SEVILLA, 26 (EUROPA PRESS)
La Consejería de Salud y Consumo de la Junta de Andalucía recomienda a las familias que los chicos adolescentes de entre 12 y 18 años se vacunen frente al virus del papiloma humano (VPH) –Gardasil 9– tras argumentar que resulta imprescindible para que los chicos eviten contraer cáncer genital, en la zona ano-genital, y de cabeza-cuello, oral y faríngeo.
El pasado lunes se amplió la indicación de la vacunación, ya que hasta la fecha estaba incluida en el calendario oficial para todas las chicas adolescentes de 12 a 18 años –con una cobertura de más del 90%– y, desde 2023,también para los chicos que cumpliesen 12 años.
La Consejería informa en una nota de prensa de que todos los varones con edades comprendidas entre los 12 y los 18 años que aún no hayan sido vacunados frente a este virus podrán vacunarse, de la misma forma que las chicas, pidiendo cita en su centro de salud. Una medida de la que pueden beneficiarse 235.121 chicos andaluces de hasta 18 años.
Salud explica que el virus del papilona humano afecta a los dos sexos, por lo que es muy importante la vacunación en la adolescencia lo antes posible.
Según los datos ofrecidos por la Consejería, actualmente en Andalucía es de un 92,4% el porcentaje de cobertura de vacunación de las chicas adolescentes entre 12 y 18 años.
El pasado año se incorporó por primera vez la vacunación a los chicos de 12 años (de la cohorte de 2011), que hasta ahora ha alcanzado el 85,9%.
UNA SOLA DOSIS PUEDE DISMINUIR LA TRASMISIÓN DEL VIRUS
En este sentido, la facultativa especialista de Medicina Preventiva y Salud Pública del Hospital Virgen de la Victoria de Málaga Blanca O’Donnell explica que “con una sola dosis se puede disminuir la trasmisión del virus y con ello prevenir el riesgo de cáncer. La vacunación previene de una infección de trasmisión sexual, que es la más frecuente entre hombres y mujeres, y de que esta infección pueda hacerse persistente dando lugar a cáncer, tanto a nivel ano-genital como a nivel cabeza-cuello”, asegura, por lo que explica que a pesar de que se trata de una medida para la protección de la salud a nivel individual, “evita infecciones y enfermedad, pero además una protección colectiva mayor”.
El cuello del útero es la parte más inferior del útero que asoma en el fondo de la vagina. El cáncer de cérvix o de cuello del útero ocurre cuando las células de esta zona se vuelven anormales y empiezan a crecer de forma descontrolada.
La causa principal es la infección persistente por Virus del Papiloma Humano (VPH). El VPH se contrae generalmente a través de un contacto sexual (el 80% de las mujeres lo contraen), en la mayoría de los casos desaparece al cabo del tiempo, pero en algunas mujeres (10-15%) no desaparece, teniendo más riesgo de desarrollar cáncer de cuello del útero.
Este tipo de cáncer tarda más de 10 años en desarrollarse, por lo que se dispone de un plazo prolongado para detectarlo, tratarlo y curarlo. Esta infección no produce molestias o síntomas, por tanto, la manera de saber su existencia es a través del cribado.
Aunque la vacunación es la mejor prevención, los expertos recomiendan emplear otras medidas preventivas, como usar preservativo, lo que reduce las posibilidades de transmisión, y que las mujeres participen en los programas de cribado a través de citologías, ya que estas pueden detectar precozmente las células cervicales anómalas, pudiendo ser tratadas antes de que el cáncer aparezca. El cribado reduce la incidencia y mortalidad por cáncer de cuello de útero de un 70 a un 80 por ciento y debe realizarse a mujeres de entre 25 y 65 años.
En Andalucía el programa de cribado de cuello de útero (cérvix) comenzó a pilotarse en la provincia de Cádiz en enero de este año y está prevista su implantación en toda Andalucía en julio.
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