MADRID, 15 (SERVIMEDIA)
Una metodología diseñada por los Colegios CEU ayuda a reflexionar a estudiantes preuniversitarios sobre sus dones de cara a un futuro profesional en un mercado cada vez más exigente y una sociedad más narcisita y desvalorizada. Se trata del programa ‘Mentoring’, dirigido a los alumnos de 4º de ESO, 1º y 2º de Bachillerato, que trabaja la empleabilidad desde las aulas para que los estudiantes aprendan a tomar las mejores decisiones en un momento clave de la vida académica.
Así lo explicó en una entrevista en Servimedia el director del Área de Colegios CEU, Raül Adames, que concretó que el programa tiene dos objetivos complementarios: darles herramientas para que decidan de manera sólida y responsable qué itinerario formativo seguir, de cara a su futura inserción en el mercado laboral; y potenciar el desarrollo de su competencia decisional y capacidades como el discernimiento, la determinación y la constancia, esenciales para su desarrollo humano además del profesional.
“Lo que piden las empresas son personas maduras para poderse adaptar a un medio profesional” y “el mundo laboral se ha complicado”, explicó, reflexionando en que además de una capacitación “técnica” se ha “perdido de vista la formación personal” de los alumnos “para capacitarlos a un mundo exterior profesional algo agresivo, que exige mucha adaptación, mucho conocimiento del otro, y aprender nuevas técnicas propias de una manera muy rápida”.
Según sus impulsores, ‘Mentoring’ aporta una metodología concreta para que los tutores trabajen con sus alumnos a lo largo de un curso académico. En un primer paso, el alumno obtiene una visión actualizada de las características del mundo laboral actual y las tendencias para el futuro cercano. Así, se trabaja sobre las habilidades duras (‘hard skills’) más demandadas a nivel nacional e internacional, y sobre los principales factores tecnológicos y sociales que están haciendo, transformando el mercado laboral. Además, se hace especial énfasis en las diez ‘soft skills’ más valoradas actualmente por las empresas, tanto para perfiles junior como senior.
También se presentan a los estudiantes los itinerarios formativos disponibles tanto en Formación Profesional, con un perfil práctico y de alta especialización para oficios concretos, como los estudios de Bachillerato, que ofrecen más salidas profesionales a futuro y se centran en la preparación para la Universidad.
Por otra parte, con el programa ‘Mentoring’ se trabaja intensamente en el autoconocimiento del alumno, por medio de diferentes herramientas, desde una línea de vida académica (que combina hitos y fracasos con intereses y expectativas), pasando por un cuestionario personal para reflexionar de forma realista sobre su propio perfil y una conversación con el orientador tras recabar información del claustro y la familia. Test psicométricos y herramientas individualizadas que se aplican de manera individual también permiten medir de forma tipificada y objetiva rasgos de personalidad, aptitudes, actitudes o formas de reacción antes determinadas situaciones.
TOMAR DECISIONES
En resumen, señaló Adames, los Colegios CEU buscan que los alumnos “sean capaces de aprender una metodología para tomar una decisión”, aunque “habría que preguntarse por el modelo educativo” que para este experto “exigiría una revisión a fondo” pues empuja a los adolescentes a decidir a los 16 años a decidir sobre su futuro profesional.
“Nos están quitando herramientas. Si no hay una exigencia académica y se diluye la evaluación”, prosiguió el director del Área de Colegios CEU, los jóvenes se encuentran más perdidos para madurar como personas y profesionales. “A los alumnos hay que enseñarles a salir de si mismos, a darse al mundo”, remarcó, por lo que puso en valor la figura del profesor como “transmisor de una tradición”.
Raül Adames subrayó en Servimedia que todas personas tienen un profesor que les ha marcado y cambiado la vida, “para bien o para mal”, y que también pueden suponer un ejemplo y un referente “una mirada, una pregunta adecuada” o la mera presencia del docente en el aula de un docente “vocacional, dispuesto a dar la vida por sus alumnos y apasionado”. “Si definimos a profesores como mediadores y facilitadores cometemos un error”, añadió, en una sociedad en la que cada vez se detectan “más padres y madres que son menos adultos”, lo que en la adolescencia tiene “un efecto boomerang”, pues en esos años los jóvenes necesitan referentes y límites.
Otra cuestión en la que también ahonda el programa es “la reflexión” ante el “mal endémico” de la inmediatez. “La entrada de las pantallas no ayuda”, aseveró Raül Adames, que señaló que algunas herramientas del programa “fuerzan al alumno a que haga esa reflexión, que cada vez cuesta más”. “Capacidad de adaptación al medio exige una formación humanística sólida. La reflexión de lo que es el hombre ayuda a adaptarse. Y eso se ha abandonado en la Lomloe”, sentenció, en una nueva crítica al sistema educativo.
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