MADRID, 07 (SERVIMEDIA)
El canal de sodio Nav1.1, que está implicado en la generación de los impulsos nerviosos y en el funcionamiento de las neuronas inhibitorias del cerebro, interconecta la epilepsia con el alzhéimer y, ahora también, la depresión en adolescentes, según un estudio del Centro Andaluz de Biología Molecular y Medicina Regenerativa (Cabimer) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
Según informó el CSIC Andalucía, el trabajo, liderado por el grupo de investigación del doctor Álvarez-Dolado, demuestra que una disfunción de Nav1.1 en el cortex prefontal (CPF) del cerebro durante la adolescencia puede ir más allá.
Además de provocar epilepsia, los investigadores comprobaron por primera vez que esta mutación también está relacionada del mismo modo con el desarrollo de una sintomatología severa de depresión.
Los resultados, publicados en la revista Brain, muestran que Nav1.1 es “necesario” para el correcto desarrollo de las funciones cognitivas y emocionales dependientes del CPF.
La disfunción de Nav1.1 durante la adolescencia, experimentado en laboratorio con ratones, provoca un desbalance de la relación excitación/inhibición en la CPF, lo que conduce a un patrón de expresión génica estrechamente relacionado con la depresión mayor, reducción de los niveles de serotonina y alteraciones en la memoria, según explicó el CSIC Andalucía. Igualmente, los pacientes con depresión mayor presentan niveles de expresión bajos de este canal.
Estos hallazgos “abren la puerta al diseño de nuevos fármacos que activen específicamente Nav1.1 para ser usados como antidepresivos de un modo novedoso y más eficaz”, dijeron desde el CSIC Andalucía.
Además, el trabajo identifica al CPF y la adolescencia como elementos “críticos” a tener en cuenta en el desarrollo de los síntomas del Síndrome de Dravet y proporciona nuevas pistas para comprender por qué los pacientes con epilepsia suelen desarrollar también depresión. Todo ello “supone nuevas oportunidades para entender y tratar mejor el Alzheimer, la epilepsia y la depresión”, concluyeron desde el CSIC Andalucía.
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