Alerta de que “la intensidad de los combates no da tregua a la población” y dice que afectan “cada vez más” a los hospitales
MADRID, 28 (EUROPA PRESS)
La organización no gubernamental Médicos Sin Fronteras (MSF) ha denunciado este martes que la ciudad de El Fasher, capital de la región de Darfur Norte, está siendo escenario de “un baño de sangre”, en el marco del repunte de los combates durante las últimas semanas entre el Ejército de Sudán y las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF), que han dejado cerca de 150 muertos y que han desatado las alarmas internacionales por su impacto sobre la crisis humanitaria en el país, sumido en una guerra civil desde hace ya más de un año.
“Estamos asistiendo a un baño de sangre en El Fasher. La intensidad de los combates no da tregua a la población y, ahora, los hospitales se ven cada vez más envueltos en los enfrentamientos, lo que dificulta cada vez más la atención a los heridos”, ha dicho la responsable de programas de MSF en Sudán, Claire Nicolet.
“Las instalaciones médicas deben ser protegidas y las partes beligerantes deben respetar su papel neutral como santuarios para enfermos y heridos donde la gente puede recibir asistencia médica de forma segura”, ha agregado, después del Hospital del Sur, al que brinda apoyo la ONG, haya sido alcanzado dos veces en los últimos días.
Asimismo, las tres principales instalaciones médicas de la ciudad han resultado dañadas en el marco de los combates, mientras que sólo dos de estos centros hospitalarios siguen operativos. De hecho, estos ataques se saldaron con la muerte el sábado de un cooperante de MSF, según anunció la organización, que detalló que el hombre falleció cuando un bombardeo alcanzó su domicilio cerca del mercado principal de la ciudad.
“El Hospital del Sur está saturado: es el único con capacidad para tratar las llegadas masivas de heridos y ha recibido a más de mil pacientes desde que empezaron los combates en la ciudad el 10 de mayo”, ha especificado Abdifatah Yusuf Ibrahim, coordinador de proyectos de MSF, que ha añadido que “lamentablemente, 145 de ellos se encontraban en estado crítico y murieron a causa de sus heridas”. “Ahora el hospital se encuentra en primera línea, con un alto riesgo de quedar fuera de servicio”, ha manifestado.
A ello se suma que los niños de El Fasher ya perdieron el acceso a un tratamiento especializado por el impacto el 11 de mayo de una bomba cerca del único hospital pediátrico de la ciudad, suceso que se saldó con la muerte de dos menores que estaban en la unidad de cuidados intensivos y que causó daños las instalaciones.
“Las instalaciones sanitarias deben ser seguras para los pacientes y el personal que trabaja bajo una intensa presión para tratar a quienes necesitan atención sanitaria de forma crítica”, ha dicho Nicolet, que ha pedido a las partes en conflicto que protejan las instalaciones médicas, “respeten su neutralidad” y “cumplan con su obligación de proteger a los civiles, al personal sanitario y a las estructuras sanitarias”.
Los enfrentamientos en El Fasher han provocado un éxodo masivo de población. Más de un millón y medio de personas se estaban refugiando de los combates en la ciudad y los campos de desplazados de alrededor hasta que las RSF comenzaron su ofensiva de noviembre. En la ciudad hay atrincherados efectivos del Ejército sudanés y de las milicias del gobernador de Darfur, Minni Minawi, que respalda a las Fuerzas Armadas.
La guerra estalló el 15 de abril de 2023 a causa de las fuertes discrepancias en torno al proceso de integración del grupo paramilitar –ahora declarado como una organización terrorista– en el seno de las Fuerzas Armadas, situación que provocó el descarrilamiento definitivo de la transición abierta en 2019 tras el derrocamiento del régimen de Omar Hasán al Bashir.
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