El anfitrión y representante de la UCLM defiende la disciplina y pide más educación contra el negacionismo del cambio climático
TOLEDO, 14 (EUROPA PRESS)
La facultad de Ciencias Ambientales de la Universidad de Castilla-La Mancha en Toledo acogerá desde este viernes la reunión de la Conferencia Española de Decanas y Decanos de Ciencias Ambientales en lo que será su cuarta reunión anual desde que fuera creada en 2022.
En declaraciones a Europa Press, Enrique Sánchez, decano de la facultad toledana, ha expresado que la ciudad recoge ahora el testigo de lo que será la cuarta edición de esta cita tras pasar por Granada, Barcelona y Madrid, un evento en el que se ponen puntos de vista en común sobre lo que acontece en torno a “un grado joven” de solo un cuarto de siglo.
Unos estudios que a lo sumo tienen “treinta años” pese a lo relevante de la materia que aborda y que es “muy transversal”, lo que “a veces hace difícil que el alumnado que sea consciente de ello”.
Ha querido desmarcar este estudio de lo puramente ecologista. “Ellos tienen su rol, son entidades que sensibilizan y que informan sobre cuestiones ambientales, a veces de una manera un poco más contundente, a veces de una manera más suave, pero los ambientólogos, los estudiantes, graduados, expertos en Ciencias Ambientales, son otra cosa”.
La reunión tratará de hablar de la cantidad de “problemáticas ambientales”, desde la contaminación a la desertificación pasando por el cambio climático o la presión sobre la biodiversidad.
La sostenibilidad ambiental o las energías renovables glosarán igualmente el encuentro de Toledo, que “intentará dar visibilidad” a estos estudios en un contexto en el que está cayendo la demanda.
Y ello en un escenario en el que las nuevas generaciones “ya crecen educadas de una manera transversal” en cuanto a su relación con el medioambente.
“Ya hay un cierto nivel de conciencia y hay cosas tan implícitas y ni lo perciben”, asegura, alertando de que falta incentivar a los estudiantes preuniversitarios para que den el salto a esta formación superior.
En la estrategia para revertir la situación, plantea la posibilidad de acerarse a los institutos, donde las asignaturas sobre Ciencias Ambientales están a la baja.
“Hay que explicar por qué hace falta formar a ambientólogos y a ambientólogas todos los años, porque es una necesidad que todos podemos imaginar, que tiene la sociedad actual y futura, a corto, a medio y a largo plazo, y quién es mejor que los ambientólogos para aportar su conocimiento y su experiencia en todos los niveles de la sociedad”, añade.
“CERO DEBATE” ANTE EL CAMBIO CLIMÁTICO
En cuanto a la problemática del cambio climático, “el mayor reto de los próximos cien años”, desgrana que tiene muchas derivadas, desde elementos sociales y económicos hasta implicaciones en entornos naturales, gestión económica o recursos hídricos.
Ante los negacionistas de este problema, enfatiza que la ciencia “es clara y contundente” y hay “cero debate” al respecto, ya que el clima “se está alterando” y el planeta se calienta.
Alerta en este punto de los “ciertos discursos escépticos que lo niegan, una aberración absoluta, otro nivel para el que los ambientólogos son importantes” por la vía de la educación.
A este respecto, “la ciencia tiene una idea muy clara sobre qué está causando el cambio climático y cómo está siendo”, de ahí la importancia de los profesionales.
UN CUARTO DE SIGLO DE HISTORIA
En los 25 años de historia de la facultad, la UCLM ha formado a más de un millar de alumnos en la materia, si bien “hacen falta muchísimos más”.
Apuesta por la divulgación de su ámbito de actuación, razón por la cual mantiene “las puertas de la facultad abiertas” para cualquier propuesta. “Nos debemos a la sociedad en ese aspecto siempre que se nos reclame, incluso a veces, aunque no se nos reclame, para poder exponer lo que dice la ciencia”.
El recorrido de la facultad se define con el cambio de postura social ante los problemas que estudia, ya que “hace 25 años ni se planteaba cómo conservar el entorno natural”, mientras que ahora aparecen conceptos nuevos como la economía circular.
Así, repasa que se ha avanzado en “legislación ambiental” y en distinta normativa encaminada a defender los espacios naturales.
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