MADRID, 07 (SERVIMEDIA)
El envejecimiento se acelera y la vida se acorta hasta en un 20% en animales cuyas células ‘creen’ tener demasiados nutrientes, pese a llevar una dieta normal, es decir, cuando la actividad del complejo de proteínas mTOR (agente clave en el metabolismo) aumenta moderadamente, según revela una investigación del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO).
Dado el papel central de mTOR en el metabolismo, esta investigación da pistas para entender por qué enfermedades relacionadas con el envejecimiento aparecen o empeoran en personas con alto índice de masa corporal, un indicador relacionado con la obesidad y la inflamación.
También, aporta información sobre por qué la restricción calórica, que es un tipo de dieta asociada a una mayor longevidad en animales, puede favorecer el envejecimiento saludable, ya que ciertos genes que se activan al restringir la ingesta de nutrientes interaccionan con mTOR, según explicó el CNIO.
Además, se crea una nueva herramienta de investigación “para estudiar la relación entre el aumento de nutrientes y el envejecimiento de distintos órganos”, señaló el autor principal y jefe de Metabolismo y Señalización Celular del CNIO, Alejo Efeyan.
EL PROCESO
Para manipular a voluntad la actividad de mTOR, el equipo del CNIO se centró no en el propio mTOR, sino en la proteína que debe enviarle la señal indicadora de la cantidad de nutrientes disponibles en la célula.
Los investigadores modificaron genéticamente esta proteína para lograr que mintiera, y enviara a mTOR la señal de que hay en la célula más nutrientes de los que hay en realidad.
Así, la vía de señales químicas de mTOR se activa como si los animales estuvieran comiendo más, aunque en realidad su alimentación no varíe, según detalló el CNIO.
Cuando los animales con esta proteína, que engaña a mTOR, alcanzan la madurez, el funcionamiento de las células empieza a fallar y se detectan síntomas característicos del envejecimiento: la piel se vuelve más fina y aparecen daños en el páncreas, el hígado, los riñones y otros órganos.
Las células del sistema inmunitario acuden a repararlos, pero se ven sobrepasadas por la cantidad de daño, se acumulan y, en lugar de reparar, desencadenan una inflamación que incrementa aún más los problemas en esos órganos.
16 AÑOS MENOS
El resultado de eso es que el tiempo de vida de estos animales en que mTOR trabaja más de lo normal se acorta en un 20%, lo que en la escala humana equivaldría a unos 16 años.
En el estudio se buscó cortar ese círculo, bloqueando la respuesta inmunitaria que causa la inflamación. El daño de los órganos mejoraba entonces lo suficiente como para ganar lo que en humanos serían unos años de vida.
Por ello, los autores afirmaron que actuar sobre la inflamación crónica es “una potencial medida terapéutica que controle el deterioro de la salud”, dijo primera autora a la experta Ana Ortega-Molina.
El estudio, que se publicó en la revista ‘Nature Aging’, tiene como colaboradores al investigador del Instituto Nacional del Envejecimiento (NIA) Rafael de Cabo; el trabajador en Bethesda (EEUU), Consuelo Borrás; el investigador de la Universitat de València Daniel Monleón y la jefa de Inmunidad del Cáncer en el CNIO, María Casanova-Acebes.
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