MADRID, 30 (SERVIMEDIA)
El volumen de préstamos morosos bajó en España de 52.224 millones de euros en 2020 a 38.768 millones en 2023 pese a la fuerte escalada de los tipos de interés impulsada por el Banco Central Europeo (BCE) para hacer frente a la subida de la inflación.
Así lo recoge uno de los artículos incluidos en el último número de ‘Cuadernos de Información Económica’, publicación editada por la Fundación de las Cajas de Ahorro (Funcas) y que cumple 300 volúmenes.
Santiago Carbó y Francisco Rodríguez, economistas autores del artículo, explican que hoy día las entidades siguen teniendo que lidiar con el difícil equilibrio entre mantener niveles de rentabilidad con la presión regulatoria para preservar y elevar los niveles de solvencia.
La principal razón que estos expertos encuentran para explicar la reducción de más del 25% del volumen de préstamos morosos es que la variación de salidas desde préstamos morosos hasta fallidos (entre 10% y 12% de aumento medio anual en ese período) y las entradas en morosidad han sido, en gran parte, compensadas por las salidas de morosos a normal (recuperaciones de crédito) o a vigilancia especial.
“La banca española ha demostrado su resiliencia y capacidad de adaptación a cambios en las condiciones de mercado, en la regulación financiera, la tecnología disruptiva y las crisis globales desde la liberalización del sector hace 50 años. Aunque la pandemia dejó retos importantes, y en un contexto de subidas de los tipos de interés, las entidades están realizando una gestión proactiva de la morosidad y, lejos de aumentar, se ha mantenido alrededor del 3,5% desde 2022”, señala Funcas.
También indica que el otro “gran desafío” es la adaptación del negocio hacia un modelo tecnológico orientado hacia el servicio como una plataforma, en un entorno competitivo que estará condicionado por una mayor concentración y que no será necesariamente óbice para un aumento de la competencia, ya que el modelo de plataformas erosiona la importancia de la distancia en el servicio bancario y abre el mercado a la participación de más operadores.
El contexto actual de “normalización” financiera está teniendo efectos no solo en las entidades bancarias sino también en hogares, empresas, bancos centrales y gobiernos, como relatan otros artículos incluidos en la revista. Joaquín Maudos señala que, si en 2008 una familia española destinaba de media el 7,5% de su renta bruta disponible a pagar interés, en 2022 el porcentaje fue solo del 1,8%. Y si en 2008 esa carga era mayor en las familias españolas que en las europeas (7,5% vs 5,2%), desde 2013 es menor.
Pero al igual que ocurre con las empresas, la tendencia a la baja se ha truncado en 2022 ya que con la intensa subida de tipos de interés, en 2023 las familias españolas han destinado el 2,6% de su renta a pagar intereses. También señala el autor que de 2022 a 2023 las empresas españolas han duplicado los intereses pagados de la deuda (hasta algo más de 40.000 millones de euros), siendo el aumento del 66% en el caso de las familias (hasta algo más de 24.000 millones de euros).
Por tanto, en un año, el sector privado español ha visto aumentar sus costes financieros en 29.600 millones de euros (un 85%), hasta situarse en 64.400 millones de euros.
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