La ONG lamenta que “la respuesta humanitaria es profundamente inadecuada” y destaca el impacto de la crisis sobre Sudán del Sur
MADRID, 20 (EUROPA PRESS)
La organización no gubernamental Médicos Sin Fronteras (MSF) ha alertado este jueves de que Sudán sufre “una de las mayores crisis mundiales de las últimas décadas” y ha lamentado que “la respuesta humanitaria es profundamente inadecuada”, en el marco del conflicto desatado en abril de 2023 entre el Ejército y las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF).
“Sudán sufre una de las peores crisis que el mundo ha visto en décadas. Los niveles de sufrimiento son extremos en todo el país y las necesidades aumentan cada día”, ha lamentado el presidente de MSF, Christos Christou, en una carta abierta publicada por la organización a través de su cuenta en la red social X.
Así, ha detallado que “los pacientes mueren por heridas relacionadas con la violencia y por enfermedades prevenibles” y que “los niños y las niñas mueren de desnutrición” y “las mujeres, por complicaciones durante el embarazo o el parto”.
“Ya ha habido brotes de cólera y sarampión. Y las vacunas se están agotando. Sin embargo, la respuesta humanitaria en Sudán es totalmente inadecuada. Ambas partes beligerantes la dificultan hasta el extremo”, ha dicho Christou.
En este sentido, ha manifestado que “el Gobierno de Sudán deniega deliberadamente los permisos para el desplazamiento de personal y suministros a través de las líneas del frente”, mientras que “en algunas zonas controladas por las RSF , la inseguridad y el acoso al personal médico dificultan enormemente la prestación de asistencia”.
“En medio del conflicto, las estructuras sanitarias tampoco se libran de la violencia. Muy pocas funcionan hoy en día. Esto tiene un impacto devastador en la vida de millones de personas en todo el país”, ha dicho, antes de resaltar que en muchas zonas del país quedan “muy pocas” organizaciones internacionales operativas, y “en algunos casos, ninguna”, a causa de la guerra.
“Para una crisis de esta magnitud, esto es inaceptable; no se puede permitir. Este nivel de negligencia internacional es escandaloso”, ha señalado, al tiempo que ha abundado en que “Sudán necesita urgentemente una respuesta humanitaria a gran escala, acceso humanitario seguro a todas las zonas del país, y un respeto total del Derecho Internacional Humanitario”. “Urge proteger y asistir a la población civil”, ha remachado.
La organización no gubernamental ha alertado además del impacto de la guerra sobre Sudán del Sur y ha reclamado un aumento de la ayuda a los refugiados y retornados que huyen de la guerra, así como a las comunidades que los acogen, en el marco de la crisis humanitaria en la que también se encuentra sumido el país vecino.
La guerra en Sudán ha provocado más de diez millones de desplazados, entre ellos más de 680.000 que han cruzado la frontera con Sudán del Sur, un país cuyo sistema sanitario ya tenía grandes dificultades y en el que la ayuda humanitaria no alcanzaba a cubrir ni una mínima parte de las necesidades de la población.
MSF ha puesto como ejemplo la situación en Renk, situada en Alto Nilo y a unos 60 kilómetros de Joda, punto de entrada oficial para personas que huyen de la guerra en Sudán. En esta ciudad, unas 13.000 personas se encuentran varados en el centro de tránsito y alrededores, mientras que otras están a la espera de poder regresar a sus hogares en Sudán.
MALAS CONDICIONES EN LOS CENTROS DE TRÁNSITO
Así, ha explicado que las condiciones de vida son “terribles”, dado que “apenas disponen de alimentos, agua, cobijo, instalaciones sanitarias o atención médica”, al tiempo que ha relatado que las personas llegan a la frontera tras caminar durante semanas para ponerse a salvo y muchos llegan heridos o gravemente desnutridos.
“A veces conseguimos comer dos veces al día, pero normalmente sólo desayunamos, y por la noche nos vamos a la cama con el estómago vacío, incluso los más jóvenes”, afirma Dak Denj, un pastor de 70 años que lleva en el centro de tránsito de Renk desde diciembre de 2023.
Por otra parte, miles de refugiados y retornados se encuentran en el centro de tránsito de Bulukat, en Malakal, a unos 300 kilómetros de Renk, unas instalaciones afectadas por la escasez de alimentos, agua, refugio y saneamiento adecuado, lo que ha causado un aumento de enfermedades como la diarrea y las infecciones respiratorias.
“Es probable que la continua afluencia de refugiados y retornados a Sudán del Sur empeore la ya aguda escasez de alimentos y agua, tanto entre los recién llegados como en las comunidades de acogida, y dificulte aún más el acceso de la población a la atención médica”, ha dicho el coordinador médico de MSF en Sudán del Sur, Eltigani Osman.
“La situación es preocupante, ya que la desnutrición aumenta el riesgo de infección, especialmente entre los menores de cinco años, que tienen más probabilidades de morir de enfermedades como la meningitis, el sarampión, la fiebre amarilla, el cólera y la malaria”, ha argumentado Osman.
MSF ha dicho que antes de abril de 2023, entre 30 y 50 niños con desnutrición severa ingresaban cada mes en el centro hospitalario de tratamiento de la desnutrición que MSF tiene en la ciudad de Malakal, cifra que ha aumentado un 200 por ciento desde el estallido de la guerra entre el Ejército de Sudán y las RSF.
Por ello, el coordinador general de MSF en Sudán del Sur, Iqbal Huda, ha señalado que “la respuesta humanitaria sigue siendo insuficiente ante la verdadera magnitud de las necesidades” y ha añadido que “resulta sumamente urgentemente que los donantes internacionales asignen fondos y recursos suficientes para atender las necesidades de los retornados, refugiados y poblaciones de acogida en Sudán del Sur”.
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