Academia Nestlé de Sostenibilidad aborda la influencia de la gente y la agricultura regenerativa
BARCELONA, 3 (EUROPA PRESS)
El presidente de la International Confederation of Dietetic Associations (Icda) y de la Academia Española de Nutrición y Dietética, el español Giuseppe Russolillo, ha apelado a cada ciudadano para conseguir una alimentación sostenible, porque “la capacidad de decisión de un consumidor puede cambiar fenómenos antropológicos”.
Lo ha analizado este miércoles en una sesión online de la Academia Nestlé de Sostenibilidad junto a la responsable de Nutrición de Nestlé en España, Laura González, y el responsable de sostenibilidad en la región ibérica de Nestlé, Jordi Aycart, moderados por el director de Comunicación Corporativa y RRII de Nestlé en España, Alberto Vega.
Russolillo ha defendido que la alimentación sostenible necesita la implicación de políticos y empresas pero también de la gente, sin imponer leyes a consumidores y agricultores, sino razonando para qué cambiar el modelo de producción industrial y agrícola.
Considera que urgen cambios “drásticos” del modelo porque el 40% de emisión de gases que contribuyen al cambio climático proviene de los alimentos que produce la Humanidad, de lo que come y de cómo lo come.
Ha advertido de que los nutricionistas tienen comprobado que perder especies vegetales y animales está vinculado a enfermedades humanas porque “en el planeta todo está interrelacionado”, así que un planeta que enferma puede hacer enfermar al humano.
FITOQUÍMICOS VEGETALES
Para demostrar la trascendencia de la fruta y la hortaliza, ha dicho que 1,7 millones de personas mueren al año en el mundo por comer poca fruta y verdura (datos de 2010), y que los fitoquímicos vegetales que protegen a la planta también protegen a la persona de enfermedades crónicas no transmisibles, entre las que ha destacado el cáncer.
Por ejemplo, consumir cereales integrales aporta muchas más sustancias fitoquímicas que los no integrales, y eso debe complementarse con frutas y hortalizas: “De ahí la importancia de asegurar un consumo de alimentos vegetales a toda la población en condiciones de igualdad”.
También ha defendido la agricultura regenerativa (o producción integrada), que implica cultivar regenerando la naturaleza, sin limitarse a reducir los impactos de toda explotación.
“Es un punto intermedio entre la intensiva y la ecológica. Por tanto, en la agricultura regenerativa vamos a encontrar más fitoquímicos” vegetales que en la producción intensiva, donde la cantidad de sustancias de síntesis reducen los fitoquímicos.
Y comer más vegetales y menos animales también contribuye a tener más fitoquímicos vegetales en vez de carecer de ellos, “que es realmente el drama”, ha dicho.
Según Russolillo, el drama es que se ha reducido mucho el consumo de estos fitoquímicos, “con un estilo de vida que pasó de ser muy activo a, ahora, ser muy sedentario”, y eso favorece las enfermedades crónicas no transmisibles.
QUÉ ES UNA DIETA SOSTENIBLE
También ha recomendado productos frescos en vez de procesados, y cocinar para “recuperar esa identidad gastronómica” que considera que se está perdiendo.
Para él, las dietas sostenibles son las de bajo impacto ambiental; las que son buenas y seguras para la nutrición; las que resultan “culturalmente aceptables” para la gastronomía de cada zona, y también las asequibles para la gente.
Además, considera que elegir alimentos de bajo impacto ambiental es compatible con conservar platos tradicionales de cada cultura, por lo que ve compatible la sostenibilidad con el interés antropológico de cada cultura.
AGRICULTURA REGENERATIVA
Ha defendido la producción regenerativa, que usa menos sustancias de síntesis y garantiza acceso a la fruta y verdura “en poblaciones donde se necesita producir de una manera determinada que no es la ecológica, por ejemplo”.
En cuanto a la producción ecológica, ha constatado que es sostenible pero además debe ser “de cercanía”, porque puede ser más costosa si después hay que transportarla lejos.
En cambio, cree que la producción local con agricultura regenerativa podría solucionar el modelo de producción, acompañada de una dieta más vegetal y menos animal, y sin desperdiciar alimentos: lo que se tira podría ocupar hoy el 30% de la superficie agrícola del planeta.
También cree que hace falta dialogar más sobre el concepto de producto cercano: no se trata solo de los kilómetros de distancia entre la producción y el consumidor, sino de pensar mejor si merece la pena transportar según qué productos desde según qué lugares.
VEGETAL Y ANIMAL
Según Russolillo, comer más vegetales y menos animales no implica tener el objetivo de ser vegetarianos, aunque el coste de producir animales es mucho mayor que el de vegetales.
El 80% de la cosecha mundial y zona de pastos es para alimentar a los animales que se consumen y no a la Humanidad directamente (lo cual se agrava si, además, esta cosecha es de producción intensiva, ha dicho).
Respecto a consumir menos carne, ha dicho que la dieta mediterránea (“que ya no existe”) se caracteriza precisamente por más consumo vegetal que animal, sin renunciar a la carne.
Y ha añadido que los alimentos plant-based (concepto basado en productos de origen vegetal) son buenos para una dieta más vegetal que animal.
NESTLÉ
Laura González (Nestlé) ha recordado que el Overshoot Day – Día de la Sobrecapacidad de la Tierra (en España se conmemora el 20 de mayo) es “una llamada a la acción” global por un enfoque más sostenible de la vida, incluida la alimentación, teniendo en cuenta que la acción individual importa, y ha añadido que la población mundial gasta anualmente el equivalente a 1,7 planetas.
Jordi Aycart ha dicho que Nestlé se ha comprometido a que el 20% de sus materias primas clave provenga de agricultura regenerativa en 2025 y el 50% en 2030, y a que en 2027 todos los cereales para alimentación infantil sean de agricultura regenerativa.
Alberto Vega ha afirmado que “una transición a gran escala” necesita la contribución de todos y que la agricultura regenerativa es una apuesta de Nestlé por “devolverle al suelo esa vida y que sea capaz de generar lo que necesitan las plantas para poderse desarrollar”.
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