Justifica la subida por “diferentes cuestiones técnicas imprevistas en el momento de ejecutar la obra” y el alza de precios y tipos de interés
BILBAO, 30 (EUROPA PRESS)
El pleno ordinario de este jueves en el Ayuntamiento de Bilbao ha aprobado la ampliación de un crédido de compromiso por importe de 5.271.701,80 euros, con el fin de que Bilbao Bizkaia Museoak, S.L. afronte las obligaciones de la ampliación del préstamo para las obras del edificio Euskal Museoa, en el presupuesto del ejercicio 2024.
De esta forma, con el voto favorable únicamente del equipo de Gobierno de PNV y PSE y el rechazo de toda la oposición, la reforma, que estaba presupuestada en 15 millones, se va a incrementar a 21 millones, un 40% más.
En el debate de la propuesta, la portavoz de Elkarrekin Bilbao, Ana Viñals, ha dicho que a su grupo “le llama mucho la atención el incremento del 40%” en el presupuesto de esta obra, según recoge el expediente, porque “hay necesidades técnicas sobrevenidas, que una administración diligente no hubiera podido prever” y “por causas imprevistas de tipo estructural, surgidas durante la ejecución de la obra”.
“La consecuencia para el Ayuntamiento de Bilbao de estas causas ‘imprevistas’ en fachada y estructura son, básicamente, que tenemos que poner 3 millones más, que empezaremos a pagar en 2026, y, además, la obra se retrasa un año más, lo que conllevará un año más de obras para los vecinos del Casco Viejo”, ha lamentado.
También ha dicho que le sorprende “con qué facilidad se justifica un 40% de incremento en un obra y lo rápido que se resuelve cómo financiarla, cuando vemos que para otras cosas la cosa se ralentiza y se ponen todo tipo de impedimentos”.
Por su parte, el concejal del PP Esteban Goti ha pedido dejar este asunto sobre la mesa y un mes de plazo para “un mayor estudio de las causas técnicas, arquitectónicas e incluso arqueológicas de esta obra”, que han incrementado el presupuesto, solicitud que el alcalde, Juan Mari Aburto, ha rechazado argumentando que ha habido “tiempo para pedirlo en el momento en el que se conoce el orden del día” y posibilidad de “solicitar información y reunirse con los responsables de la cuestión”.
El concejal de EH Bildu Karlos Renedo ha criticado la “falta de transparencia” en este tema y la existencia de “demasiados elementos opacos”, lo que “va en contra de la apuesta cultural del Museo Vasco, no le beneficia en nada, y alimenta o da argumentos a quienes están en contra de la cultura vasca”.
En ese sentido, ha preguntado desde cuándo se sabe que hay un sobrecoste del 40%, y, “sabiendo que todavía solo hemos demolido, es decir, que aún no se han iniciado las obras de construcción, cuánto sobrecoste” se prevé hasta la finalización de las obras del museo.
También ha preguntado por el motivo del derribo de “todo el edificio” sabiendo que “estaba protegido, en la calle Unamuno, declarado Bien de Interés Cultural y dotado de protección monumental”. Además, ha reprochado que el Ayuntamiento tenga “un excedente de más de 100 millones de euros y tenga que aumentar el crédito con tres entidades bancarias para financiar esta operación”.
GOBIERNO MUNICIPAL
En respuesta a los grupos municipales, el concejal de Cultura y Gobernanza, Gonzalo Olabarria, ha señalado que el Museo Vasco se encuentra enclavado “en pleno casco viejo en la villa de Bilbao, ocupando, entre otros, un edificio del siglo XVII que fuera iglesia y colegio de San Andrés de la Compañía de Jesús”.
Según ha explicado, “dadas las limitaciones de espacio y la obsolescencia de las instalaciones del museo”, la Diputación Foral de Bizkaia y el Ayuntamiento de Bilbao “decidieron la renovación integral del mismo”. Así, ha recordado, entre 2010 y 2018, se realizó una intervención de adecuación del claustro y, además de ello, en ese mismo año se realizó una inversión de 5 millones de euros para adquirir el edificio Kurtze, situado en la calle Cruz.
En 2019, ha explicado, se inició el proceso para la contratación de la redacción del proyecto, pero “se interrumpen los plazos con motivo del covid hasta el 14 de mayo del 2020 y culmina este primer paso el 9 de septiembre de 2020, con la firma del contrato por parte de los responsables de la redacción del proyecto ganador, que son el Estudio Vaíllo e Irigaray”.
El museo se cerró al público el 11 de octubre de 2020 y, según ha indicado, a partir de ahí, se inicia el expediente para la contratación de la ejecución de obra con el proyecto ganador del concurso de redacción.
La UTE adjudicataria encabezada por Viuda de Sáinz presentó en julio de 2023 un documento que “recoge la imposibilidad de materializar el proyecto de ejecución, tal y como está redactado, por haberse constatado problemas en la estructura del edificio denominado Misericordia, que afectan a sí mismo la estructura y fachada del edificio Unamuno”, ha detallado.
Así, entre otras actuaciones no previstas, Olabarria ha señalado la necesidad de cambio de cimentación en el edificio Kurtze, el derribo completo de todo el edificio de Unamuno, “aumento de los derribos de forjados de todas las plantas no previsto” y “la gestión de residuos de amianto aparecido en la cubierta de este edificio.
A ello, ha añadido, en el caso del edificio de Misericordia, “el cambio de cimentación, el cambio en la estructura de la zona de capilla y la modificación del sistema de drenaje previsto porque el nivel freático es más alto que el inicialmente estimado”.
Olabarria ha señalado que el 40,48% de sobrecoste viene motivado por “la mayor cantidad de unidades de obra y el encarecimiento de materiales, motivado por la guerra de Ucrania, problemas de abastecimiento y variabilidad en los precios de materiales y la energía”.
También ha señalado la “dificultad de la obra” y ha explicado que “en estos años se ha producido un encarecimiento, precisamente, para no molestar a los vecinos en exceso, porque es un espacio reducido y hay una imposibilidad de introducir maquinaria de gran volumen”.
Además, ha explicado que “la póliza de créditos suscrita con tres entidades bancarias, con un periodo de amortización de 2022 a 2037, y por importe de 15 millones de euros, se acordó con tipo de interés variable, con un tipo de interés del 0,5% más euribor al principio que se ha convertido un 3,5 o superior y una ampliación del plazo en 13 meses”.
Olabarria ha indicado que se trata de un proyecto que “se inicia en 2011 en una situación económica de bonanza, con perspectiva de estabilidad y crecimiento económico, que se ha encontrado en su camino con una pandemia a nivel mundial, una guerra en Ucrania, drama humano, pero también con claros efectos en nuestra economía, inflación, incertidumbre y encarecimiento de materias primas y energía”.
Además, ha añadido “diferentes cuestiones técnicas imprevistas en el momento de ejecutar la obra y todo ello rematado por un alza en los precios, en los tipos de interés”.
Tras asegurar que tanto el Ayuntamiento de Bilbao como la Diputación Foral de Bizkaia reafirman su compromiso de “culminar un gran Museo Vasco en Bilbao, renovado de manera integral, tanto en sus edificios como en su museografía”, ha dicho que él no es “profeta” y no sabe “si va a sufrir algún tipo de sobrecoste más”.
Por último, ha aclarado que se ha acudido a una póliza de crédito, “que no es un préstamo”, como “criterio de prudencia, porque si aparecen otras prioridades nos va a permitir aplazar esos pagos en el tiempo y acometer necesidades que pueden ser tan estratégicas como el museo, pero a veces son más urgentes que la edificación del museo”.
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