GRANADA, 28 (EUROPA PRESS)
Un estudio de la Universidad de Granada (UGR) ha revelado que la violencia machista afecta a la salud sexual, reproductiva y general de las víctimas y asocia el maltrato de género, en cualquier de sus formas, a un adelanto de la menopausia de unos 20 meses de media frente a las no maltratadas, mientas que una de cada cinco mujeres evaluadas sufre menopausia precoz.
El estudio ha sido desarrollado por los investigadores Loreto Mendoza Huertas y Nicolás Mendoza –-ambos del departamento de Obstetricia y Ginecología–, y por Débora Godoy Izquierdo, del departamento de Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológico.
El estudio determina que la violencia se asoció a más y peores síntomas de la menopausia, como sofocos e insomnio, entre otros; y a una peor calidad de vida. De hecho, las mujeres expuestas a la violencia llegaron a la menopausia aproximadamente 20 meses antes que las mujeres de un grupo control sin maltrato. Además, más de un 20,7 por ciento de las que sufrieron violencia de género desarrollaron una insuficiencia ovárica prematura (en otras palabras, menopausia precoz), una tasa muy por encima del grupo control y de la población general.
La investigación se ha realizado con mujeres víctimas de violencia psicológica y económica. El 75 por ciento declaró haber sufrido violencia física, el 57,1 por ciento violencia sexual y casi un 40 por ciento todos los tipos de violencia.
Los antecedentes en las mujeres víctimas empeoran los síntomas, las condiciones físicas y la salud sexual y psicológica después de la menopausia. Por lo tanto, explican los investigadores, “es fundamental considerar estos antecedentes como parte de nuestra práctica clínica habitual a la hora de tratar a mujeres menopáusicas con síntomas excesivos y advertir de los riesgos generales para la salud a largo plazo a los que se enfrentan todas las mujeres que han sufrido un episodio de violencia de género a lo largo de su vida”.
Es una evidencia, añaden, que “la violencia contra las mujeres no depende de ellas, sino que se ceba con ellas. Les afecta en muchos ámbitos y, uno de ellos, es claramente y para mal su salud sexual, reproductiva y general”.
Su influencia en la salud de las mujeres durante la menopausia ha sido subestimada hasta ahora y especialmente su impacto en el inicio de la menopausia y en la exacerbación de sus síntomas, que son hechos importantes porque resultan en gran medida determinantes de la calidad de vida durante este periodo.
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