BARCELONA, 27 (EUROPA PRESS)
El centro Santa Mònica de Barcelona abre este jueves la exposición ‘Màquines del temps. Redibuixar el passat i fabular el futur a la presó’ en la que 170 personas internas han colaborado con el artista Antoni Hervàs para reflexionar sobre la percepción del tiempo en prisión.
‘Màquines del temps’, una colaboración entre el museo y las consellerias de Justicia, Derechos y Memoria y la de Cultura, se celebra con motivo de los 40 años de la asunción de las competencias penitenciarias por parte de la Generalitat, ha informado el Santa Mònica en un comunicado.
La consellera de Justicia, Derechos y Memoria, Gemma Ubasart, ha subrayado que la exposición es una oportunidad para visibilizar el modelo catalán de ejecución penal y para acercar, de forma provocativa, los centros penitenciarios y los internos a la ciudadanía.
“Sobre todo nos permite explicar los valores y principios que sostienen este modelo: en un contexto de auge del extremismo y la intolerancia, la respuesta catalana es humanismo, garantismo y estado democrático y social”, ha remarcado Ubasart.
La consellera de Cultura, Natàlia Garriga, ha reivindicado que la muestra va en la línea de las políticas culturales y sociales que ha impulsado el Govern centradas en garantizar el derecho de todos a participar “de y en” la cultura, y ha recordado que el departamento trabaja en una ley de derechos culturales.
Garriga ha dicho que la cultura necesita una ley como tienen la salud, la educación y los derechos sociales, ha remarcado la convicción del “poder transformador del arte y la cultura”, y ha considerado que la exposición sintetiza estos valores.
La exposición consta de una instalación principal que despliega las creaciones artísticas y un preludio que desgrana las estrategias de participación que se deben activar para activar desde la creación artística en un contexto penitenciario y poder llevar a cabo esta exposición.
El trabajo de Hervàs se caracteriza por una metodología de implicación con colectivos al margen de la normalidad social y ha entablado relaciones durante 10 meses intensivos con reclusos de diferentes centros penitenciarios de Catalunya y, en un proceso dibujo expandido, ha construido seis totems que evocan e integran dibujos, pinturas, cerámicas y otras creaciones.
En las seis instalaciones expuestas, el dibujo sale del papel y toma una forma nueva al tiempo que respeta la esencia de la práctica artística de cada interlocutor, y que convierten a los reclusos en guías del mundo carcelario.
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