Seguirán indicaciones de la Santa Sede y piden a los fieles no asistir a actos en los Monasterio de Santa Clara de Belorado y Orduña
BURGOS, 13 (EUROPA PRESS)
El Obispado de Vitoria y el Arzobispado de Burgos han rechazado la acusación “injusta e indiscriminada” de “silencio y aquiescencia de los pastores” realizada por las Clarisas de Belorado y Orduña, que han denunciado la “persecución” que sufren y han acusado a Roma de no querer concederles la “licencia de venta del convento de Derio”.
En un comunicado conjunto, el Obispado de Vitoria y el Arzobispado de Burgos han explicado que este asunto ni es de su competencia y no se ha recibido ninguna comunicación ni petición a este respecto, motivo por el que ha puesto estos hechos en conocimiento de la Santa Sede. También ha informado de ello al Nuncio Apostólico, al presidente de la Conferencia Episcopal, Luis Argüello, y a los obispos de Vitoria y de Bilbao, de manera que procederán según las indicaciones de la Santa Sede.
Este posicionamiento se produce después de que las clarisas de Belorado y Orduña hayan anunciado que abandonan la Iglesia Conciliar debido a la “persecución” que, a su juicio, están sufriendo, y por los “palos en la rueda” que se ponen a su comunidad, según una información publicada por el Diario de Burgos.
En un escrito, firmado por la madre abadesa sor Isabel de la Trinidad, en nombre de todas las religiosas, pertenecientes a la Orden de Hermanas Pobres de Santa Clara, acusan a Roma de no querer concederles “licencia de venta del convento de Derio y de no permitirles “cumplir con los pagos” del Monasterio de Orduña y rescindir el contrato de compraventa “sin previo aviso” después de tres años.
Ante esta situación, el Arzobispado de Burgos y el Obispado de Vitoria han exhortado a todos los fieles a que se abstengan de participar en ningún acto litúrgico realizado en el Monasterio de Santa Clara de Belorado ni en el Monasterio de Santa Clara de Orduña.
Desde el Aarzobispado de Burgos y el Obispado de Vitoria se detalla la situación de los monasterios de Belorado y Orduña, que son la causa de este conflicto y se especifica que “han estado asistidas diariamente por sus capellanes y que las monjas manifestaban sentirse contentas y agradecidas”.
Según han explicado, todo comenzaba con la intención de las Clarisas de Belorado de comprar el monasterio de Orduña, de la diócesis de Vitoria, que se encontraba suprimido canónicamente y vacío y “es propiedad de las clarisas de Vitoria”.
La compra se firmó en octubre de 2020, por un importe de 1,2 millones de euros y una demora de dos años. En dicho acto de compra-venta se aportan 100.000 euros y se comprometen a realizar pagos semestrales de 75.000 euros.
El primer pago debía realizarse el 1 de noviembre de 2022, pero nunca se ha hecho ningún pago. A principios de marzo de 2024, la madre abadesa sor Isabel de la Trinidad, habría manifestado tener un benefactor que comprará y pondrá a nombre del propio benefactor el Monasterio, llegarán a un acuerdo de uso y lo revenderán a la comunidad de Belorado cuando obtengan el importe procedente de la venta del Monasterio de Derio.
En el comunicado, se indica que el nombre de benefactor no se dio a conocer, se mantiene “un mutismo absoluto, y a fecha de hoy no se conoce, y hay temor que sea ajeno a la Iglesia Católica”.
Asimismo, explican que el 7 de mayo, la comunidad de Belorado es convocada por la comunidad de clarisas de Vitoria ante un notario para rescindir el contrato de compra-venta a instancias de esta última comunidad. En la notaría, la citada madre abadesa, acompañada por otras dos religiosas, entrega un pliego reclamando 1.600.000 euros como pago por el importe de las obras realizadas por su comunidad en el Monasterio de Orduña y un 30% por daños y perjuicios. Al no aceptar Sor Isabel la rescisión del contrato lleva el asunto a instancias judiciales.
Desde el Arzobispado de Burgos y el Obispado de Vitoria se manifiesta que, a día de hoy, no se ha recibido documento alguno, ni en Burgos, ni en los obispados de Vitoria o Bilbao y rechazan las acusaciones “injusta e indiscriminada” de “silencio y aquiescencia de los pastores”, como se reflejaba en el documento remitido por las clarisas así como las acusaciones, en términos similares, a la “Cátedra de Pedro” sobre “contradicciones, lenguajes dobles y confusos, ambigüedad y lagunas de doctrina”.
Ante el anuncio de estas clarisas de abandonar desde hoy, 13 de mayo, la Iglesia Católica, “situándose bajo la tutela y jurisdicción del Sr. D. Pablo de Rojas Sánchez-Franco, excomulgado en julio de 2019”, el arzobispo de Burgos, Mario Iceta, ha advertido de la “gravedad” del acto y de la pena canónica en que incurren, y pone en conocimiento de este asunto a la Santa Sede, al Nuncio Apostólico, al presidente de la Conferencia Episcopal, al presidente de la Comisión de Vida Consagrada de la Conferencia Episcopal y a los obispos de Vitoria y de Bilbao. Además, añade que se procederá según las indicaciones de la Santa Sede.
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