MADRID, 24 (SERVIMEDIA)
Rebajar la contaminación plástica en un 5% anual estabilizaría el nivel de microplásticos -de menos de cinco milímetros de longitud- en la superficie de los océanos del planeta.
Sin embargo, incluso reducir esa contaminación en un 20% al año no disminuiría significativamente los niveles de microplásticos existentes, que persistirán en los océanos más allá del siglo XXI.
Por tanto, se necesitan objetivos más ambiciosos para cumplir la resolución de la V Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, de 2022, de “poner fin a la contaminación plástica” en este siglo.
Esas consideraciones aparecen en un estudio realizado por investigadores del Imperial College de Londres (Reino Unido) y GNS Science (Nueva Zelanda), y publicado este viernes en la revista ‘Environmental Research Letters’.
Los microplásticos circulan en todos los océanos de la Tierra y algunas de las mayores concentraciones de ellos se encuentran a miles de kilómetros de la tierra. Estas pequeñas partículas pueden ser peligrosas para la vida marina y regresan de los océanos a los sistemas alimentarios humanos.
La Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente adoptó en 2022 una resolución jurídicamente vinculante para erradicar por completo la producción de contaminación plástica a partir de 2040, incluidos los microplásticos oceánicos.
“PRIMER PASO”
Los investigadores desarrollaron un modelo para predecir el impacto sobre los microplásticos oceánicos en ocho escenarios diferentes de reducción de la contaminación plástica desde 2026 hasta 2100.
Los resultados muestran que, si los países redujeran la contaminación plástica en más de un 5% cada año, la cantidad de microplásticos en el océano podría estabilizarse, en lugar de seguir aumentando.
“El plástico está ahora en todas partes del medio ambiente y el océano no es una excepción. Si bien nuestros resultados muestran que los microplásticos seguirán presentes en los océanos después de finales de siglo, estabilizar sus niveles es el primer paso hacia la eliminación”, indica Zhenna Azimrayat Andrews, del Imperial College de Londres.
Los microplásticos representan la mayor amenaza cuando se acumulan en la superficie del océano, donde son consumidos por la vida marina, incluidos los peces de interés para los humanos.
Una forma de eliminar los microplásticos de la superficie del océano es agrupándolos con pequeños organismos vivos o materiales de desecho, como residuos orgánicos o excrementos de animales. Estos grupos pueden hundirse en las profundidades del océano, con lo que se llevarían consigo los microplásticos.
Comprender cómo estos grupos afectan los niveles de microplásticos en el océano es importante para establecer objetivos para reducir la contaminación plástica.
Dado que la vida marina retiene microplásticos cerca de la superficie, incluso si se reduce el nivel de contaminación producida cada año, todavía habrá microplásticos en la superficie del océano durante siglos. Cuando se hundan, durarán mucho más tiempo en los niveles más profundos del océano, donde sus impactos no se conocen bien.
“Nunca podrá haber una eliminación completamente exitosa de los microplásticos de todas las profundidades del océano, simplemente necesitamos vivir con ello ahora. Pero la producción mundial actual de contaminación plástica es tan grande que incluso una reducción anual de un 1% en la contaminación supondría una gran diferencia en general”, según Azimrayat Andrews.
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