El Ministerio de Defensa se desvincula de la medida y el Shin Bet apunta a la falta de espacio para mantener en prisión a todos los detenidos
MADRID, 1 (EUROPA PRESS)
El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, se ha distanciado este lunes de la liberación del director del Hospital Al Shifa de la Franja de Gaza, Mohamed abú Salmiya, más de siete meses después de su detención, ante la oleada de críticas por parte de políticos israelíes, incluidos ministros del Gobierno de coalición.
Así, la oficina de Netanyahu ha señalado que “la decisión de liberar a los prisioneros llegó tras las discusiones en el Tribunal Supremo sobre una petición contra la detención de prisioneros en las instalaciones de Sde Teiman”
En este sentido, ha agregado que “las identidades de los liberados fueron determinadas de forma independiente por funcionarios de seguridad a partir de sus consideraciones profesionales”, tal y como ha recogido el diario israelí ‘The Times of Israel’.
Además, ha anunciado la apertura de una investigación sobre el asunto, tras lo que el ministro de Defensa, Yoav Gallant, se ha distanciado igualmente de lo sucedido y ha agregado que “los procedimientos para el encarcelamiento de presos de seguridad y su liberación recae en el Shin Bet y el Servicio de Prisiones de Israel, sin estar sujeto a aprobación por parte del ministro de Defensa”.
Las competencias sobre el Shin Bet recaen en la oficina de Netanyahu, mientras que el Servicio de Prisiones de Israel depende del Ministerio de Seguridad Nacional, el ultraderechista Itamar Ben Gvir, quien ha sido precisamente uno de los políticos más críticos con la liberación de Abú Salmiya, quien ha sido ya trasladado a la Franja de Gaza.
Las autoridades israelíes informaron hace cerca de tres semanas al Tribunal Supremo de Israel que todos los presos palestinos que se encontraban encarcelados en el centro de detención de Sde Teiman –entre los que habría estado Abú Salmiya– serían trasladados a otras instalaciones o devueltos a la Franja de Gaza.
Ante las críticas, el Shin Bet, los servicios de Inteligencia interior de Israel, han argumentado que la liberación ha tenido lugar debido a la falta de espacio en prisiones israelíes y los planes para poner fin al uso de las instalaciones de Sde Teiman, al tiempo que ha recalcado que lleva avisando de la “crisis de encarcelamiento” en Israel por la falta de celdas suficientes desde “hace cerca de un año”.
“La crisis de encarcelamiento lleva a la cancelación del arresto de sospechosos implicados en actividades terroristas a diario y en un daño directo a la seguridad del Estado”, ha manifestado, al tiempo que ha dicho que las peticiones para aumentar el número de celdas “fueron presentadas a las partes relevantes, principalmente el ministro de Seguridad Nacional, si bien quedaron sin respuesta”.
Por ello, ha manifestado que descartó la liberación de palestinos detenidos en Cisjordania debido al temor “inmediato” de posibles ataques, así como de miembros de la unidad de élite Nujba de Hamás, antes de abundar en que los liberados fueron excarcelados tras determinarse que no suponían una amenaza significativa.
El Shin Bet ha especificado que Abú Salmiya “cumplió todos los requisitos (para la liberación) en lo relativo al nivel de amenaza que supone”. “Ante la falta de cualquier otra opción y sin una solución inmediata a la crisis de espacio en las prisiones, los arrestos seguirán siendo cancelados y los detenidos seguirán siendo liberados”, ha zanjado.
CRÍTICAS A LA LIBERACIÓN
Ben Gvir ha criticado a través de su cuenta en la red social X la liberación de Abú Salmiya y ha dicho su excarcelación, “junto a decenas de terroristas”, es “una negligencia a nivel de seguridad”. “Ha llegado el momento de que el primer ministro evite que (el ministro de Defensa, Yoav) Gallant y el jefe del Shin Bet lleven a cabo unas políticas independientes y contrarias a la posición del gabinete y el Gobierno”, ha señalado, reclamando el cese de ambos altos cargos.
En este sentido, el líder opositor Benny Gantz, quien dimitió recientemente de su puesto en el gabinete de guerra de Israel, ha sostenido que “aquel que tomara la decisión (de liberar a Abú Salmiya) debería ser cesado hoy”, mientras que el también opositor Yair Lapid, quien fue primer ministro, ha dicho que se trata de “una debacle” que supone “una continuación directa de la falta de ley y la disfuncionalidad que caracteriza al Gobierno, lo que daña la seguridad de los ciudadanos de Israel”.
Por su parte, Abú Salmiya ha ha mostrado su sorpresa tras llegar a Gaza por el hecho de que algunos miembros del Gobierno israelí “digan que no sabían” que salió de prisión, ya que “lo hizo de forma oficial”. “Nuestra liberación de prisión tuvo lugar sin un acuerdo y un tribunal de Israel confirmó que no habíamos sido imputados”, ha resaltado, antes de denunciar que ha afirmado que fue sometido a “torturas casi diarias” en prisiones de Israel.
El Ejército israelí confirmó el 23 de noviembre la detención de Abú Salmiya argumentando que el centro, “bajo su gestión directa”, funcionó como “sede” de Hamás. En este sentido, afirmó que el grupo “usó muchos recursos, incluida electricidad, para mantener el sistema de túneles construido bajo el hospital”, y recalcó que el grupo “usó el hospital como refugio para sus terroristas” tras los ataques ejecutados el 7 de octubre en Israel.
Por su parte, las autoridades de Gaza, controladas por Hamás, denunciaron que la detención de Abú Salmiya y otros trabajadores sanitarios tuvo lugar durante el proceso de evacuación del centro, coordinada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), después de semanas de “cerco, asalto y destrucción por parte de las fuerzas de ocupación” contra el centro, parcialmente destruido.
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