TOLEDO, 15 (EUROPA PRESS)
La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Toledo juzgará el próximo martes, 18 de junio, a O.S.E., acusado de un delito contra la salud pública por vender droga en dos viviendas de Talavera de la Reina durante el estado de alarma por la pandemia de COVID-19, un delito por el que la Fiscalía pide una pena de seis años de prisión.
Según el escrito del Ministerio Fiscal, al que ha tenido acceso Europa Press, a raíz de la aprobación del decreto por el que se declaraba el Estado de Alarma en todo el territorio nacional derivado de la aparición del COVID-19 , por medio de una llamada anónima a la Comisaría de Talavera de la Reina se puso en conocimiento de la misma la posible existencia de un punto de venta de sustancias estupefacientes en Talavera de la Reina , iniciándose las investigaciones, que se centraron en O.S.E.
Fruto de dichas gestiones se pudo constatar que el acusado también residía en el domicilio de su pareja sentimental, A.M.P.Z., sito igualmente en la ciudad de la cerámica.
De esta manera, entre el 6 y el 24 de abril de 2020 agentes del Cuerpo Nacional de Policía incautaron en hasta cinco ocasiones diversas cantidades de cocaína a personas que habían entrado en el inmueble sospechoso.
De esta manera, una vez reunidas las pruebas necesarias para acreditar que el acusado se dedicaba a traficar con sustancias estupefacientes, por parte de los integrantes de la Brigada Local de Policía Judicial de la Comisaría de Talavera de la Reina se solicitó a la autoridad judicial los correspondientes mandamientos de entrada y registro en los inmuebles, ambos de Talavera de la Reina, concediéndose los mismos y llevándose a cabo el día 25 de abril de 2020, procediéndose a la detención del acusado una vez realizados los registros.
En dichas actuaciones, al acusado se le intervinieron dos teléfonos móviles y dos juegos de llaves de los dos domicilios donde él habitaba y 60 euros. Además, en uno de los inmuebles los agentes encontraron en la cocina una bolsa con marihuana con un peso de 10,25 gramos y una riqueza media expresada en tetrahidrocannabinol del 19,87%, dos bolsas con recortes en forma circular en su superficie y una báscula de precisión con restos de cocaína.
Asimismo, en el baño se halló una bolsa de color blanco conteniendo cocaína y en el salón dos envoltorios de plástico conteniendo la misma sustancia.
De su lado en el otro piso registrado se encontró en un dormitorio 2.200 euros en el interior de una caja, 5.000 euros ocultos dentro de unos cojines y 164,01 euros en monedas, así como un envoltorio de plástico de color blanco conteniendo cocaína y una báscula de precisión.
En la cocina se hallaron tres cajas de Antabus 250 miligramos y una de Algidol 650 miligramos; en la terraza-tendedero, adherido al calentador por medio de unos imanes, un envoltorio de plástico conteniendo 25,91 gramos de cocaína con una riqueza media del 62.06%; y en el interior de la capucha de una sudadera colgada un envoltorio de plástico conteniendo 15,99 gramos de cocaína con una riqueza media del 25.65% y una botella de disolvente de 5 litros; en otra habitación se encontraron diversos blísteres con 39,50 euros en moneda.
El valor total de la droga intervenida, en el mercado ilícito de la droga, habría alcanzado la suma de 3.231,66 euros.
Además, en uno de los envoltorios se encontró cocaína en roca, lo que, unido al hecho de la incautación de las cuatro cajas de medicamentos y la botella de disolvente, hace suponer que el acusado se estaba dedicando a ‘cocinar’ la cocaína en roca para preparar las papelinas.
Dice la Fiscalía que la sustancia estupefaciente intervenida estaba destinada a su ilícita distribución y los efectos y el dinero intervenidos al acusado procedían de su ilícita actividad, sostiene el Ministerio Fiscal.
Por todo ello, considera a O.S.E. culpable de un delito contra la salud pública por el que pide una pena de seis años de cárcel para él.
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