La compañía no los distribuyó en los últimos ejercicios con el fin de “fortalecer la solvencia y liquidez de la sociedad”
MADRID, 8 (EUROPA PRESS)
La hotelera Meliá planteará este miércoles en su junta general de accionistas recuperar el dividendo tras cuatro años sin repartirlo como consecuencia del deterioro económico sufrido por la crisis del Covid-19 y con el fin de “fortalecer la solvencia y liquidez de la sociedad”.
En concreto, en el orden del día de la próxima junta de accionistas, que se celebrará este miércoles, 9 de mayo, la hotelera ha propuesto como uno de los puntos del orden del día la aprobación de la distribución de un dividendo con cargo a reservas voluntarias.
Este regreso al dividendo se realizará de manera progresiva hasta recuperar la política de retribución al accionista precovid, en la que se destinaba un ‘pay-out’ (porcentaje del beneficio neto que se dedica a dividendo) del 30%.
El pago del último divididendo por parte de la compañía dirigida por Gabriel Escarrer tuvo lugar el 9 de julio de 2019, fecha en la que procedió al pago de un dividendo ordinario de 0,18 euros por título. Después tras la llegada del Covid se congeló el pago de este dividendo.
El consejo de administración de la compañía propondrá a sus accionistas la vuelta al dividendo tras varios años de “sólida” recuperación que le ha permitido mejorar en un 8,3% sus resultados en 2023 alcanzando un beneficio neto de 130 millones de euros.
“La compañía aspira a ofrecer un dividendo atractivo, predecible y sostenible en el tiempo. Esta política es compatible con la máxima prioridad asignada al mantenimiento de un nivel de recursos propios que garantice las inversiones para el crecimiento futuro de la compañía y asegure la creación de valor”, explicaba la compañía.
Tras un ejercicio 2023 de normalidad operativa durante todo el año y tras la suspensión del reparto de dividendos durante los últimos ejercicios para fortalecer el balance, el consejo de administración acordó el pasado 29 de febrero proponer a la junta general de accionistas retomar la distribución de dividendos con cargo al ejercicio 2023.
Meliá asegura que los principales objetivos en la gestión de capital de la empresa son asegurar la estabilidad financiera a corto y largo plazo, garantizar la liquidez necesaria para la operativa corriente y las inversiones, la positiva evolución del valor de las acciones de Meliá, así como una adecuada remuneración de los accionistas vía dividendo.
“La situación financiera está respaldada por el sólido apoyo de los bancos y la base de activos de la compañía. Actualmente, el 19,1% (21,3% al cierre del 2022) del total de la deuda corresponde a préstamos hipotecarios garantizados por activos del grupo”, advierte la hotelera.
La junta de accionistas de la hotelera de mañana también votará las cuentas anuales y el informe de gestión del grupo a cierre de 2023, así como la gestión de su consejo de administración. También aprobará la política de remuneración de los consejeros para los ejercicios 2025, 2026 y 2027 y determinará el importe máximo de la retribución de los consejeros.
ROTACIÓN DE ACTIVOS.
El pasado año la cadena hotelera dirigida por Gabriel Escarrer redujo en 60 millones de euros su deuda neta gracias a la positiva generación de caja, alcanzando los 2.615 millones de euros.
Meliá ha trabajado en los últimos meses en la refinanciación de su deuda para alargar los vencimientos previstos para 2024 y 2025, y mantiene una liquidez superior a los 330 millones de euros.
“Continuamos impulsando otras palancas como la rotación de algunos activos no estratégicos o la consolidación de alianzas corporativas con entidades líderes del mercado, como la suscrita con la Banca March sobre tres hoteles situados en Ibiza y Fuerteventura, y las dos operaciones vinculadas con la entidad Abu Dhabi Investment Authority (ADIA)”, señaló el presidente de la hotelera Gabriel Escarrer.
La compañía mantiene como una de sus prioridades continuar fortaleciendo su balance mediante la generación de caja y la rotación de activos con el objetivo para el cierre del año 2024 de retornar al nivel de 2,5 veces el ratio de deuda financiera neta sobre Ebitda.
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