La participación femenina en este evento que busca promover las vocaciones STEM ha pasado del 15% al 40% en solo unos años
Los alumnos participantes han medido cuestiones como partículas PM 2.5 y la resistencia de un huevo o de pulgas del agua a la presión
ALCANTARILLA (MURCIA), 17 (EUROPA PRESS)
Un total de 16 equipos de toda España, conformados por estudiantes de Secundaria, Bachillerato y Formación Profesional, han disputado este viernes en la base aérea de Alcantarilla (Murcia) la fase nacional del proyecto ‘CanSat 2024’ de la Agencia Espacial Europea (ESA), una competición que consiste en la construcción y lanzamiento de mini satélites y que pretende promover las vocaciones de los alumnos en las áreas STEM (ciencias, tecnologías, ingeniería y matemáticas).
En concreto, cada equipo ha preparado un satélite del tamaño de una lata de refresco y todos ellos han sido lanzados a bordo de un cohete a una altura de entre 500 y 1.000 metros. Al llegar a su altura máxima, el cohete ha dejado salir todos los satélites y los estudiantes han podido proceder a la lectura de los datos recabados durante el vuelo.
Así pues, todos los equipos tenían que medir una serie de parámetros comunes como la altitud alcanzada, la presión y la temperatura. Posteriormente, cada equipo tenía una misión secundaria y específica propuesta por cada uno de ellos como, por ejemplo, medir la posición GPS, la humedad, el ozono, la radiación ultravioleta o partículas contaminantes 2.5.
Al evento ha acudido el presidente del Gobierno murciano, Fernando López Miras, junto con el director del Parque de las Ciencias de Granada, Luis Alcalá; el coronel y jefe de sección del Mando del Espacio en el Ejército del Aire y del Espacio, Luis Felipe González; y el coronel jefe de la Base Aérea de Alcantarilla, Alberto Lens.
En este sentido, López Miras ha departido con los 112 estudiantes de los 17 equipos que participaron en representación de sus respectivas comunidades autónomas. En concreto, 16 de ellos participaron de forma competitiva y se ha contado con la participación como invitado del equipo ASTRA, cuyos miembros son alumnos de Famdif –federación que agrupa a las asociaciones para personas con discapacidad física y orgánica de la Región de Murcia–.
La Base Aérea de Alcantarilla ha sido por primera vez la sede de la fase nacional de este certamen europeo, que hasta ahora se había desarrollado siempre en el Parque de las Ciencias de Granada.
López Miras ha resaltado que acoger este evento por primera vez “es muy importante, no sólo porque supone ser protagonistas de un programa de la Agencia Espacial Europea, sino porque ayuda a potenciar las vocaciones en ciencia y tecnología de jóvenes de la Región”.
De esta forma, la Región ha sido durante dos días el epicentro de uno de los principales proyectos educativos de la Agencia, que es el organismo encargado de desarrollar los lanzadores, los satélites y la infraestructura de tierra necesaria para mantener a Europa en la vanguardia de las actividades espaciales.
PARTICIPACIÓN FEMENINA
El programa es una iniciativa de la Agencia Espacial Europea que promueve las vocaciones hacia los estudios y las profesiones científicas y tecnológicas. Así, se trata de incrementar el porcentaje de alumnado que opta por cursar estudios STEM.
En este sentido, López Miras ha destacado el aumento de la participación femenina en el programa ‘CanSat 2024’. “Me contaba el director del proyecto que, si hace unos años, en este programa Cansat tan solo participaban un 15% de chicas, mientras que hoy ya hay un 40% y aventuramos que en unos años, sin duda, van a superar el 50 por ciento”, ha afirmado.
El equipo ganador de la fase nacional CanSat 2024 participará en el programa ‘Ingeniero espacial por un día’ a nivel europeo, que tendrá lugar los días 20 y 21 de junio de 2024 en el Centro Europeo de Investigación y Tecnología Espacial ubicado en Noordwijk (Países Bajos). Es ahí donde la Agencia Espacial Europea cuenta con su centro de referencia para labores de I+D.
El jurado tuvo en cuenta los logros técnicos de cada equipo, como la complejidad y la ejecución de las misiones, pero también ha valorado la relevancia científica de las misiones, las competencias profesionales, y tanto la difusión como la financiación del proyecto.
Además del premio al ‘Mejor proyecto CanSat’ por obtener la mayor puntuación global sumando los apartados mencionados, hubo otros cinco galardonados por destacar en cada una de las parcelas valoradas.
PROYECTO MURCIANO: MEDICIÓN DE PARTÍCULAS PM 2.5
La profesora de Física y Química del Instituto Francisco Salzillo de Alcantarilla, María Jesús Almagro Navarro, ha sido la mentora del equipo murciano, que pasó a la final nacional tras ganar la fase regional el pasado 20 de abril, donde compitieron con otros equipos “con muy alto nivel”.
La misión secundaria y específica del equipo murciano ha sido medir la concentración de las partículas 2.5 (partículas en suspensión de menos de 2,5 micras y que son un indicador de contaminación urbana).
En concreto, el equipo murciano ha analizado la concentración de estas partículas 2.5 en los primeros mil metros de altura y ha medido la densidad del aire, que varía en función de la altura. “Queríamos ver cómo variaban esas partículas 2.5 y si había alguna relación con la densidad del aire”, ha asegurado Almagro Navarro. Además, el quipo murciano ha medido la aceleración para estudiar la caída del mini satélite.
RESISTENCIA DE UN HUEVO A LA PRESIÓN
El presidente del Zaragoza Maker Space, Adrián Blasco, ha destacado la participación de su equipo en el concurso CanSat, en el que representan a Aragón. “Nosotros en esta asociación tenemos un club de robótica junior”, ha señalado Blasco, quien ha recordado que llevan varios años compitiendo en este certamen CanSat que, de hecho, surgió en Aragón.
Según ha explicado Blasco, la misión específica de su equipo es medir las fuerzas a las que está sometido el satélite mediante un acelerómetro, para lo cual han incluido un huevo de codorniz duro como parte de la carga útil.
Ha señalado que el huevo está cocido y “teóricamente” sí aguanta una presión de hasta 20G (20 veces la fuerza de la gravedad) a la que puede estar sometido durante el trayecto del cohete gracias al sistema de amortiguación incluido por los estudiantes. Se trata de un sistema similar al que se emplea con los astronautas pero en miniatura. “Para hacerte una idea, una persona suele soportar 6G y no sé si alguien ha llegado a 9G”, ha señalado.
MICROORGANISMOS VIVOS
El equipo de Andalucía, integrado por alumnos del Puerto de Santa María, en Cádiz, han trabajado con microorganismos vivos, tal y como han declarado sus portavoces, Pablo Martos y José Luis Poullet. En concreto, han incluido tres tubos de ensayo, uno de ellos con pulgas de agua (daphnia), otro con larvas de artemias (un tipo de crustáceo) y el tercero con artemias en su máximo crecimiento.
Han medido el estrés al que se han visto sometidos estos microorganismos. “Las daphnias, como son transparentes, gracias a una lupa podemos ver las pulsaciones y las medimos antes y después”, según estos estudiantes. En el caso de las artemias, han reconocido que sufren mucho en función de la variación del medio, en función de aspectos como la salinidad del agua.
El equipo andaluz ha podido observar que ninguna de las artemias adultas ha muerto, pero en el caso de las larvas sí ha muerto el 15%. “Podemos dar por hecho que no han podido aguantar la presión debido a que las larvas no tienen el exoesqueleto desarrollado del todo”, según estos alumnos, cuyo objetivo es determinar su viabilidad en otros planetas. “Cuando se pruebe con organismos más complejos, no sería recomendable usar organismos poco desarrollados”, han señalado.
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