MADRID, 12 (SERVIMEDIA)
Alrededor de un tercio de las áreas marinas protegidas del mundo alberga actividades dañinas a escala industrial.
Así se recoge en un análisis de las 100 áreas marinas protegidas más grandes del mundo, que representan el 90% de la zona oceánica con alguna figura de protección. El estudio aparece publicado en la revista ‘Conservation Letters’.
El trabajo sugiere que los gobiernos incumplen la promesa de una protección efectiva de la biodiversidad debido a la lenta puesta en marcha de estrategias de gestión y la falta de restricción de las actividades más impactantes.
La investigación, realizada por 11 autores, evalúa los indicadores clave para el éxito de las áreas marinas protegidas (AMP), incluida la gestión y las actividades humanas permitidas.
Esas zonas son áreas definidas del océano gestionadas para lograr la conservación de la naturaleza a largo plazo. Su objetivo es proteger y recuperar la biodiversidad marina, promover ecosistemas saludables y resilientes, y proporcionar beneficios duraderos tanto a las personas como al planeta.
Mientras el mundo se esfuerza por proteger al menos un 30% del océano para 2030 (objetivo establecido por un acuerdo internacional de Naciones Unidas), el nuevo estudio recuerda que lograr esta meta requiere tanto una mayor cantidad como una mejor calidad de las áreas marinas protegidas.
“Las AMP pueden ofrecer beneficios significativos a las personas, la naturaleza y el planeta, pero, desafortunadamente, en muchos casos vemos grandes brechas entre la cantidad de océano cubierto por las AMP y la solidez de esas protecciones”, resume Beth Pike, que dirige el programa Marine Protection Atlas del Instituto de Conservacio´n Marina (Estados Unidos).
VARIACIONES
Según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio ambiente (Pnuma), el planeta tiene más de 18.000 áreas marinas protegidas, que cubren unos 30 millones de kilómetros cuadrados o un 8% del océano global.
Las 100 AMP más grandes representan la mayor parte de este total, con unos 26,3 millones de kilómetros cuadrados o un 7,3%) del océano mundial.
Si bien las AMP se consideran comúnmente herramientas comprobadas y eficaces para la conservación de los océanos, el informe destaca amplias variaciones en el diseño, los objetivos, las regulaciones y la gestión. Por ejemplo, algunas permiten actividades como la exploración de petróleo y gas, la pesca industrial o la acuicultura, mientras que otras están altamente protegidas.
Según el análisis, un tercio de las áreas marinas protegidas permite actividades dañinas a escala industrial y otra cuarta parte de esa área (6,7 millones de kilómetros cuadrados) aún no está implementada en el agua. Sin regulaciones ni gestión, estas áreas no son diferentes de las aguas circundantes y no pueden ofrecer beneficios de conservación.
Los autores del estudio también señalan que existen desproporcionadamente grandes AMP en áreas remotas y territorios de ultramar, lo que deja importantes hábitats y especies desprotegidas y vulnerables en gran parte del océano.
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