Recalca que el consistorio ya adoptó medidas para limitarlas por la noche y que los toques tienen una arraigada tradición en la ciudad
VALÈNCIA, 8 (EUROPA PRESS)
El Juzgado de lo Contencioso-Administrativo número 5 de Valencia ha rechazado la petición de dos vecinos de la localidad de Gandia para que cese el volteo de campanas en la Colegiata al considerar que el toque tiene una particular configuración vinculada a la libertad religiosa y una “arraigada tradición vinculada íntimamente a la historia de la ciudad”, además de que el Ayuntamiento ha desplegado medidas para atenuar el sonido, con una limitación horaria entre las 22.00 y las 8.00 horas.
Además, la sentencia, contra la que cabe recurso, subraya el hecho de que la existencia de las campanas en el reloj es previa a la titularidad del inmueble y los recurrentes debían ser, por tanto, conscientes de la realidad preexistente. De hecho, según consta en la resolución, el reloj del campanario sería un elemento histórico que dataría del año 1500.
Así lo ha considera el juzgado que desestima el recurso interpuesto por dos vecinos contra las resoluciones del Ayuntamiento de Gandia que rechazaron sus alegaciones frente al acuerdo de la junta de gobierno que en mayo de 2022 denegó la solicitud de cese de la actividad de volteo y repique en la Colegiata. El consistorio sostenía que el sonido del reloj acoplado a las campanas “forma parte de un uso tradicional existente desde tiempo inmemorial”, por lo que resultaba un elemento “histórico clave” para la ciudad.
Los vecinos pedían abrir un expediente de medidas correctoras y el cese de la actividad de las campanas en la Colegiata, con la aplicación de las medidas cautelares necesarias de protección y cese del ruido hasta la resolución del expediente. Los recurrentes sostenían que hay una “clara y flagrante” superación de los estándares máximos permitidos de ruido y que las medidas de corrección, como la limitación nocturna, o los intentos de reducir la fuerza del impacto del martillo.
Frente a ello, el consistorio alegaba que la actividad de la Colegiata es el culto religioso, sin que la Iglesia estuviera demandada en el proceso, y que el Ayuntamiento carece de competencia para autorizar el culto en esta sede u ordenar su cese al tratarse de un derecho fundamental relacionado con la libertad religiosa.
SOLO UNA RECLAMACIÓN EN 500 AÑOS
Además, añadía que la verdadera finalidad del recurso es el cese del culto en la Colegiata porque el demandante habría solicitado en vía administrativa que, al carecer de licencia de actividad, se ordenara su cese. En esta línea, apuntaba que en los 500 años de existencia de la campana esta era la única reclamación presentada y, entre otros argumentos, afirmaban que el reloj del campanario sería un elemento histórico integrado en los usos locales y tradicionales y excluido, por tanto, de la ley del ruido.
El juzgado rechaza dar la razón a los recurrente porque, además de la adopción de medidas por parte del consistorio, tanto el toque de campanas, con una “particular configuración vinculada a la libertad religiosa”, como el marcaje de las horas por el reloj, con una “arraigada tradición vinculada íntimamente a la historia de la ciudad”, responden al “concepto de relación vecinal que se debe entender excluido de las limitaciones a las emisiones acústicas”.
AGRADECIMIENTO AL CONSISTORIO
Desde la Colegiata de Gandia se ha agradecido en un comunicado la labor realizada por el Ayuntamiento, “pues tras haber realizado pruebas, adecuando las horas del reloj y haber hecho un sinfín de mejoras, estos dos vecinos, que no residen al lado del*Campanar de la Seu*sino a tres calles del mismo, decidieron interponer una denuncia para hacer silenciar las históricas campanas”.
“Es el Ayuntamiento, desde su puesta en marcha en el siglo XV, quien mantiene el reloj. La Colegiata lo hace de las campanas para el culto. Culto y reloj tienen campanas diversas, unas como las del reloj, son mantenidas por el Consistorio –como un bien público y servicio a la ciudadanía– y otras son mantenidas por la propia Parroquia”, ha detallado la entidad, que subraya que a los vecinos del centro, residentes y familias “de toda la vida del barrio”, “les gustaba y gusta el sonido de las campanas”, y así lo expresaron en el proceso.
Como ejemplo, destaca que el Archivero municipal expuso que el campanario “lleva sonando desde la creación del primer templo. Se tienen noticias exactas desde el siglo XV y XVI”. “Es sabido que el campanario está ahora en obras y las campanas no suenan por la seguridad de los obreros, pero sí lo harán en todo su esplendor cuando concluya”, ha avanzado la colegiata.
En esta línea, asegura que “desde los primeros días que dejaron de sonar por la noche y ahora, que no suenan tampoco durante el día, ha recibido numerosas quejas verbales de vecinos que pedían que volvieran a sonar”. “Todos coinciden en que ese sonido acompaña el sueño y la vida del centro histórico de Gandia”, ha concluido.
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