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La CONFER cierra su trigésima Asamblea: “Se está abriendo camino, aunque con esfuerzo, a las transformaciones que la vida demanda”

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Alertan de que la realidad social actual, “queriendo fomentar el valor de la autonomía personal, cae excesivamente en el individualismo”

MADRID, 23 (EUROPA PRESS)

El presidente de la Conferencia Española de Religiosos (CONFER), Jesús Díaz Sariego, ha clausurado este jueves la 30º Asamblea de la institución en un acto en que el que ha destacado que “hay apertura, no sin esfuerzo, a los cambios que la vida va exigiendo”, sin olvidar que buscan “un impulso hacia adelante, con realismo, creatividad, coraje y esperanza”.

“Hay riqueza, hay diversidad, hay sueños y proyectos, pero sobre todo hay cada vez más un trabajo en conjunto; hay apertura, no sin esfuerzo, a los cambios que la vida va exigiendo y hay un liderazgo compartido en todo el equipo de la sede”, ha argumentado en su intervención, en la que ha hecho un llamamiento a la unidad.

La asamblea, celebrada los días 21, 22 y 23 de mayo en Madrid, se ha celebrado con el lema ‘¿Quién manda aquí? Corresponsabilidad y obediencia’ ya que precisamente durante las jornadas se ha dialogado y reflexionar sobre la autoridad corresponsable y la obediencia, como detalla la CONFER, que añade que, durante este encuentro, se han aprobado la Memoria de Actividades de la CONFER, la Memoria Económica del ejercicio 2023 y el Presupuesto del año 2025.

Así, en su discurso, Díaz Sariego ha argumentado que “tan solo desde la corresponsabilidad, en discernimientos compartidos y construidos con la suma de diversidades, capaces de confluir en favor de un bien común, podemos acercarnos a percibir la voluntad de Dios”. “Una corresponsabilidad que se orienta, con profundo sentido de pertenencia, hacia el cuerpo institucional del que formamos parte”, ha apostillado.

El presidente del CONFER también ha alertado de que la realidad social actual, “queriendo fomentar el valor de la autonomía personal, cae excesivamente en el individualismo”. “Como consagrados y consagradas no estamos ajenos a este individualismo que se filtra, más a menudo de lo que quisiéramos, en nuestras relaciones y prácticas, estableciendo una profunda contradicción con la esencia de la obediencia religiosa que es, ante todo disponibilidad”, ha señalado.

Además, ha explicado que los diferentes talleres celebrados por la CONFER a lo largo del año han dejado varias conclusiones como que “los dinamismos propios del servicio de la autoridad y la obediencia corresponsable en la vida religiosa, no existen sino es encarnados; es decir, teniendo en la base una vida vivida con sentido, una persona que agradece, celebra y goza con la vida y con su vocación”.

“Vivir así, con cierta dosis de plenitud, requiere tiempos de cuidado personal, de interioridad. Va de la mano también del necesario autoconocimiento, exige madurez que se proyecta entre otros en el reconocimiento de cada persona, en el impulso y acompañamiento para su desarrollo, en capacidad de escucha y disponibilidad… un conjunto de elementos humanos imprescindibles en el liderazgo que la vida religiosa necesita hoy y a los que debemos prestar atención”, ha precisado.

Otra de las conclusiones hace alusión a “la calidad de su vida comunitaria”. “Somos seres relacionales y plurales a la vez, lo que conlleva no pocas dificultades en la convivencia. Pero sigue vivo en nuestros corazones el anhelo y también el compromiso por construir comunidades que sean sustrato esencial para nutrir la vocación que compartimos”, ha añadido.

En la última de las conclusiones expuestas ha destacado que ” autoridad y liderazgo comparten bastantes elementos y pueden aprender de los liderazgos del ámbito civil, mas en un momento de cambios necesarios en la vida religiosa y cambios esperados, especialmente por las nuevas generaciones”.

“Somos conscientes de que en nuestras búsquedas no logramos aún perfilar con claridad los nuevos referentes y horizontes. De ahí que, junto con aprendizajes más estratégicos, se hacen nuevamente imprescindibles la escucha de la Palabra y la realidad, ejercitarnos en la práctica del discernimiento, fortalecer la experiencia fundante de Dios y dejar que el Espíritu dinamice e impulse nuestros sueños”, ha matizado.

Por todo ello, ha concluido que “nos debemos unos a otros en la interacción comunitaria, porque la corresponsabilidad genera comunión, disponibilidad y corresponsabilidad real; el mundo secular nos ofrece recursos que nos pueden ayudar a ejercer nuestro liderazgo, pero sin olvidar la fuente de la que partimos para discernir, soñar y confiarnos mutuamente”.

El presidente de CONFER también ha recordado las propuestas presentadas en el espacio de diálogo de las mesas celebradas. “Lo que sí parece ser más claro es que lo virtual jugará un rol importante, que la suma y articulación entre sede central, regionales y diocesanas deberá cobrar mayor dinamismo”, ha avanzado.

Por ello, en respuesta a la pregunta ‘¿Quién manda aquí?’ como reza el lema de la asamblea, ha asegurado que “nuestras vidas, nuestro hacer, nuestra palabra hable de que quien manda es el Espíritu”. “Nos sabemos colaboradores y colaboradoras, servidores, disponibles… a un proyecto de Dios que nos supera y trasciende”, ha concluido.

En la misma línea se manifestó en el inicio de la Asamblea el presidente de la Conferencia Episcopal Española y arzobispo de Valladolid, Luis Argüello, quien presidió la Eucaristía en la parroquia Nuestra Señora de la Concepción (Madrid). En esta homilía, Argüello se refirió a la obediencia, la autoridad y la corresponsabilidad para afirmar que hoy “la obediencia es, al mismo tiempo, contracultural y necesaria”.

“EL USO NO ADECUADO DE LA AUTORIDAD DESVIRTÚA SU RAZÓN DE SER”

La apertura de la Asamblea tuvo lugar el día 21 a cargo del Nuncio Apostólico Monseñor Bernardito Auza; acompañado del propio Díaz Sariego y la vicepresidenta de la CONFER, Lourdes Perramon, entre otros, ante casi 300 Superiores Generales y Provinciales.

En su discurso de apertura, el presidente de la CONFER afirmó que “el uso no adecuado de la autoridad e incluso su abuso pueden llevarnos a desvirtuar su razón de ser, a romper la vida fraterna y sororal y a traicionar lo más preciado en las relaciones humanas cuando, lejos de ayudarnos a madurar y crecer en la propia vocación, nos sesga en la capacidad de escucharnos unos a otros y de tener en cuenta la dignidad personal de cada uno”.

Por su parte, Bernardito Auza señaló que “no hay más que recordar cómo la vida consagrada nació de aquel deseo que, a los corazones generosos tocados por el amor de Dios les llevaba a los desiertos buscando a Dios”. “El candidato simplemente preguntaba qué tengo que hacer para salvarme. A partir de ese momento se establecía una relación que, en el discernimiento, exhortaba en la práctica de aquellas cosas que permiten asimilar la radicalidad del Evangelio”.

La apertura también contó con José María Avendaño, obispo Auxiliar de Getafe, miembro de la Comisión Episcopal para la Vida Consagrada y obispo responsable de la CONFER, quien recordó a “los pobres, los enfermos, los ancianos, los discapacitados”. “Hay esperanza, esa esperanza que necesita nuestro pueblo. Estamos llamados a ser hombres de esperanza en estos momentos convulsos. La vida consagrada apostólica es fundamentalmente semilla del Reino”, aseveró.


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