SANTA CRUZ DE TENERIFE, 31 (EUROPA PRESS)
TEA Tenerife Espacio de las Artes, centro de arte contemporáneo del Cabildo, inaugura este viernes, a las 19,00 horas, ‘Orocobix. Recuerdo de la primera montaña’, exposición que ofrece una mirada retrospectiva a una década de trabajo del artista Jorge González (Puerto Rico, 1981) y a su plataforma de investigación y práctica interdisciplinaria ‘Escuela de Oficios’, cuyos procesos mantienen una relación entre el territorio, el cuerpo, los materiales y la salud.
El consejero de Cultura y Museos de Tenerife, José Carlos Acha –que presentó esta nueva muestra junto al responsable del departamento de exposiciones temporales de TEA, Néstor Delgado, a la comisaria Michy Marxuach, y al artista Jorge González– destacó que “Orocobix es la primera exposición que se le dedica en Canarias a González” y en ella “se despliegan, en distintos ámbitos, procesos artesanales que conectan diferentes geografías de Centroamérica, el Caribe y Canarias”.
José Carlos Acha explicó que esta propuesta expositiva –que podrá visitarse de manera gratuita hasta el 25 de agosto, de martes a domingo y festivos de 10.00 a 20.00 horas– “plantea un espacio de aprendizaje sobre procesos artesanales relacionados con la transformación de la energía en materia, con el paso del fuego a lo simbólico, con el arte o con las relaciones que se establecen a través de estos saberes y los territorios en los que nacen”.
Además, avanzó que con motivo de esta inauguración, el artista Jorge González ofrecerá este sábado, a las 17.00 horas, una visita guiada gratuita a ‘Orocobix’ acompañado de la curadora.
“Cuando hablamos de cultura hablamos también de como ésta debe ser participativa y como debe incluir y cohesionar la sociedad y tiene que recuperar y mantener un memoria permanente. Todo eso queda reflejado en esta exposición que además deja ver muchas concomitancias entre Canarias y Puerto Rico”, agregó el consejero.
Néstor Delgado explicó que “Escuela de Oficios, que es fruto de un largo proceso, conecta a muchas comunidades, a mucha gente y a muchos”.
Durante su intervención subrayó que existe una relación entre esta nueva muestra y la de Adrián Alemán, ya que en ambas exposiciones, que “ofrecen una mirada retrospectiva hay mucha obra que no se ha visto antes”.
“Ambas muestras hablan, de algún modo, del museo como un espacio donde se realizan rituales, de los museos como espacios de socialización en los que es posible pensar de manera colectiva”, apuntó.
Michy Marxuach indicó que parte de este proyecto ha sido volver a entenderse y tejer en el territorio y en la diversidad de seres que existen en ellos.
“Los materiales que se han usado en Orocobix y los procesos que se han empleado nos van a hacer sentir y replantearnos nuestros procesos de existencia en un tiempo que estamos desconectados de muchas cosas”, apuntó la curadora que considera que esta muestra pide detenerse y volver a entender lo que ha sido la historia, ancestralidad y en el futuro.
Por su parte, Jorge González, –quien reconoció que esta exposición es “el resultado de un proceso de crecimiento continuo”– explicó que el título es “una voz ancestral” de origen arahuaco-taína cuya posible etimología sería o (montaña), roco (recordar o conocer) y bi (vida, principio, primero) y que podría traducirse como ‘Recuerdo de la primera montaña’.
MONTAÑAS DE PUERTO RICO
Pero además, ‘Orocobix’ es un nombre asociado al territorio montañoso de Puerto Rico que hoy se conocen como Aibonito, Barranquitas, Morovis, Ciales y Orocovis, de ahí que esta exposición invoque también, a través de esta palabra, compromisos, encuentro de formas, materiales, intenciones, voluntades, cosechas, cultivos y tejidos, con y entre seres.
“En ‘Orocobix’ hay una intención de entendernos desde una raíz más profunda, desde el interior más profundo. Hay un gran abrazo en este espacio, un pilar de ascendencia, y dentro de ello momentos de cuidado y de cultivo, que se sostendrá colectivamente”, señaló Jorge González, quien matizó que la muestra ofrece momentos de celebración y momentos para reflexionar sobre pérdidas, luchas, duelos y a empoderarse por lo que hay que luchar.
Según Michy Marxuach, “la obra de González nos hace constantemente preguntarnos cómo asumimos la educación académica occidental y nos posiciona ante el espacio crítico que es pensar nuestra indigeneidad en nuestra construcción moderna”.
En su opinión, “en lugar de intentar clasificar una u otra, su obra aborda el tema, experimenta con el material y nos hace trabajar conscientemente sobre la sistematización que nos afecta e identifica”.
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