MADRID, 13 (SERVIMEDIA)
Un nuevo episodio de polvo sahariano alcanzará su punto máximo este jueves y este viernes en el sureste de Europa y el Mediterráneo oriental, lo que se traducirá en una calidad de aire “muy mala”.
Las previsiones del Servicio de Vigilancia de la Atmósfera de Copernicus (CAMS, por sus siglas en inglés), programa de observación de la Tierra financiado por la UE, indican que este episodio aumentará la concentración de partículas gruesas (PM10) a nivel del suelo en el sureste de Europa y otras partes del Mediterráneo oriental.
Desde el 10 de junio, las proyecciones del CAMS muestran un episodio de transporte de polvo sahariano que cruza el Mediterráneo central y oriental, y que ha dado lugar a altas concentraciones superficiales de PM10 en Bulgaria, Chipre o Grecia durante varios días.
Entonces, se han producido valores significativamente superiores al umbral medio de exposición de 24 horas de 50 microgramos por metro cúbico establecidos por la UE para la calidad del aire, lo que indica una disminución de la calidad del aire en esos países, junto con la posibilidad de cielos brumosos en las regiones afectadas.
Dado que los valores más altos se producirán probablemente este jueves, se prevé que las previsiones de PM10 máximas diarias alcancen concentraciones incluso superiores a 100 microgramos por metro cúbico, lo que indica una calidad del aire “muy mala”, según el índice de calidad del aire de la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA).
Ello se suma a otros dos episodios recientes de transporte de polvo sahariano que tuvieron lugar entre el 3 y el 7 de junio. El primero también afectó al sureste de Europa y al Mediterráneo oriental. El segundo atravesó el noroeste de África y llegó a la Península Ibérica, el sur de Francia y el norte de Italia.
“El transporte de polvo sahariano a través del Mediterráneo a Europa no es inusual. Las observaciones muestran un aumento en la intensidad y frecuencia de estos eventos para algunas partes de Europa en los últimos años, lo que pone de relieve la relevancia de la monitorización continua de nuestra atmósfera para comprender cómo podría cambiar la calidad del aire en relación con estos episodios”, según Mark Parrington, científico principal del CAMS.
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