Su defensa esgrime libertad de expresión y pide anular la causa sobre la Librería Europa
BARCELONA, 29 (EUROPA PRESS)
El nazi Pedro Varela ha utilizado su derecho al último turno de palabra en el juicio donde está acusado de difundir discurso de odio con los libros que editaba y vendía en la Librería Europa de Barcelona, cerrada cautelarmente por esta causa, para negar que sienta “odio de ningún tipo hacia ninguna persona”.
“Reiterarme en mi convicción de que ni en el pasado, ni el presente, ni el futuro, eso espero, haya albergado odio de ningún tipo hacia ninguna persona”, ha dicho al tribunal de la Audiencia de Barcelona este miércoles antes de que quedara visto para sentencia el juicio en el que la Fiscalía reclama una condena de 12 años de cárcel para él y de ocho años para otros cuatro acusados.
En el trámite de informes finales, el abogado de Varela, Luís José Gómez Álvarez, ha esgrimido el derecho a la libertad de expresión y ha pedido anular el caso por supuestos fallos y “decisiones arbitrarias” en la investigación.
En este sentido, ha hecho referencia a supuestos fallos en la cadena de custodia de ordenadores y aparatos informáticos que los Mossos d’Esquadra incautaron al registrar la librería, y también ha valorado que el auto que autorizó este registro no estaba suficientemente justificado.
También ha criticado el análisis que hicieron los Mossos sobre los libros a la venta en la librería, de los que señalaron los extractos que podían suponer un delito de odio, ya que según el abogado “no había manera de saber por qué habían elegido esa frase”
El abogado de Varela ha puesto en duda que hiciera una difusión masiva de ideas neonazis y de extrema derecha con la venta de libros y las conferencias que organizaba en el local, que según él solo reunían en torno a una treintena de personas, “cuatro gatos”.
CEDADE
Varela fue presidente del Círculo Español de Amigos de Europa (Cedade) desde 1978 hasta 1993, un grupo nacionalsocialista que tuvo como sede la librería de la que es propietario, y la defensa ha reprochado que las acusaciones lo sigan mencionando: “¿Cuántas veces más tendrá que ser el señor Varela juzgado por haber pertenecido a Cedade?”, ha criticado tras recordad que su cliente ya fue condenado en 2008 y 2012 por difundir ideas que justifican el genocidio.
Ha reclamado que se le juzgue por sus actos y no por sus ideas, ya que según él ante “un mismo hecho, distinta persona, se da una respuesta penal distinta” para Varela, a quien considera no se le ha dado un trato igualitario ante la ley.
Esta causa se centra en actos, ventas y conferencias en la librería desde 2006 hasta 2016, y en la fase de conclusiones las defensas ya pidieron que la sentencia tenga en cuenta una atenuante de dilaciones indebidas por lo que ha tardado a llegar a juicio; en este sentido el abogado de Varela ha criticado: “Una octava parte de su vida ha estado sometida a este asunto. ¿Ocho años para esto es razonable?”.
“INVESTIGACIÓN PROSPECTIVA”
Las otras defensas han coincidido en pedir la nulidad de la causa al basarse supuestamente en una “investigación prospectiva”, con supuestos fallos en la cadena de custodia de los ordenadores incautados en el local y porque consideran que el instructor no justificó suficientemente el auto que autorizaba registrar la librería.
Han defendido que los investigadores “no pudieron señalar ni una” acción violenta relacionada con Cedade ni con la Librería Europa, solo de manera según ellos tangencial o periférica.
También están acusadas dos mujeres rumanas que trabajaban en la librería sin estar dadas de altas a la Seguridad Social, y el abogado de una de ellas ha remarcado que cuando empezaron a trabajar allí no dominaban el castellano y “no se les puede imputar ni presuponer que ellas tenían conocimiento del material con el que estaban trabajando” ni de su contenido ideológico.
El mismo abogado ha hecho referencia a la sentencia del Tribunal Supremo (TS) sobre la librería Kalki de Molins de Rei (Barcelona), que en 2011 absolvió a cuatro de sus responsables acusados de difundir ideas genocidas.
Según ha contado su abogado, en ese momento y tras los primeros juicios a Varela, un abogado de confianza del jefe de la librería las convenció de que “no tenían nada que temer, que en España hay libertad de expresión y no existe la censura previa”, apoyándose en la sentencia sobre la librería Kalki.
En el trámite de conclusiones finales del miércoles, la fiscal mantuvo la petición de 12 años de cárcel para Varela y de ocho para los otros acusados, y a todos les acusa de delitos contra los derechos fundamentales y de asociación ilícita, y son acusaciones populares en la causa el Ayuntamiento de Barcelona y la Federación de Comunidades Judías de España y Movimiento contra la Intolerancia.
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