El crimen se produjo en un bar de Canillejas tras una discusión entre la víctima y su amigo
MADRID, 12 (EUROPA PRESS)
El Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) ha ratificado la sentencia que condenó a quince años de cárcel por un delito de asesinato a un joven de 18 años que propinó en 2021 un navajazo mortal al padrastro de un amigo tras una discusión en un bar del barrio de Canillejas en Madrid.
En una resolución, a la que tuvo acceso Europa Press, la Sala de lo Civil y Penal desestima el recurso interpuesto por la defensa del condenado al rechazar los diecisiete motivos en los que se basa la impugnación.
En el recurso, el abogado criticaba que el jurado popular no motivara que la acción causara la ausencia de toda oportunidad de defensa y que ese fuera el fin buscado por el joven, apreciando alevosía y con ello calificando el delito de asesinato y no homicidio.
También se impugnó la supuesta falta de imparcialidad del presidente del Tribunal por destruir, a su juicio, “toda posibilidad de que triunfara la alegación de que el chico actuó en legítima defensa”.
El abogado de la acusación particular, Jaime Sanz de Bremond, acusó en el juicio por asesinato a diferencia del fiscal que solo acusó por homicidio. “El Tribunal Superior de Justicia, pese a los diecisiete motivos de la defensa, confirma que se trató de un asesinato, tal como planteamos en el juicio y declaró probado el Jurado, y lo hace en una resolución excelentemente fundamentada”, ha señalado.
Según su acusación, el amigo del acusado provocó que la víctima saliera del bar al propinarle un golpe y fuera abordada en el exterior del local en cuestión de segundos por el procesado, sin posibilidad alguna de defensa.
Las primeras indagaciones permitieron a los agentes averiguar que previamente a recibir la agresión, la víctima mantuvo una discusión con un joven en el interior de un bar y posteriormente, ya en el exterior, otro joven le asestó dos puñaladas.
Al parecer, el fallecido estaba hablando con una mujer y entonces empezó a discutir con el hijo de ésta. Ya a la salida del bar fue un amigo del hijo el que le asestó las mortales puñaladas, por lo que se trataba de un crimen con una posible motivación personal.
En su declaración, el chico narró que salió en defensa de su amigo en el transcurso de una paliza que le estaba supuestamente propinando la víctima, quien mantenía una relación sentimental con la madre del joven.
Fue entonces cuando le clavó una navaja en la parte derecha, desconociendo la gravedad de las heridas que le infligió en el abdomen. “Este hombre le empezó a pegar. Era una mole, era enorme y mi amigo estaba morado. Yo me acordé cuando me lo hicieron a mi. Nos iba a matar”, manifestó ante el tribunal.
En el transcurso del forcejeo, le apuñaló en una segunda ocasión porque no se quitaba de encima. En ese momento, todos se fueron corriendo y escondió la navaja en un descampado cercano después de lavar el cuchillo en una fuente.
El chaval comentó que su amigo le había dicho que la víctima maltrataba a su madre. Iba armado el día de los hechos al recibir amenazas frecuentes por parte de miembros de la banda de los Trinitarios y al haber sido víctima de varias palizas. “No quería que le hicieran lo que me hicieron a mí”, señaló.
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