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La restauración de la iglesia de San Pablo ha concluido con una intervención ejemplar y un resultado muy destacado

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VALLADOLID, 25 (EUROPA PRESS)

La intervención para la recuperación de las condiciones de estanqueidad de los paramentos del ábside de la iglesia de San Pablo de Valladolid, además de los muros y cubiertas del Crucero Norte y del camarín, han concluido tras una serie de acciones que han centrado un trabajo “modélico” que ha tenido un resultado “muy digno que pone en valor lo que tiene que poner en valor”.

El director general de Patrimonio Cultural, Juan Carlos Prieto, ha presentado, junto al prior del Convento de San Pablo, Carmelo Preciado, los trabajos realizados en la iglesia conventual que han tenido un coste de más de 450.000 euros, financiados con fondos del programa Next Generation de la Unión Europea.

El arquitecto al frente del equipo que se ha encargado de la intervención, Eduardo González, ha señalado que este tipo de obras son “muy complejas” que se realizan donde ha habido otras anteriores a las que hay que dar “cierta continuidad” y que “muchas veces tienen también dificultades de todo tipo, no sólo técnicas también administrativas”.

En relación con esta cuestión, González ha indicado que también hay varios temas pendientes en la iglesia que faltaría abordar, tales como el coro, temas del interior del templo y la cuestión de las palomas, ya que se hizo una instalación en el año 2009 con el sistema Galini, que funcionó, con el que se crea un campo electrostático, “pero hay que luchar también un poco contra nosotros mismos, porque no solo es tener los sistemas técnicos, sino también un mantenimiento, estar al tanto, y concienciar a las personas para que no echen de comer a las palomas”.

En este punto, Prieto también se ha detenido para explicar que se ha procedido a la limpieza exterior y restauración del camarín, incluyendo el escudo de piedra, único atribuido al obispo Fray Alonso de Burgos, que se conserva en su integridad, ya que los demás habían sido retallados por el Duque de Lerma para lucir sus propias enseñas.

En el interior se ha abordado la sustitución de las vidrieras y la iluminación de las pinturas medievales, puesto que se han sustituido las vidrieras de pavés instaladas en 1961 por unas nuevas vidrieras de vidrio catedral emplomado acorde con la iglesia gótica.

En la misma línea, el arquitecto encargado de los trabajos en la iglesia de San Pablo ha explicado que se han colocado protecciones ventiladas mediante cámara en las nuevas vidrieras del ábside y protección de mallas desplegadas superpuestas en las vidrieras del crucero norte, en la medida en que las nuevas vidrieras buscan una imagen “discreta y alusiva” a la iglesia y a la Orden, ya que la iconografía de la vidriera original no se conoce.

La simbología utilizada en el diseño de las nuevas vidrieras está inspirada en la Orden de Predicadores de los Padres Dominicos: la cruz de la orden, el can con la antorcha en la boca que ilumina las acciones del propio Santo Domingo y la estrella que representa el guía y faro entre todos los planetas.

El prior del Convento de San Pablo, por su parte, ha confesado no tener “más que palabras de agradecimiento” por toda esta intervención porque los religiosos llevaban unos años comunicando al arquitecto que “no había explicado tan bien las dificultades” que existían de goteras y grietas sobre las que había que intervenir de alguna forma.

No obstante, Preciado ha asegurado que tras once meses de trabajos en el edificio y haber tenido que desplazar el altar “se agradece el resultado final de la intervención”. “Estamos muy agradecidos a todas las instituciones que han participado porque el resultado ha sido bastante positivo y deseamos que sigan interviniendo donde lo crean necesario”, ha reflexionado.

“MÁXIMAS GARANTÍAS”

A este respecto, Prieto ha detallado que con la intervención se ha centrado se ha atendido también a la limpieza y restauración de los paramentos exteriores del ábside, del crucero Norte y del cerramiento sur del propio ábside, con la reconstitución de las aristas y volúmenes perdidos de cornisas y bota-aguas.

Del mismo modo, se ha realizado el desbroce, limpieza y colocación de las piedras de coronación de los contrafuertes de ladrillo que se encontraban desplazadas por la vegetación y provisionalmente sujetas con una malla por peligro de desprendimiento, y también se ha ejecutado una cubrición con plomo para evitar la entrada de agua en los mismos.

Asimismo, se ha recuperado el volumen original del exterior del ábside demoliendo un elemento ajeno, como era un cobertizo, así como la percepción de los volúmenes de las molduras y columnillas de los huecos de las vidrieras y de su color de pátina original.

Se trata, ha profundizado Prieto, de una obra que se suma a toda la serie internacional que se ha realizado desde el 2010, año en el que se terminó la fachada y a partir de todo esto ha habido una serie de intervenciones “bastante importantes” con una inversión que casi llega a los más de 4.700.000 euros por parte de la Junta de Castilla y León.

“Creo que invertir en un edificio como San Pablo no necesita muchas explicaciones, puesto que quizás sea la edificación de mayor referencia de Valladolid y Castilla y León en el ámbito nacional e internacional desde los siglos XVI y XVII”, ha recalcado el representante de la Administración regional.

En lo que respecta al equipo técnico, Prieto ha ensalzado los trabajos realizados por las personas involucradas en el proyecto, que han ofrecido las “máximas garantías”. En este sentido, ha asegurado que Castilla y León cuenta con los “mejores técnicos y las mejores empresas, sin ninguna duda y es algo de lo que nosotros estamos francamente contentos y los resultados aquí se ven”, ha ahondado.

DIVERSAS ACTUACIONES

La iglesia de San Pablo, ubicada en la plaza del mismo nombre, se encuentra en el casco histórico de la ciudad de Valladolid, donde los P.P. Dominicos ofician el culto. Junto a este edificio se ubicaba el convento de la Orden y el Colegio Mayor San Gregorio.

Permanece abierta para el culto de manera continua, acogiendo celebraciones y liturgias religiosas. Esta iglesia formaba parte de un conjunto monumental que se extendía por toda la Plaza del Palacio Real (hoy en día Plaza de S. Pablo) y el mencionado Colegio de San Gregorio, destacados en la vanguardia arquitectónica europea de los siglos XVI y XVII.

Fray Alonso de Burgos reedificó, a finales del siglo XV, la mitad de la actual fachada, hasta por encima del actual óculo y, posteriormente, se realizó la construcción material del conjunto da bandas horizontales y calles verticales que remató el Duque de Lerma, junto con las torres, a comienzos del siglo XVII.

En los últimos años, la Consejería ha realizado sobre el edificio diversas actuaciones, como la restauración de la fachada principal, finalizada en 2010; la intervención sobre las cubiertas de las naves laterales y del brazo sur del crucero de la Iglesia de San Pablo, con la restauración de los paramentos exteriores del Relicario, en el año 2015; y en 2018, se realizó la restauración de una parte del ábside Norte con el descubrimiento de las pinturas sobre los antiguos huecos de las vidrieras en el paramento interior del ábside.

La evolución arquitectónica del monumento es compleja y no suficientemente documentada. El templo consta de una nave central con cinco capillas a cada lado, crucero, y cabecera con tres ábsides. El estilo herreriano, predominante en las pilastras, pilares y espacio interior de los cinco primeros tramos del templo, oculta el gótico de las primitivas fábricas de la zona del coro, que sólo se hace visible en algunas bóvedas de la nave y capillas.

El crucero y los ábsides todavía mantienen el estilo inicial gótico, a pesar de la larga decadencia del edificio durante el siglo XIX, que culminó con el derrumbe de las bóvedas del crucero en el incendio del año 1968, reconstruidas con hormigón armado.


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