MADRID, 13 (SERVIMEDIA)
Las entidades protectoras españolas recogieron el año pasado más de 286.000 perros y gatos abandonados, una cifra muy similar a la de 2022 (288.000), según la última edición del estudio ‘El Nunca Lo Haría’, de la Fundación Affinity.
El estudio, dado a conocer este jueves, cumple su 28ª edición y tiene como objetivo principal valorar la magnitud del problema del abandono y la pérdida de animales de compañía en España y los datos de adopción.
Los datos proceden de las respuestas ofrecidas de forma voluntaria por 386 protectoras que forman parte del censo de centros de acogida de animales de la Fundación Affinity.
El estudio indica que más de 170.000 perros y casi 116.000 gatos llegaron a las protectoras de España en 2023, y constata de nuevo que el abandono y la pérdida constituyen los principales problemas para el bienestar y la calidad de vida de las mascotas en el país.
Esas cifras están por debajo del número de animales que se recogían antes de la pandemia de la covid-19, momento en el que, debido a la menor movilidad de la población por los sucesivos estados de alarma, se redujo la pérdida, especialmente de perros.
CAUSAS DE ABANDONO
Según el informe de la Fundación Affinity, el primer motivo de abandono de animales de compañía en 2023 siguió siendo las camadas no deseadas (15%), por delante de la pérdida de interés por el animal (13%), relacionada en muchos casos con un error en las expectativas iniciales de la familia acerca de qué implica vivir con una mascota; los problemas de comportamiento (12%) y el fin de la temporada de caza (11%).
Los factores económicos aparecieron de nuevo como quinto factor más importante para ceder un animal de compañía a una entidad de protección animal.
“Estos factores subrayan la necesidad de un mayor conocimiento sobre las responsabilidades que implica la llegada de un animal a nuestra vida. Un ejemplo es tomar conciencia de nuestra responsabilidad en el control de la reproducción para evitar camadas no deseadas”, según Isabel Buil, directora de la Fundación Affinity.
Buil añadió: “Otro caso es la necesidad de educar a nuestro animal, idealmente con ayuda de un profesional, para conocerle mejor y mejorar la convivencia. Tener unas expectativas realistas, paciencia y pedir ayuda puede evitar muchos de los abandonos que se dan en la actualidad”.
DIFERENCIAS
El abandono es un fenómeno que afecta por igual a perros y gatos de todo tipo, aunque, según el estudio, se observan diferencias según las características propias de cada animal.
Por ejemplo, el 72% de los perros recogidos el año pasado eran mestizos, una cifra que se eleva hasta el 93% en el caso de los gatos.
Por lo que respecta a la edad, la mayoría de los perros que llegaron a los refugios eran adultos (62%), aunque también llegaron cachorros (24%) y animales de edad avanzada o senior (14%).
En el caso de los gatos, casi la mitad eran adultos (47%), seguidos por los cachorros (46%) y por los de edad avanzada (7%).
En cuanto al tamaño, algo más de la mitad de los perros recogidos (58%) eran de tamaño mediano, por delante de los grandes (27%) y los pequeños (16%).
Por otro lado, no existen diferencias significativas en el número de perros recogidos a lo largo de los diferentes meses del año.
En cambio, en el caso de los gatos, el punto álgido es en mayo, junio y julio. El carácter estacional de la reproducción de estos animales hace que el número de llegadas a centros de acogida sea superior en los meses centrales del año, lo que complica la labor de las entidades de protección animal, que ven cómo en un periodo muy corto de tiempo recogen a los cachorros, les proporcionan los cuidados que necesitan para su supervivencia y desarrollo, y gestionan su adopción.
IDENTIFICACIÓN Y MICROCHIP
El estudio revela que las cifras no mejoran en cuanto a la identificación. Así, el 75% de los animales que llegaron a los refugios no tenían microchip, a pesar de ser obligatorio.
Solo un 27% de los perros y un 4% de los gatos recogidos llevaba microchip. Esta falta de identificación dificulta que los animales que se han perdido puedan ser recuperados por su familia.
“Llama mucho la atención que los porcentajes de animales con microchip que llegan a las protectoras sean mucho más bajos que los de perros y gatos en hogares, que son de 89% y un 51%, respectivamente. Parece, pues, que el microchip es un indicador de tenencia responsable”, precisa Buil.
De la totalidad de animales recogidos que llevaban microchip, el 63% pudo ser devuelto a sus familias, mientras que un 37% no.
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