MADRID, 11 (SERVIMEDIA)
Las emisiones globales de óxido nitroso (N2O) -un gas de efecto invernadero más potente que el dióxido de carbono (CO2) o el metano (CH4)- procedentes de actividades humanas aumentaron un 40% entre 1980 y 2020, lo que aceleró el cambio climático.
Así se recoge en un nuevo informe auspiciado por el consorcio académico Global Carbon Project. El trabajo, dirigido por investigadores del Boston College (Estados Unidos), fue elaborad o por un equipo de 58 investigadores pertenecientes a 55 organizaciones de 15 países y aparece publicado este miércoles en la revista ‘Earth System Science Data’.
El informe, titulado ‘Presupuesto global de óxido nitroso 2024’, indica que el sector agrícola representó el 74% de las emisiones de N2O provocadas por actividades humanas en la década de 2010, atribuidas principalmente al uso de fertilizantes químicos y residuos animales en tierras de cultivo.
Los autores apuntan que el N2O fluyó hacia la atmósfera en 2020 y 2021 “a un ritmo mucho más rápido que en cualquier otro momento de la historia”, cuando las emisiones de gases de efecto invernadero deben disminuir para reducir el calentamiento global.
“Si bien ha habido algunas iniciativas exitosas de reducción de nitrógeno en diferentes regiones, encontramos una aceleración en la tasa de acumulación de óxido nitroso en la atmósfera en esta década”, dijo el director ejecutivo del Global Carbon Project, Josep Canadell, investigador de la Organización de Investigación Científica e Industrial de la Commonwealth (Csiro), de Australia.
En la Tierra, el exceso de nitrógeno contribuye a la contaminación del suelo, el agua y el aire. En la atmósfera, agota la capa de ozono y agrava el cambio climático.
“LA ÚNICA SOLUCIÓN”
Las emisiones agrícolas alcanzaron los ocho millones de toneladas en 2020, un 67% más con respecto a los 4,8 millones de toneladas liberadas en 1980, según el estudio.
“Las emisiones de óxido nitroso de las actividades humanas deben disminuir para limitar el aumento de la temperatura global a 2 °C, como establece el Acuerdo de París”, según Hanqin Tian, profesor de Sostenibilidad Global del Instituto Schiller en el Boston College, quien añade: “Reducir las emisiones de óxido nitroso es la única solución, ya que en este momento no existen tecnologías que puedan eliminar el óxido nitroso de la atmósfera”.
La concentración de óxido nitroso atmosférico alcanzó 336 partes por mil millones en 2022, un 25% más con respecto a los niveles preindustriales. Esto supera con creces las predicciones desarrolladas previamente por el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés), según Tian.
Este investigador subraya: “Este aumento de emisiones se está produciendo cuando los gases de efecto invernadero globales deberían estar disminuyendo rápidamente hacia cero emisiones netas si tenemos alguna posibilidad de evitar los peores efectos del cambio climático”.
Los agricultores del mundo utilizaron 60 millones de toneladas de fertilizantes nitrogenados comerciales en 1980, cifra que ascendió a 107 millones de toneladas en 2020.
En 1980, el estiércol animal contribuyó con 101 millones de toneladas, por 208 millones en 2020.
DIEZ PAÍSES
El aumento desenfrenado del N2O con un potencial de calentamiento global aproximadamente 300 veces mayor que el CO2 presenta “consecuencias nefastas” para el planeta, según los autores.
Basándose en millones de mediciones de óxido nitroso tomadas durante las últimas cuatro décadas en la tierra y la atmósfera, los sistemas de agua dulce y el océano, Tian recalca que los investigadores han generado la evaluación global más completa del N2O hasta la fecha.
Los 10 principales países productores de emisiones de óxido nitroso son China, India, Estados Unidos, Brasil, Rusia, Pakistán, Australia, Indonesia, Turquía y Canadá.
Según el informe, algunos países han tenido éxito en políticas y prácticas para reducir las emisiones de óxido nitroso. Las emisiones en China se han desacelerado desde mediados de la década de 2010, al igual que las emisiones en Europa durante los últimos decenios.
En Estados Unidos, las emisiones agrícolas siguen aumentando, mientras que las industriales han disminuido ligeramente, de manera que las emisiones generales se han estabilizado.
Las prácticas agrícolas mejoradas que limitan el uso de fertilizantes nitrogenados y residuos animales pueden ayudar a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y la contaminación del agua, según Tian.
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