Las confesiones de los detenidos contendrían planes sobre la introducción de plagas y semillas débiles para sabotear la producción
MADRID, 14 (EUROPA PRESS)
Los rebeldes hutíes de Yemen han asegurado este jueves que los detenidos en el marco de la supuesta red de espionaje liderada por Israel y Estados Unidos han confesado “horribles detalles” sobre sus planes para dañar el sector agrícola y ganadero del país en las zonas controladas por la insurgencia, que es donde más población vive.
“Las confesiones incluían terribles detalles sobre los métodos utilizados para dañar los cultivos yemeníes, desde esparcir semillas infectadas por plagas hasta contaminar el suelo fértil o restringir al personal investigador. Los miembros de la célula directamente vinculados a la Agencia Central de Inteligencia estadounidense (CIA), confesaron que tenían como objetivo el sector agrícola con la participación de las Embajadas británica y neerlandesa”, ha detallado la cadena de televisión Al Masirah, controlada por los rebeldes.
Así, la Portavocía de temas de seguridad del Ministerio del Interior hutí ha informado de que los principales involucrados en estos planes eran el Departamento de Agricultura estadounidense y la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), quienes ya disponían de información sobre la producción agrícola en las gobernaciones del norte, el noreste, el centro y el sur del país.
Una de las formas con las que supuestamente pretendían sabotear al sector es mediante la introducción de semillas débiles o infectadas con plagas para destruir las cosechas y contaminar tierras fértiles bajo el pretexto de entregar “semillas mejoradas” para duplicar la producción, un proyecto en el que Reino Unido habría tenido “un papel importante”.
Los hutíes han asegurado que el supuesto espía identificado como Amer al Aghbari reconoció viajes hacia Estados Unidos para reunirse con funcionarios estadounidenses y en los que habría sido informado sobre la introducción de cochinillas para sabotear el cultivo de trigo, y que trabajó para el transporte de “plántulas inoculadas” con esta plaga en gobernaciones del noreste y centro del país.
Los rebeldes también han citado a otro supuesto espía identificado como Shaif al Hamdani en el que habría confirmado que Estados Unidos y otras organizaciones intentaban propagar plagas e insectos para cultivos con el pretexto de “controlar plagas”.
Los detenidos también habrían confesado que estos planes contra la agricultura y la ganadería se remontan a finales de la década de 1980, y que en la actualidad aún hay miembros de la CIA “trabajando desde fuera de Yemen” para recopilar datos e información sobre estos sectores.
LA ONU EXIGE LA LIBERACIÓN INMEDIATA DE LOS DETENIDOS
Por otro lado, numerosos altos cargos de Naciones Unidas y sus diferentes agencias han emitido un comunicado conjunto pidiendo la liberación “inmediata” de todos los trabajadores humanitarios detenidos en esta operación.
“Nosotros, los directores de las Entidades de las Naciones Unidas (ONU) y de ONG afectadas, exigimos la liberación inmediata e incondicional de todo el personal retenido en Yemen por las autoridades hutíes ‘de facto’. Estamos extremadamente preocupados por la reciente detención de 17 miembros de nuestras organizaciones y muchos otros asociados con organizaciones de la sociedad civil, ONG nacionales e internacionales y otras organizaciones que apoyan actividades humanitarias”, han expresado.
La ONU también ha pedido a los hutíes que confirmen el paradero exacto de todos los detenidos, así como la entrega de información sobre las condiciones de su reclusión, y que garanticen el acceso a las mismas. En ese sentido, han asegurado que estas detenciones no tienen precedentes en todo el mundo, tratándose de un “impedimento directo” a su capacidad de asistir a “las personas más vulnerables” del país.
“El Derecho Internacional prohíbe la privación arbitraria de libertad. El Derecho Internacional Humanitario exige a todas las partes en un conflicto armado que respeten y protejan al personal humanitario, incluso contra el arresto o la detención ilegal. Deben cesar los ataques contra trabajadores humanitarios, de Derechos Humanos y de desarrollo en Yemen. Todos los detenidos deben ser puestos en libertad de inmediato”, han insistido los diferentes directores.
Entre los firmantes del comunicado se encuentran el director ejecutivo interno de la ONG Oxfam International, Amitabh Behar; el director general de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), Audrey Azoulay; la directora del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), Catherine Russell; la directora ejecutiva del Programa Mundial de Alimentos (PMA) de Naciones Unidas, Cindy McCain; la directora de Save The Children Internacional, Inger Ashing; el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus; y el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Turk.
Los hutíes informaron el lunes de que habían desmantelado una importante red de espionaje liderada por Estados Unidos e Israel que operaba desde 2015 para recopilar información militar y de seguridad con el objetivo de debilitar a sus fuerzas, y que se habría infiltrado en varios sectores del país, incluyendo la política o la economía, y habría proporcionado información sensible tanto a la Agencia Central de Inteligencia estadounidense, la CIA, como al servicio de Inteligencia exterior de Israel, el Mossad, todo ello al amparo de labores de trabajo humanitario.
Estados Unidos cerró en 2015 su Embajada en Yemen después de que las fuerzas hutíes se hicieran con el control de parte del país y forzaran la dimisión del entonces presidente Abdo Rabbu Mansur Hadi y de su Gobierno. Los rebeldes establecieron ese año unas autoridades paralelas tras la toma de la capital, Saná.
Los hutíes respaldados por Irán, que controlan las zonas más pobladas de Yemen, han lanzado ataques contra Israel y contra buques a los que achacan algún tipo de relación con este país en represalia por la ofensiva israelí desatada contra la Franja de Gaza tras los ataques del pasado 7 de octubre por el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás).
Estas detenciones han tenido lugar en medio del ahondamiento de la crisis humanitaria en Yemen, donde cerca de una década de conflicto entre los rebeles y las autoridades reconocidas internacionalmente han dejado a 17,6 millones de personas –la mitad de la población– en situación de inseguridad alimentaria.
Asimismo, 4,5 millones de personas siguen desplazadas dentro del país, según datos de la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), incluidas muchas que se han visto desplazadas en varias ocasiones a causa del conflicto.
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