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La UNIA reclama la necesidad de contar con la participación de diversas voces de mujeres para abordar la reparación de violencias sexuales

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SEVILLA, 16 (EUROPA PRESS)

La directora de la cátedra de Derechos Humanos de la Universidad Internacional de Andalucía (UNIA), Ruth Rubio, ha reclamado “el protagonismo y la pluralidad de voces de mujeres, para abordar la reparación de violencias sexuales”.

Así lo ha expresado Rubio durante el seminario ‘Reparando las Violencias Sexuales’ celebrado en la sede La Cartuja de la UNIA organizado por la Cátedra Unesco de Derechos Humanos e Interculturalidad de la UNIA, el Fondo Global de Sobrevivientes y el Instituto Andaluz Interuniversitario de Criminología. En él, mujeres sobrevivientes de violencia sexual y armada durante conflictos bélicos han compartido experiencias y debatido sobre los procesos de reparación.

En este contexto, la directora ha subrayado que estas jornadas son “un espacio seguro e íntimo de escucha activa y acompañamiento, en el que una treintena de personas, entre sobrevivientes, profesionales que acompañan en estos procesos y profesorado universitario, pueden pensar en una reparación que vaya más allá del castigo a los culpables”.

“Las violencias sufridas dentro del conflicto armado, no son sólo sexuales, que son gravísimas, sino otras muchas violaciones de derechos humanos, como desapariciones, desplazamientos forzados, ejecuciones sumarias y torturas”, ha recalcado. Por ello, ha agregado que “las necesidades para la rehabilitación de las víctimas son múltiples y es necesario pensar en un concepto amplio y complejo de la reparación”.

En este sentido, ha añadido que el reto es “inmenso” cuando “la exigencia de reparación se plantea en países con una institucionalidad frágil y un universo amplísimo de víctimas, como el que suele dar en los conflictos armados”.

“Las participantes de Guatemala, El Salvador y Colombia han debatido estrategias para obtener la reparación y formas de superar los obstáculos para conseguirla”, ha destacado. Además, ha comentado que “hemos escuchado voces de mujeres indígenas, a las que no se les suele dar altavoz, porque la incidencia de violencias en conflictos armados en comunidades indígenas ha sido muy significativa”.

TESTIMONIOS DE MUJERES SOBREVIVIENTES

En esta actividad han participado, entre otras, la fundadora de la Asociación Nacional de Viudas de Guatemala y ganadora del Premio Niwano de la Paz, Rosalina Tuyuc, cuyos padre y marido fueron secuestrados y asesinados por el ejército guatemalteco. Así como la representante de la Asociación Mujeres Sembrando Vida Yirley Velasco que apoya a mujeres víctimas de violencia sexual en los Montes de María (Colombia), y sobrevivió a las violaciones por parte de paramilitares siendo una niña.

Por su parte, Tuyuc ha señalado que “esa política inicial de destruir los protagonismos de los pueblos indígenas no salió como fue planificada por los militares o los gobiernos, porque se logró sobrevivir”. Sin embargo, “aún quedan las secuelas de la política de exterminio, militarización y de violaciones sexuales masiva contra las niñas, especialmente en el caso de Guatemala, donde se cometían las agresiones frente a los familiares”, ha explicado.

“Toda esta experiencia ha sido un proceso difícil de superar”, ha destacado Tuyuc al tiempo que ha señalado que “la brutalidad y la violencia colectiva nos ha hecho reivindicar la vida, principalmente de las mujeres, y la dignidad de los pueblos”. Además, ha expresado que esta vivencia “nos ha enseñado a no quedarnos con la imagen de los actos de violencia, sino a visualizar la posibilidad de un futuro donde esto no vuelva a suceder, aunque lamentablemente vemos que lo que nos pasó hace 35 años vuelve a ocurrir en Ucrania y Palestina”. “Esto nos compromete a seguir luchando por la vida y la paz”, ha apostillado.

Además, ha recalcado que “hay que combatir, denunciar y señalar estas situaciones y reivindicar una cultura de paz” en lugar de “centrarnos en la violencia que afectó nuestras vidas”. Igualmente, ha incidido en la importancia de “apoyarnos mutuamente porque detrás de esas experiencias tan dolorosas y condenables hay una llama de vida y hay que concienciar a la juventud para que no entre en esa violencia”.

En el caso de Guatemala, Tuyuc ha recordado que “pensábamos que la violencia era nuestra suerte y no es así, porque era una política impuesta por intereses políticos y económicos”. “En nuestro país va a ser difícil llegar a la transformación a pesar de que el actual gobierno está dando pequeños pasos, como desmilitarizar las instituciones del Estado y permitirnos entrar en Palacio Nacional para hablar con los diputados, y que se empiecen a reparar parte del olvido y la exclusión que hemos padecido”, ha explicado.

En el caso de Guatemala, Tuyuc ha recordado que “pensábamos que la violencia era nuestra suerte, pero no fue así, ya que era una política impuesta por intereses políticos y económicos”. “Aunque el actual gobierno está dando pequeños pasos, como la desmilitarización de las instituciones estatales y permitirnos acceso al Palacio Nacional para dialogar con los diputados, será difícil alcanzar la transformación en nuestro país”. Sin embargo, es necesario que se “empiece a reparar parte del olvido y la exclusión que hemos sufrido”, explicó.

“Tenemos conciencia de que en cuatro años el gobierno no va a poder cambiar la situación de exclusión y racismo que ha existido durante más de 200 años y que hemos padecido especialmente las mujeres y los pueblos indígenas”, ha concluido Tuyuc.

Por su parte, Velasco se ha identificado como una “defensora de las sobrevivientes de violencia sexual” de la masacre del Corregimiento de El Salado Bolívar (Montes de María). Sigue luchando y respaldando a mujeres víctimas de cualquier forma de violencia de género, y especialmente quiere proteger a las niñas. “Desde hace dos años, las niñas están siendo víctimas de violencia sexual nuevamente, por parte de la policía y el ejército que están en ese corregimiento”. “Ellos son las autoridades encargadas de protegernos y garantizar la seguridad de una comunidad que ha sido tan violentada”, ha manifestado.

De igual forma, ha incidido en que “es aberrante el abandono del gobierno y el estado colombianos hacia estas comunidades, donde se llega a cometer violencia sexual contra la población infantil y las mujeres”. Además, ha apuntado que “aunque intenten maquillarlo, el conflicto armado en Colombia persiste y sigue siendo muy fuerte, el poder de las armas continúa”.

Al hilo de lo anterior, ha aclarado que “somos una organización civil sin ánimo de lucro que brinda acompañamiento y apoyo a mujeres y comunidades”. Sin embargo, “por este trabajo hemos enfrentado amenazas, ataques y estigmatización por parte de las autoridades y el gobierno colombiano, que nos acusan de entorpecer los procesos”, ha explicado. “Nosotras nos dedicamos a exigir nuestros derechos como seres humanos y mujeres, pero no nos permiten trabajar ni nos brindan garantías de seguridad”, ha denunciado.

Por otra parte, se ha congratulado de participar en el seminario porque “es una oportunidad de hablar libremente y de ser escuchada en un espacio seguro, sintiendo una liberación que, en muchos espacios en Colombia, no tenemos”. Acerca de la concienciación de la sociedad de su país ante situaciones de violencia, ha reconocido que “es triste que la mitad de la población colombiana apoya y justifica hechos aberrantes de violencia sexual, señalando que son las niñas de la comunidad, de 11 o 12 años, quienes buscan y provocan a sus agresores, policías y militares”.

Para concluir el seminario, la UNIA ha organizado este viernes una jornada internacional (abierta al público), en la Facultad de Derecho de la Universidad de Sevilla; que contará con diálogos interactivos en los que se debatirán alternativas, más allá de la justicia punitiva, para abordar tanto la violencia sexual como la importancia de reconocer el poder de las víctimas y sobrevivientes en todo proceso de reparación.


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