autor de un delito de asesinato con alevosía y una tentativa de robo, mientras que la acusación particular reclama la pena de prisión permanente revisable, en atención a esa especial vulnerabilidad.
Su abogado defensor pide la libre absolución o, alternativamente, una condena por homicidio, y que se tenga en cuenta la circunstancia atenuante de drogadicción, ya que el acusado es consumidor crónico de estupefacientes y el día del crimen había consumido cocaína antes de los hechos.
Las sesiones del juicio han concluido este miércoles y el tribunal de jurado ha sido convocado para este jueves para recibir el objeto de veredicto. Una vez que lo tengan y reciban las instrucciones, los miembros del jurado comenzarán la deliberación.
- Te recomendamos -