MADRID, 04 (SERVIMEDIA)
El Consejo de Ministros aprobó este martes sendos reales decretos por los que declara Bien de Interés Cultural (BIC) en la categoría de monumento al Puente de Ariza, localizado en Úbeda (Jaén), y al Puente del Hacho, radicado en Granada.
Según informó Cultura, la consideración como BIC del Puente del Hacho, que en su momento fue el más largo de España construido en hierro, y del Puente de Ariza, con casi cinco siglos de historia, busca garantizar “la protección patrimonial de sus valores históricos, artísticos y técnicos, así como aumentar su conocimiento y tomar las medidas adecuadas para su correcta conservación”.
El Puente de Ariza es una obra de ingeniería renacentista construida en la segunda mitad del siglo XVI por uno de los grandes arquitectos de la época, Andrés de Vandelvira (1505-1575), autor también de la Catedral de Jaén.
Su ubicación sobre el río Guadalimar permitía canalizar la riqueza cerealística y ganadera de la ciudad hacia la meseta. De piedra arenisca, mide 134 metros de longitud, cuenta con cinco ojos de medio punto y conserva el sello de Úbeda en su versión medieval, con una imagen de San Miguel.
El puente quedó sin uso 1998 con motivo de la entrada en funcionamiento del embalse de Giribaile, en un entorno que depende de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir. Su ubicación determina que su estructura sólo aflore en periodos prolongados de sequía, a pesar de lo cual puede garantizarse su conservación sin necesidad de trasladarlo.
Por su parte, el Puente del Hacho es un viaducto monumental inaugurado en 1898 en la antigua línea ferroviaria Linares-Almería. Fue construido por la empresa francesa Fives-Lille, responsable de la Torre Eiffel.
Con un bastidor de 623 metros que permitía salvar una fuerte vaguada sobre el río Guadahortuna, desde el momento de su construcción se convirtió en un hito tecnológico al ser en su momento el puente de hierro más largo de España.
Las iniciativas para protegerlo comenzaron en la década de 1970, cuando se decidió construir un puente paralelo ante la dificultad para adecuar el original a las modernas condiciones de circulación ferroviaria.
Su declaración como BIC, según Cultura, “pone en valor este testimonio de la llamada arquitectura del hierro, que desterró la idea de que las obras de ingeniería no poseen cualidades estéticas” y “su relevante presencia en el territorio, asimismo, un hito paisajístico por el que merece ser valorado como obra arquitectónica de naturaleza artística”.
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